Democracia, derecho penal y justicia retributiva
Roberto Gargarella y Ricardo Guibourg
Roberto Gargarella y Ricardo Guibourg
Roberto Gargarella y Ricardo Guibourg
Roberto Gargarella y Ricardo Guibourg
Democracia, derecho penal y justicia retributiva
Democracia, derecho penal y justicia retributiva
Con la organización de la Maestría en Filosofía del Derecho, el pasado 21 de septiembre en el Salón Verde se realizó la conferencia “Democracia, derecho penal y justicia retributiva”, a cargo de Roberto Gargarella.
Tras la apertura formal de la actividad por parte del director de la maestría, Ricardo Guibourg tomó la palabra Roberto Gargarella. En primer término, sostuvo que la conexión entre la democracia y el derecho penal es muy frágil. “Luego de muchos años de trabajo teórico en torno a la reflexión penal, uno constata que estas dos esferas mantienen una relación en parte de indiferencia aparente, pero yo creo que hay una cierta hostilidad”, expresó. Por otro lado, indicó que parte de la mejor reflexión penal contemporánea con la que se cuenta, vinculada con un cierto liberalismo de avanzada, ha ayudado a asentar esa relación de desconfianza mutua, y compartió que su inquietud sobre el tema nació a raíz de leer los trabajos de Carlos Nino y de tratar de llevar adelante una exploración que él apenas comenzó.
Seguidamente, Gargarella se refirió a la vida académica de Carlos Nino. En este sentido, distinguió dos etapas. El orador vinculó la primera etapa con sus estudios de doctorado en Inglaterra, muy marcado por trabajos y reflexiones en el área penal. La segunda etapa está vinculada con su vuelta al país a comienzos de los años 1980 con el retorno de la democracia en Argentina. “Esto fue muy crucial en su propia biografía porque lo llevó a vincularse con la política y a reflexionar sobre la transición democrática y la cuestión de la democracia comenzó a ocupar el centro de sus reflexiones”, contó. Luego, Gargarella señaló que estas dos etapas de pensamiento quedaron en buena medida desvinculadas, ya que sus estudios sobre derecho penal se permearon a la luz de sus trabajos nuevos en materia de teoría democrática. En esta línea, se preguntó qué es lo que uno podría hacer desde el tipo de preocupaciones democráticas expresadas por Nino en su segunda etapa para retomar el hilo de lo que había estado escribiendo en la primera.
Más adelante, se refirió al trabajo Juicio del mal absoluto (1993), de Carlos Nino. “Es un estudio en buena medida autobiográfico que él escribe reflexionando sobre lo que fue su contribución al desarrollo del juicio a las juntas”, explicó y agregó que, en esa obra, hay unos primeros cables tendidos entre sus nuevas reflexiones democráticas y sus viejas preocupaciones sobre la cuestión de la pena. Asimismo, aseveró que su reflexión sobre qué hacer con la ley de autoamnistía y el libro en donde la expresa, La Validez del derecho, son lo que representan el punto de bisagra en donde Nino comienza a abandonar la reflexión sobre la pena y comienza a abordar la cuestión democrática. Es su gran impulso para pensar cómo tratar una norma que el derecho mostraba dificultades para confrontar con ella.
Más tarde, mencionó una pregunta que merece ser abordada: ¿Cuáles son los vínculos posibles entre derecho penal y democracia?, y aseguró que señalar autores como Nino, nos ayudan en la materia en cuanto a que han trabajado sobre los dos temas.
A continuación, retomó la cuestión de la indiferencia u hostilidad en la reflexión penal contemporánea frente a la cuestión democrática. En este marco, expuso que tiene su raíz en las fuentes más liberales del derecho y del derecho penal, en tanto tales han insistido sobre una cierta preocupación de los derechos y, por lo tanto, una sospecha frente a los acuerdos mayoritarios y las decisiones mayoritarias. Sobre la indiferencia, también manifestó: “Fue reforzada a partir de la Segunda Guerra Mundial, frente a fenómenos como el nazismo o el fascismo, que ayudaron a muchos de los teóricos que hoy leemos en materia de reflexión penal, como Ferrajoli o Zaffaroni, y que acentuaron de modo muy abierto esa desconfianza”. Añadió que la idea quedó muy extendida en una generación, y esa ha ido pasándola a sus discípulos de que había un problema con cualquier conexión entre derecho penal y democracia.