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Año VIII - Edición 154 03 de diciembre de 2009

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El Dr. Luis Martí Mingarro fue distinguido como Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires

  • Nota de Tapa

El 17 de noviembre tuvo lugar en el Salón Azul de la Facultad de Derecho el acto de investidura del Dr. Luis Martí Mingarro como Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires. En la ceremonia estuvieron presentes el Decano Profesor Emérito Dr. Atilio A. Alterini; el Presidente de la Federación Argentina de Colegios de Abogados, Dr. Carlos Andreucci; y el catedrático español Dr. Luis Martí Mingarro.

De manera introductoria, el Dr. Carlos Andreucci expresó que es una gran distinción que la UBA y la Facultad de Derecho hayan incorporado como académico y profesor dado que su prestigio se ve enriquecido y enaltecido con la conmemoración de una personalidad como la del homenajeado, “aquel joven adulto que con sólo 19 años se graduó de abogado y no pudo ejercer su profesión por no tener edad suficiente, teniendo que esperar una dispensa para incorporarse a la lucha por el derecho”.

Del mismo modo, agregó que su trayectoria, que define aquella universidad y la de hoy, nos permite imaginar a un abogado que se vincula con las cátedras y se incorpora a las aulas, en la Universidad de Salamanca, teniendo contacto con la educación y la docencia, “sin perder su visión de la abogacía como un ejercicio propio de la defensa y un compromiso institucional y personal que forjó y enseñó a través de la acción y del pensamiento”.

Asimismo, comentó que el homenajeado presidió el Colegio de Abogados de Madrid, con una trayectoria de más de 400 años, y dejó el sello nítido de una acción pero, a la vez, “se involucra con Iberoamérica de manera decidida, con la consolidación de la Unión Iberoamericana de Colegios de Abogados que viene a procurar la defensa de las democracias perdidas y de los derechos ciudadanos”.

Finalmente, enfatizó en tomar el ejemplo del docente que no sólo enseña desde la cátedra o la academia sino que lo hace “con la acción, con el ejemplo, con la vida cotidiana y con el ejercicio de una abogacía que, como tal, es la causa primordial y esencial de esta Facultad”.

A continuación, el Decano Dr. Atilio A. Alterini hizo entrega al catedrático español Dr. Luis Martí Mingarro del diploma y la medalla que lo acreditan como Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires.

Acto seguido, el Dr. Luis Martí Mingarro agradeció al Decano por haber posibilitado el gran honor de pertenecer a la Facultad de Derecho y a la Universidad de Buenos Aires: “se le debe gratitud, no por condecorarme, sino por haber servido al derecho y darle al mundo grandes juristas; estamos de cara al bicentenario y parece que esta Facultad acumulará tantos siglos porque en 200 años aquí ha habido una punción rápida por formar parte del liderazgo intelectual del mundo”.
Por su parte, aclaró que el derecho es el futuro de la convivencia en paz entre ciudadanos y pueblos como la ha sabido disciplinar en Roma, ordenarla en la Edad Media, razonarla en la revolución y encauzar la libertad, ya que “nunca se termina la tarea, hay vaivenes, momentos de eclipse y la Universidad tiene la obligación de estar alerta en esos momentos”.

Entretanto, afirmó que vivimos en un mundo en que la pérdida de prestigio de la justicia que se imparte para la realización de los derechos “no tiene buen eco en la sociedad que desconfía de los aparatos de justicia porque los ve conectados o con correas de transmisión muy explícitas con otros poderes”.

En relación al derecho de defensa opinó que cuando se llega a la justicia se desmorona, se agrieta o algo hace que se tambalee el edificio del reconocimiento de los derechos básicos; mientras que el Estado de Derecho “significa derechos fundamentales, el imperio de la ley y el derecho para todos, y eso hace que el resultado final sea una convivencia cultural, profunda y civilizadora sobre la base del derecho”.

Por lo tanto, identificó que hacer o impartir justicia sólo se consigue a través de un juicio contradictorio con todas las garantías, incluido el derecho de no autoinculparse, la presunción de inocencia, la presentación de pruebas, la prohibición de la indefensión, aunque estos valores estén en repetidas crisis.

En tal sentido, reconoció que tuvo la paciencia de registrar todas las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y descubrió que los países con mayor madurez democrática son los que poseen más casos de infracción de los principios del derecho de defensa.

Por ende, subrayó que es necesario defender nuestra cultura jurídica porque nace de vaivenes históricos muy duros, “para eso están los jueces concientes y responsables, dando amparo y lugar al habeas corpus; los abogados tensos en la defensa de las libertades y derechos, concentrados en la persona de sus defendidos; y la Universidad, de la que nacen muchas de éstas cosas. El triunfo del siglo de la razón es la razón nacida de los laboratorios de la reflexión”.