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Año XIX - Edición 342 20 de agosto de 2020

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Diseño y puesta en marcha de un programa de eficiencia energética para la Facultad de Derecho

  • Nota de Tapa

El pasado 5 de agosto se desarrolló una jornada de capacitación y concientización en el marco del proyecto de investigación y desarrollo en áreas estratégicas con impacto social (PIDAE), titulada “Diseño y puesta en marcha de un programa de eficiencia energética para la Facultad de Derecho”. Organizó el equipo integrante del proyecto: Silvia Nonna (directora), Leila Devia (codirectora), Nicolás Brown, Andrés Caldarelli, Mariano Ferro, Facundo Gladstein, Natalia Hirschhorn, Hernán Iglesias Furfaro, Mirta Gariglio, Florencia Nocera, Violeta Radovich, Claudia Villanueva, Natalia Waitzman, Victoria Zarabozo, Alvaro Zopatti.

El encuentro contó con las palabras de bienvenida del vicedecano, Marcelo Gebhardt.
Acto seguido, la directora del proyecto y secretaria académica de la Facultad, Silvia Nonna señaló que “el proyecto propone el diseño de un programa para la implementación de acciones de eficiencia energética en un edificio público”. Y sostuvo: “La Facultad de Derecho funciona en un emblemático edificio público que es símbolo representativo de la Ciudad de Buenos Aires (...), alberga una comunidad universitaria numerosa y es un edificio que está abierto todo el año de lunes a sábado de 7 a 23 h”.

Luego puntualizó sobre cuatro acciones de eficiencia energética que se van a desarrollar en el mayor del programa. “La primera sería constituir a la Facultad de Derecho en un actor clave en materia de ahorro energético, actuando como ejemplo práctico para después poder ser replicado por otras instituciones”, detalló y enumeró las otras tres: lograr un ahorro de los costos económicos asociados al consumo energético, contribuir a la mitigación del cambio climático global a partir de la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y la adhesión efectiva de la Facultad a los objetivos de desarrollo sostenible planteados para el mundo por las Naciones Unidas para el año 2030.

Seguidamente, la coordinadora del proyecto, Leila Devia, presentó a las/os integrantes del proyecto y dio inicio a las exposiciones.

A su turno, Claudia Villanueva se refirió al marco regulatorio identificado como de aplicación directa al proyecto. “El marco regulatorio, a pesar de sus debilidades, nos ofrece un campo propicio para informar esto a otras comunidades para que trabajen en este sentido y para analizar qué es lo que estaría faltando para que todos los proyectos de esta naturaleza y las acciones que emprenda el sector público y el sector privado se vean completadas a través de este marco regulatorio”, sostuvo y agregó: “Tenemos un marco normativo disperso, pero que ha tenido una evolución constante. Arranca en 1999 y se retiene recién en el 2016. Entonces, de alguna manera hemos tenido constantemente una intervención hacia el tema energético y a la búsqueda de normativas que regularán las cuestiones de eficiencia energética. Se han implementado programas de eficiencia energética en marcos institucionales del Estado nacional”.

Acto seguido, Alvaro Zopatti puso de manifiesto la importancia de tener en claro cuál es la relación de causalidad en el fenómeno climático, particularmente en las emisiones de gases de efecto invernadero que dan lugar al calentamiento global y al cambio climático.

Explicó que, según la Agencia Internacional de Energía, las emisiones de CO2 relacionadas con la energía de los edificios han aumentado en los últimos años después de haberse aplanado entre 2013 y 2016. Y resaltó que desde la agencia insisten en la necesidad de mayores medidas, mayores proyectos y mayores incentivos públicos.
Asimismo, indicó que no se explora el potencial de la reducción de emisiones porque continuamente se utilizan activos basados en combustibles fósiles y se observa una falta de políticas efectivas de eficiencia energética y la inversión insuficiente en edificios sostenibles. “Ningún escenario de estabilización de emisiones puede lograrse si no se consideran fuertes medidas de eficiencia energética. Obviamente hay una canasta de otras alternativas, pero la eficiencia no puede faltar”, concluyó.

Por su parte, Nicolás Brown disertó sobre el uso eficiente de la energía y energías renovables. En este marco, planteó tres niveles de intervención para poder tener un impacto más grande con un costo menor dentro de la Facultad. El primer nivel de intervención es el uso racional de la energía que significa no derrochar. El segundo consiste en eficiencia energética propiamente dicha para lo cual se necesitan equipos que transformen eficientemente una energía. El tercer nivel es la energía renovable: “Acá estamos hablando principalmente de equipos y la energía renovable: en lo que es calor y frío la energía solar térmica y en lo que es la iluminación la generación fotovoltaica”, especificó.

A continuación, Natalia Hirschhorn se refirió a la encuesta sobre uso y percepción del cuidado de la energía eléctrica realizada desde el Centro de Derecho Ambiental (CeDAF) y el Centro de Estudios de la Actividad Regulatoria Energética (CEARE). Explicó que la misma estuvo dirigida a docentes, estudiantes e investigadores y se les preguntó acerca de si conocían la relación entre el consumo de energía y su impacto al cambio climático, si les preocupaba el consumo de energía de la Facultad, si alguna vez había asistido a charlas sobre eficiencia energética y algunas preguntas sobre sus hábitos en particular que tuvieron que ver con el uso de las aulas. Luego retomó la palabra Nicolás Brown y brindó una serie de conclusiones sobre los resultados de la encuesta.

Más adelante, Hernán Iglesias Furfaro habló sobre el diagnóstico energético que realizó el equipo del proyecto: “El edificio presenta un potencial de ahorro del orden del 27%, existen medidas de baja inversión como optimizar la contratación y hacer un seguimiento, implementar un banco de capacitores automáticos para corregir el tema del coseno phi que tienen actualmente y establecer un plan de implementación progresiva de las mejoras identificadas, establecer un plan de capacitación sobre todo al personal clave vinculado con la gestión energética del establecimiento y avanzar en un programa de mediciones para empezar a identificar concretamente cuáles son los principales circuitos y, en función de eso, poder sacar indicadores e ir monitoreando un poco el impacto de las medidas”.

Posteriormente, Mirta Gariglio intervino en representación del CEARE. En este sentido, manifestó: “Creemos que el diálogo en el trabajo y las distintas disciplinas sobre todo en un tema transversal como la eficiencia energética ayuda muchísimo. Nosotros tenemos un compromiso muy grande con esta Facultad que nos alberga hace veinte años desde que comenzamos nuestra actividad académica”.

Finalmente, la directora del Centro de Derecho Ambiental, Leila Devia,brindó unas palabras de cierre.

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