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Año XI - Edición 197 09 de agosto de 2012

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El mercado como obstáculo a la libertad de expresión: la concentración de la prensa escrita en Chile en la era democrática

  • Nota de Tapa

Organizado por la Secretaría de Investigación, el 29 de junio se realizó en el Salón Azul de la Facultad la conferencia "El mercado como obstáculo a la libertad de expresión: La concentración de la prensa escrita en Chile en la era democrática", que estuvo a cargo del Dr. Javier Couso Salas, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad Diego Portales (Chile). El disertante fue acompañado por el Secretario de Investigación, Dr. Marcelo Alegre.

Inicialmente, Couso Salas afirmó que “una de las cosas que nosotros consideramos desde la teoría constitucional como consustanciales a una democracia sustentable es que haya una prensa libre, pluralista y diversa”. En una sociedad de masas los medios de comunicación son el lugar en donde se materializa la esfera pública, espacio donde se delibera y se somete a escrutinio tanto a los poderes públicos como a los poderes fácticos privados.

Generalmente se tiende a sostener que Chile cuenta con una democracia consolidada, donde la prensa goza de amplias libertades. Sin embargo, el orador invitado advirtió que un análisis más minucioso de lo que ocurre con la libertad de expresión y la democracia en Chile revela un escenario diferente al que se suele creer. Mencionó que la organización no gubernamental norteamericana Freedom House suele elaborar diversos reportes evaluando el grado de libertad de expresión en cada región del globo. Chile ha sido ubicado en una posición privilegiada, superando a Méjico, Colombia, Brasil y Argentina.
Pese a ello, Couso Salas alertó que Freedom House considera que la libertad de expresión puede ser puesta en jaque únicamente por el aparato estatal, cuando en verdad existen otros factores que inciden con igual o mayor peso sobre el aseguramiento de la libertad de expresión. “Una mirada, en cambio, liberal e igualitaria reconoce que no es sólo el Estado el que puede amenazar el despliegue de una prensa libre y pluralista, sino también el mercado que podría llegar a silenciar a vastos segmentos de la ciudadanía”. De hecho, se produce un efecto silenciador con la concentración de los medios de comunicación.

Recordó las contribuciones del profesor norteamericano Owen Fiss, quien alguna vez destacó que el aparato del Estado no siempre opera como un peligro para la libertad sino todo lo contrario, especialmente en circunstancias en las que en una multitud sólo unos pocos cuentan con los altavoces que les permiten ser escuchados por todos. “En la actualidad, el mercado es el mayor riesgo que existe para un vigoroso debate democrático en Chile y para un escrutinio del poder estatal y privado”, expresó Javier Couso Salas.

En lo relativo al advenimiento de las nuevas tecnologías, el expositor consideró que los nuevos medios informáticos no han transformado radicalmente el escenario de la configuración de la agenda pública que sí producen los medios tradicionales. “Pautan la agenda, eso es lo que ocurre en Chile”, expresó Couso Salas. Hoy en Chile se fija la agenda por medio de la prensa en papel, concentrada en dos grandes conglomerados, en una suerte de duopolio. Un duopolio que además comparte un mismo sesgo ideológico afín al derechismo chileno. “A mis amigos argentinos les digo que La Nación sería de izquierda comparado con El Mercurio o La Tercera, y no creo exagerar demasiado”, opinó. Además de estos dos periódicos existen algunos otros pero sólo se dedican al amarillismo periodístico y aun así se encuentran pertenecen a la órbita de los grupos económicos. Couso Salas señaló que las investigaciones realizadas por su grupo de trabajo arrojaron un dato alarmante: El Mercurio y La Tercera celebraron un pacto no escrito en virtud del cual si uno de estos publica una noticia inexacta o falsa el otro no puede hacer eco de la falsedad de la información brindada por el primero. Esto es algo que no ocurre generalmente. Por ejemplo, The New York Times suele destacar cuando Los Angeles Times o The Washington Post cometen un error. Más aun, The Washington Post destrozó a The New York Times por la cobertura del conflicto en Irak realizada por el segundo. Esta suerte de competencia entre los distintos periódicos fuerza a una mayor precisión en la redacción.

Por otro lado, comentó que con la asunción Sebastián Piñera como Presidente de la República de Chile, el país andino se ha convertido en el único de América Latina, a excepción de Cuba, en el que no existe ningún diario de oposición. Incluso en Ecuador, Nicaragua, Venezuela y Bolivia existen periódicos con una línea editorial opositora. Esto es sumamente peligroso para Chile debido a que es la prensa escrita la que determina aquella agenda que luego será adoptada por los medios audiovisuales. El gobierno de Sebastián Piñera cuenta en la actualidad con alrededor de 30% de aprobación, la marca más baja desde hace 20 años para un presidente chileno elegido democráticamente. Lo curioso es que cuando este porcentaje pasó de 23% al actual 30 %, la prensa escrita le dedicó un excesivo espacio de difusión. Los columnistas no siempre pueden apartarse de la agenda porque para que sea relevante y no extravagante aquello que escriben se debe seguir el ciclo de la noticia determinada por la agenda.

Finalmente, el conferencista parafraseó a Alex Jones y Robert Entman para indicar que existen cuatro estándares básicos para una prensa vigorosa al servicio de la democracia: precisión, minimización de los sesgos, escrutinio efectivo del gobierno y de otros poderes privados y separación de la producción de noticia de la sección editorial y de la publicidad del medio.

“En la actualidad, el mercado es el mayor riesgo que existe para un vigoroso debate democrático en Chile y para un escrutinio del poder estatal y privado”, expresó Javier Couso Salas.