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Año VII - Edición 124 05 de junio de 2008

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Congreso de Derecho y Economía Dinámica Presentación de la Cátedra Phelps de Derecho y Economía

  • Nota de Tapa

UN PANEL DE DESTACADOS ANALISTAS POLÍTICOS Y ECONÓMICOS PRECEDIERON LA DISERTACIÓN DEL DR. EDUMUND PHELPS, PREMIO NOBEL EN ECONOMÍA 2006, QUIEN EXPUSO ACERCA DE LAS MEDIDAS NECESARIAS PARA AVANZAR EN LA INNOVACIÓN Y DINAMIZACIÓN DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA.

La Maestría en Derecho y Economía y el Centro de Estudios de Derecho y Economía de nuestra Facultad organizaron este Congreso que tuvo lugar los días 20 y 21 de mayo en el Aula Magna y el Salón Rojo respectivamente. En la ocasión, se efectuó la presentación de la Cátedra Phelps de Derecho y Economía, de carácter extracurricular y orientada a la investigación del Derecho y Economía de la innovación y del emprendimiento. El evento se estructuró en diversos paneles y tuvo como actividad destacada la conferencia del Premio Nobel de Economía, Prof. Dr. Edmund Phelps.

Durante el primer día, el Congreso inició con el panel “Las instituciones políticas y la innovación en la economía”, que fue presidido por el Vicedecano Dr. Tulio Ortiz y que contó con las exposiciones de los Dres. Mariano Grondona, Eduardo Conesa y Rosendo Fraga.

El Dr. Tulio Ortiz dio la bienvenida a los participantes y asistentes del Congreso, al tiempo que manifestó su orgullo por presidir un panel integrado por “gente que nos ha hecho pensar la Argentina durante muchos años”.

Luego, el Dr. Mariano Grondona recordó que hasta fines del siglo XVIII, el fenómeno del crecimiento económico constituyó una aporía. En tal contexto, uno de los primeros en intentar encontrar una explicación fue Adam Smith, para quien el impulsor de ese proceso revolucionario era el comercio, cuya revolución posibilitó a la industria producir en forma sistemática muchos bienes para puntos lejanos. Asimismo, opinó que Karl Marx “en lo económico fue como un discípulo al cual no le gustaba lo que explicaba su maestro Smith” y destacó la idea marxista relativa a que el ser humano es el único animal capaz de producir más de lo que necesita consumir, es decir, la plusvalía. Adicionó que, para Marx, la plusvalía confiscada y reinvertida por los capitalistas, era el desarrollo económico. A continuación, comentó que, en el siglo XX interesó explicar el subdesarrollo y que en su derredor se estructuraron tres escuelas: el marxismo, con su explicación economicista según la cual quienes manejan los medios de producción toman la delantera; el desarrollismo, que diera importancia a que las inversiones impulsen el proceso; y el economicismo liberal, que condicionara el desarrollo a la existencia de un mercado.

Por otra parte, citó a Robert Dahl quien consideró que los avances político-institucionales generaron la posibilidad del advenimiento del desarrollo económico, dando el ejemplo de los ingleses en los finales del siglo XVII.

Finalmente, comentó que recientemente se ha sumado una corriente culturalista, que pone el acento en el sistema de valores sociales imperante.

Posteriormente, tomó la palabra el Dr. Eduardo Conesa, quien destacó la influencia del pensamiento de Adam Smith en la cuestión del crecimiento ya que en 1776 observó que el aumento de la productividad se debía a la división del trabajo y la consiguiente especialización. Sin embargo, aclaró que la especialización se ve acotada por el tamaño del mercado y agregó que en función de las posibilidades de colocación, los bienes se pueden clasificar en internacionalmente transables y no transables.

