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Año XVII - Edición 301 03 de mayo de 2018

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Encuentro con Nils Melzer, relator especial sobre la tortura de Naciones Unidas

  • Nota de Tapa

El Observatorio de Derecho Internacional Humanitario y el Centro de Derechos Humanos de la Facultad invitaron, el pasado 20 de abril en la Sala de Audiencias, a los estudiantes, graduados, docentes e investigadores de la casa a participar de un encuentro con el relator especial sobre tortura de Naciones Unidas, Nils Melzer.

Cabe destacar que el orador preside la cátedra de Derechos Humanos en la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra desde marzo de 2016. Es profesor de Derecho Internacional en la Universidad de Glasgow y miembro del Instituto Internacional de Derecho Humanitario en San Remo. Ha desempeñado diversos cargos en el Comité Internacional de la Cruz Roja. El 30 de septiembre de 2016, el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lo designó relator especial de las Naciones Unidas sobre la tortura y otros tratos y penas crueles, inhumanas o degradantes.

El invitado estuvo acompañado por Emiliano J. Buis (coordinador de la Maestría en Relaciones Internacionales), Martín Sigal (director del Centro de Derechos Humanos) y Valeria Guerra (asesora en Derechos Humanos de la Oficina del Coordinador Residente del ACNUDH).top

Tras una breve introducción por parte Emiliano J. Buis, Nils Melzer contó que renunció a su trabajo en la corte porque se dio cuenta de que ser un abogado en Suiza es como ser un jardinero en un jardín de rosas. “Es muy importante, pero no es para mí”, expresó. Luego, explicó que se unió al Comité Internacional de la Cruz Roja (ICRC, por sus siglas en inglés) como delegado y que empezó en 1999 durante la Guerra de Kosovo, cuando la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeó Yugoslavia. “Visité a aquellos que estaban detenidos por motivos de seguridad y tuve que aprender albanés en los campos de refugiados para poder hablar por los detenidos porque no dejaban que hubiera ningún traductor”, manifestó.

Más adelante, expresó: “Lo que vi en estas zonas de guerra en mis doce años con la ICRC es de lo más duro que se pueden imaginar” pero reconoció que “también ha sido una de las experiencias más gratificantes de mi vida”. En la misma línea, remarcó: “Lo más importante no fueron las reuniones con los ministros, reyes y reinas, generales y en los cuarteles generales, sino encontrar un niño solo en un campo de refugiados y con las bases de datos de la ICRC intentar encontrar a sus padres, que habían sido separados de ese niño (…). Y después encontrar a los padres y que puedan llevar a ese niño de vuelta a la familia”. Asimismo, destacó que este tipo de situaciones fueron las que lo llevaron a estar en el Comité Internacional de la Cruz Roja por doce años: trabajar con víctimas. “Podés tener un gran impacto, no cambiar el mundo, pero sí su mundo aunque la guerra sigue”, indicó.

Recordó que pasó unos años en el campo y luego lo llamaron de la oficina central para ser un asesor jurídico. Además, compartió con los asistentes que luego terminó su Ph.D en Targeted Killing. “Me di cuenta de que me había convertido en un abogado internacional con la perspectiva de un astronauta porque estaba trabajando con reglas que eran universales”, reflexionó. Seguidamente, incentivó a los presentes a que sigan sus sueños, pasiones o inspiraciones aunque piensen que no tienen sentido.

Por otra parte, se enfocó en su trabajo como relator especial sobre la tortura de Naciones Unidas. “He estado trabajando con la tortura y su tratamiento como un tema de derecho internacional humanitario”, explicó. Agregó que en su oficina recibe entre diez y quince solicitudes individuales de víctimas o posibles víctimas por día y que está facultado a realizar pedidos urgentes a los Gobiernos en el marco de estas solicitudes. Por ejemplo, si alguien está a punto de ser extraditado puede acudir a él de forma más rápida ya que no es necesario cumplir con requisitos procesales.

Además, reporta a una vez por año al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y una vez por año a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York sobre un tema que él puede elegir. El último reporte que realizó se llamó Migration-related Torture and Cruel, Inhuman, or Degrading Treatement or Punishment.