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Año XIII - Edición 225 20 de marzo de 2014

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El equipo de la Facultad de Derecho ganó las rondas nacionales y representará nuevamente a la Argentina en la Competencia Philip C. Jessup

  • Nota de Tapa

Los días 26 y 28 de febrero se realizaron las Rondas Nacionales de la Competencia Internacional Philip C. Jessup International Law Moot Court Competition, en su 55° Edición (2014). Esta vez, la Facultad de Derecho ofreció la Sala de Audiencias para el desarrollo de la competencia, en la que participaron los equipos representativos de nuestra Facultad y de la Universidad Torcuato Di Tella. La Administración Nacional de la competencia estuvo a cargo de Deborah Skorupski, abogada norteamericana y jueza de las Rondas Internacionales de la competencia.

Organizada por la International Law Students Association, la Philip C. Jessup Competition es una de las competencias internacionales de mayor prestigio, que convoca cada año a estudiantes de más de 500 universidades de más de 80 países de todo el mundo. Los equipos que clasifican para las rondas internacionales compiten entre sí en la ciudad de Washington D.C., presentando alegatos orales y escritos en relación a un caso hipotético que versa sobre cuestiones de derecho internacional público, ante jurados que simulan ser la Corte Internacional de Justicia. La competencia se desarrolla en dos etapas, enteramente en idioma inglés: una etapa escrita, donde cada equipo debe escribir y presentar dos memoriales: uno por la parte demandante y otro por la demandada. Posteriormente, en la etapa oral, durante las audiencias, se evalúan las habilidades, conocimientos jurídicos y de oratoria de los participantes mediante preguntas que el tribunal formula durante las presentaciones.

El caso hipotético de este año, "The case concerning certain activities within the Malachi Gap", enfrenta a los Estados imaginarios de Amalea y Ritania. La primera controversia surge por la construcción de una isla artificial por parte de Ritania, que provocó un derrumbe en el lecho y subsuelo de un estrecho, el Malachi Gap, sobre el que ambos Estados tienen jurisdicción y la disminución de una de las especies de peces más importantes para la industria y la cultura de Amalea. La segunda parte consiste en el descubrimiento de un buque de Amalea hundido en las profundidades del estrecho, cuya tripulación y capitán habían sido responsables del saqueo de lo que solía ser la capital de Ritania, 500 años atrás, llevándose importantes elementos de valor y de importancia histórica y cultural de Ritania. Ambos Estados reclaman la propiedad de los objetos. El tercer y el cuarto punto involucran la persecución, captura y enjuiciamiento por parte de Amalea del ciudadano de Ritania, Oscar de Luz. La persona estaba sospechada de estar involucrada en trata de personas y fue acusada de provocar el choque de un crucero de Amalea contra la isla artificial que estaba construyendo Ritania, lo que dejó 132 muertos. Luego, escapó de la escena poniendo en peligro a los barcos a su alrededor y dirigiéndose a la costa de Amalea. Cuando fue captado por el radar de la marina de Amalea, el Capitán de un buque de la marina inició su persecución. En un intento por fugarse, Luz enfrentó su yate con el buque de Amalea, sin detener su marcha, lo que ocasionó la colisión de ambos buques. Luz fue arrestado y luego condenado a prisión perpetua en Amalea.

De este modo, el caso discute como cuestiones principales: el deber de prevenir el daño ambiental, la responsabilidad del Estado por actos de particulares y la responsabilidad del Estado por actos no prohibidos por el derecho internacional, el régimen de los objetos considerados como propiedad cultural subacuática, la posibilidad de interferir barcos de bandera extranjera y el ejercicio de jurisdicción sobre hechos cometidos fuera del territorio y de la jurisdicción del Estado.

El caso involucra el análisis y la investigación de cuestiones referidas a la Carta de las Naciones Unidas, el Derecho Internacional Ambiental, el Derecho del Mar, la Convención de la UNESCO sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático de 2001, resoluciones de la Asamblea General y del Consejo de Seguridad, fallos de tribunales internacionales y laudos, así como gran cantidad de trabajos doctrinarios sobre evaluaciones de impacto ambiental, crímenes de piratería, terrorismo o trata de personas y juicios llevados a cabo luego de arrestos ilegales.

Dado que en principio sólo puede presentarse un equipo por país a las Rondas Internacionales, a nivel local se celebran Rondas Nacionales, cuyo ganador obtiene el derecho a representar al país en la ciudad de Washington D.C. (EE. UU.). Este año, la etapa local se llevó a cabo en la Facultad de Derecho de la UBA, donde el equipo de la UBA se enfrentó con el equipo de la Universidad Torcuato Di Tella.

El equipo de la UBA, que resultó ganador de las rondas nacionales, está integrado por los estudiantes de nuestra Facultad Alan Vogelfanger, Paloma Szerman, Florencia Abregú, Daniela Cornara y Matías González Mama, entrenados por las auxiliares docentes María Belén Gracia y María Victoria Bruno, exparticipantes de la competencia.

De este modo, el equipo de nuestra Facultad ganó las dos rondas preliminares, obteniendo un lugar en la Final. Un jurado integrado por los abogados Carlos Rosenkrantz, Lucas Grosman y Patricio Nazareno, eligió como ganador a nuestro equipo. Además de haberse consagrado ganador en las rondas nacionales, el equipo de la UBA recibió menciones especiales, en tanto obtuvo los mejores memoriales y Alan Vogelfanger recibió el galardón de Mejor Orador de las Rondas Nacionales de la competencia.

Las rondas nacionales contaron con la presencia de distinguidos jueces, como João Dias, abogado brasilero y juez en las Rondas Nacionales de Brasil, además de abogados y profesores argentinos de distintas universidades.

Siguiendo la tradición de esfuerzo, compromiso, estudio y dedicación, el equipo de nuestra Facultad de Derecho obtuvo nuevamente el título nacional y viajará a la capital estadounidense a fines de marzo de este año para representar al país en las rondas internacionales frente a distintos equipos del mundo.

El equipo de la UBA desea expresar su agradecimiento por el continuo e incondicional apoyo de la Facultad de Derecho, de la Decana, Dra. Mónica Pinto y en especial de la Subsecretaría de Relaciones Internacionales e Institucionales. Asimismo, el equipo contó con la colaboración de la Trad. Rita Tineo, quien entrenó a los alumnos en expresión oral en inglés.