A continuación, se refirió al proceso de desarrollo económico al que se avocaron algunos países durante la segunda mitad del siglo XX y, en tal sentido, explicó que el fenómeno que los economistas llaman take off se produce cuando, por al menos dos o tres décadas, la economía se transforma y crece de manera prácticamente automática. De esta manera, subrayó que el momento inicial de aquel fenómeno se da cuando concurren la meritocratización del Estado y el cambio de los precios relativos a favor del sector transable. Además, señaló que a diferencia de países como Japón, Corea y Taiwán, Argentina no heredó la mecánica del desarrollo económico de ninguno de los gobiernos autocráticos, con lo cual el desafío es crearla en democracia, “aunque sea difícil de convencer a nuestros políticos de establecer una meritocracia estatal en detrimento de la clientela política”.

Para cerrar ese panel, el Dr. Rosendo Fraga enfatizó en la importancia del factor institucional como la clave en el desarrollo de la economía. En tal sentido, destacó la marcada estabilidad institucional que caracterizó a nuestro país entre 1853 y 1930 y su correlato en el crecimiento económico. Del mismo modo, puntualizó que, aun en un contexto de inestabilidad latinoamericana, las instituciones de nuestro país durante el medio siglo posterior fueron sensiblemente más endebles que las de países como Chile y Brasil. En efecto, recordó que mientras estas naciones limítrofes fueron azotadas por dos golpes de Estado durante aquel período, en nuestro país, seis veces se puso coto de manera ilegítima a gobiernos electos mediante los mecanismos democráticos y constitucionales. En idéntica tesitura, mostró cómo, pasados casi 25 años desde el advenimiento de la democracia, mientras todos los gobiernos chilenos electos pudieron terminar su mandato, sólo Collor de Mello en Brasil fue destituido mediante el procedimiento del impeachment y cuatro presidentes argentinos debieron renunciar en medio de graves situaciones de caos social. De todos modos, reconoció que aunque la teoría institucionalista parece corroborada en la experiencia argentina, ella es discutida en el contexto internacional; “China rompe la regla, no sólo porque su calidad institucional es bajísima, sino que además, durante un cuarto de siglo se invirtió allí sin el derecho de propiedad”. Asimismo destacó la existencia de procesos similares en Vietnam, Pakistán, Egipto y Jordania.

Por último, resaltó que, pese a ser Argentina el país con más aptitudes para la economía dinámica, su pobreza institucional le impide desarrollar sus capacidades. “La creación del instituto es un gran aporte para el estudio y el análisis de los concretos problemas de nuestro país”, finalizó.

Al concluir este primer panel, se dio paso a la Conferencia Magistral “Los efectos de las aduanas en la política económica latinoamericana y en el dinamismo económico de la región”, a cargo del Prof. Dr. Edmund Phelps, Premio Nobel de Economía. La ceremonia estuvo presidida por el Decano Dr. Atilio A. Alterini y por el Director de la Maestría en Derecho y Economía, Dr. Juan Vicente Sola, quien presentó al destacado conferencista. También estuvo presente el Embajador de los Estados Unidos en Argentina, Earl Anthony Wayne.

El Dr. Juan Vicente Sola expresó que “es un honor que podamos fundar en esta circunstancia la Cátedra Phelps de Derecho y Economía Dinámica. En la Maestría hemos incorporado las actividades con la asociación del Instituto de Capitalismo y Sociedad de la Universidad de Columbia, que preside el Profesor Phelps”. Seguidamente, señaló elementos de la vasta y sólida trayectoria intelectual del ilustre visitante de nuestra Casa de Estudios y resaltó lo que se denomina economía dinámica, es decir, la posibilidad de que exista lo que es una larga tradición filosófica, el impulso vital trasladado a la idea económica del crecimiento.

Poco después, tomó la palabra el Dr. Edmund Phelps, quien remarcó la conclusión a la que ha llegado tras años de investigación: dinamismo y crecimiento no son sinónimos. Ello se debe a que el dinamismo no se manifiesta a través de una sola vía, sino que tiene múltiples expresiones, como son “el aumento de la productividad y de una categoría de directivos que dicen qué y cómo producir, los cuales conducen a generar niveles superiores de fuerza laboral y empleo". A continuación, sostuvo que, de aquella manera, se genera un proceso por el cual se promueve la rotación de los puestos de trabajo hacia niveles superiores mediante el desplazamiento de las empresas dedicadas a rubros tradicionales por parte de las nuevas.

