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Año IV - Edición 68 02 de junio de 2005

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Homenaje al Profesor José María López Olaciregui

  • Nota de Tapa

El pasado 20 de mayo, en el Salón Rojo de la Facultad, se brindó un cálido homenaje a quien fuera un dedicado académico de nuestra Facultad y Profesor Emérito, el Dr. José María López Olaciregui. En el acto, organizado por ex miembros de su cátedra y ex alumnos, estuvieron presentes con sus palabras, el Dr. José Eduardo Russo, el Dr. Mario De Antoni, el Dr. Santos Cifuentes y el Presidente de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, el Dr. Alberto Rodríguez Galán. También sumaron sus mensajes, el Dr. Carlos Chevallier Boutell, en representación de los profesores de la cátedra, y el Decano de la Facultad, Dr. Atilio Alterini.

El primero en pronunciarse fue Mario De Antoni, quien recordó sus épocas de alumno en 1969 en la materia Derecho Civil Parte General, dictada por “un hombre delgado, de un hábito sencillo y pulcro”. Rememoró que en aquella etapa López Olaciregui lo ayudó ubicarse dentro de ese desorden adolescente característico de quienes ingresan en la Facultad. Con sus palabras López Olaciregui llegaba al corazón de los alumnos y fue él quien “los sacó del estudio formal y empírico del mero positivismo jurídico”. Para López Olaciregui si bien la forma coercitiva era esencial al Derecho, éste debía ser justo para ser obligatorio. Este profesor recurría incluso a textos literarios –como “El Mercader de Venecia” de Shakespeare o “Crimen y Castigo” de Dostoyevski– para graficar con mayor hondura los dilemas entre el derecho y la moral, y concluía siempre que ambos tienen su origen en la ética. Sus lecciones jamás partían de la normativa, sino de los problemas reales que él transmitía a los alumnos a través de su experiencia propia. Sus clases eran magistrales pero no dogmáticas, siempre tenía en cuenta la visión particular del alumno. Recordó también De Antoni la puntualidad y absoluta presencia del profesor, a la vez que alabó su manera precisa y clara de expresar ideas y sus célebres aportes al tema de la nulidad de los actos jurídicos.

Carlos Chevallier Boutell leyó seguidamente un discurso que el Dr. Salinas, viejo compañero de cátedra, preparó para la ocasión. Allí, Salinas expresó que en esa época el nivel de enseñanza era lamentable; a las aulas no se asistía y se estudiaba directamente de los libros. Sin embargo había excepciones, como el caso de López Olaciregui, quien lograba que sus alumnos asistieran a cada clase y estudiaran desesperadamente para sus materias. Destacó también el gran sentido de justicia que promovía el profesor, a la vez que con decepción recordó los tiempos políticos en que tuvieron que apartarse de la Facultad para regresar recién años más tarde.

A continuación el Dr. Santos Cifuentes rescató las invocaciones que realizaba el profesor homenajeado, en el sentido que para él el abogado debía ser “un hombre de bien que defendiera al máximo a su cliente, sea el caso por una gota o por una enormidad”. Destacó también sus participaciones tanto en el sector público como en diversas áreas de la Facultad, en el Departamento de Publicaciones como Consejero de la Revista Lecciones y Ensayos, en la que publicó un memorable trabajo sobre nulidades. Finalmente, agregó que siempre defendía la legislación natural por sobre las normativas de gobierno, ya que el amor era la base de todo derecho y los sentimientos fuente de derechos y obligaciones.
Matilde Risolía, en ocasión de hacer entrega de una placa conmemorativa a los familiares del profesor, mostró los cuadernos de las clases de López Olaciregui (a quien llamaban “Pepe”) que guarda prolijamente y que ha usado con infinita frecuencia para reproducir su contenido en sus propios cursos. Además de destacar el paso por las aulas durante 30 años, reconoció con gran afecto que los alumnos lo veían a él más que a sus propios padres. López Olaciregui “nos enseñó a ver la realidad, a aprehenderla y a poder trasladar ese aprendizaje a los otros”.

Luego de la entrega formal, Diego López Olaciregui, en representación de la familia del profesor, agradeció el recuerdo que los alumnos realizan permanentemente, y aseguró que si bien desde 1991 ya no está entre nosotros, el profesor sigue estando en la memoria de un modo espiritual, lo que es un derecho personalísimo de todos. Comentó también que López Olaciregui era hijo de un abogado y artesano español, quien llegó a la Argentina y ejerció la profesión. Quiso también expresar que el estimado docente, profesó la fe católica apostólica romana en el contenido de sus clases, pero siempre tuvo un enorme respeto por quien no la profesara.

Para terminar, el Dr. Atilio Alterini enfatizó en que López Olaciregui tenía la grandeza de un maestro y que aprendió mucho, tanto en su actividad académica como en su labor judicial, de las anotaciones del profesor al Tratado de Derecho Civil de Salvat. Comentó también que fue una gran influencia para el establecimiento de la nueva enseñanza activa en la Facultad.  Por último, recordó su visita a la casa del recordado jurista, quien recibió en esa ocasión al italiano Francesco Donato Busnelli.  Allí pudo conocerlo mejor y ver cómo trabajaba en lo que llamaba pensatorio. “El no leía; estudiaba”, concluyó.