Por otro lado, señaló la importancia, en aras de dinamizar la economía, de la intervención del Estado mediante el otorgamiento de subsidios a los sectores de más bajos ingresos para que puedan desarrollar su propia fuente de trabajo; “el trabajo eleva la autoestima y elimina la situación de dependencia porque el individuo aprende a valorar lo que genera”. Así, y en tanto es determinante el hecho de contar con empresarios y consumidores dispuestos a aceptar las ideas innovadoras, la elevación de los niveles de educación en todos los sectores se erige en un factor fundamental.

En la misma línea argumental, Phelps consideró que la economía dinámica constituye una clara alternativa frente a la “economía corporativa que, al intentar establecer acuerdos entre empresarios y gobierno sobre la organización de la producción impiden la innovación y frustran la posibilidad de ofrecer nuevas ideas comerciales”.

Por otra parte, señaló que una de las grandes amenazas para la buena economía -dinámica e inclusiva- viene dada por las presiones que ciertos grupos realizan con el objetivo de limitar los derechos de propiedad y los incentivos para los innovadores y emprendedores. En tal sentido, opinó que las presiones a los políticos para que estos se abstengan de abrir la economía -e incluso para “cerrarla” aún más- conspira contra el crecimiento y el dinamismo. Los impuestos restrictivos de las exportaciones e importaciones conllevan el pernicioso efecto de constreñir el tamaño del mercado para los actuales y potenciales innovadores, justo en el momento en que ellos están decidiendo si innovar o no. De igual forma, manifestó que las políticas económicas de los países que se muestran claramente reacios a admitir la entrada en el mercado competitivo por parte de capitales extranjeros conspiran contra la posibilidad de desarrollar una economía dinámica. De este modo, la depreciación del valor real de la moneda, al aumentar las defensas que tienen los productores locales contra la competencia exterior, los induce a actuar “cada vez más como monopolistas y cada vez menos como competidores”.

Hacia el final de su ponencia, el Dr. Edmund Phelps resaltó las consecuencias negativas que la situación analizada provoca, las cuales están corroboradas por estudios estadísticos, a saber: contracción del mercado laboral, disminución de los incentivos para innovar y estancamiento del mercado general.

Por último, indicó que una configuración óptima de la política económica no requiere ser ortodoxa en todos los aspectos, “programas para fomentar el dinamismo y subsidiar la inclusión son fundamentales”, concluyó.

Mas tarde, se desarrolló el panel “Experiencias PyME”, presidido por el Dr. Alejo Monner Sans. Hicieron uso de la palabra el cofundador de Core Security, Jony Altszul; el Director Ejecutivo de Endeavor Argentina, Alejandro Mashad; la Directora del Centro de Enterpreneurship del IAE, Silvia de Torres Carbonell.

La actividad continuó el 21 de mayo, día en el que se realizaron los paneles “Marco normativo” y “Tecnología e innovación”. El primero, presidido por el presidente del IAEF, Dr. Juan Prgich, contó con la presencia del Subdirector de la Maestría en Derecho y Economía, Dr. Douglas Elespe; el Presidente de Editorial La Ley Dr. Gonzalo Lissarrague y el Gerente General de OSDE, Tomás Sánchez de Bustamante. En el segundo de ellos, moderado por el Secretario Académico de la Facultad, Prof. Gonzalo Álvarez, estuvieron presentes Miguel Becerra (CEO de IBM para la región Sur), Alejandro De León (CEO de Oracle), Mario Garaña (CEO de Microsoft región Sur) y Alejandro Díaz (CEO de Amcham).

Al concluir este último panel, se dio paso al acto de cierre, donde el Prof. Phelps recibió de manos del Decano Dr. Atilio Alterini una plaqueta en ocasión de la fundación de la Cátedra Phelps en la Universidad de Buenos Aires. Del mismo modo, los legisladores de la Ciudad de Buenos Aires, licenciados Raúl Fernández y Christian Asinelli le otorgaron al Prof. Phelps el diploma y la medalla que lo acreditan como huésped de honor de la Ciudad.