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Año XVI - Edición 294 02 de noviembre de 2017

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Congreso de Derecho Penal y Procesal Penal 2017

  • Nota de Tapa

Los días 19 y 20 de octubre, el Departamento de Derecho Penal y Criminología llevó adelante el Congreso de Derecho Penal y Procesal Penal 2017.

En el Salón Azul, el Congreso comenzó con el panel “Perspectiva de género”. En este marco, disertaron Lucila Larrandart (profesora consulta de derecho penal y procesal penal), Gustavo Beade (docente investigador de la Facultad) y Julieta Di Corleto (defensora pública adjunta).

En primer lugar, Lucila Larrandart se refirió a cómo se ha considerado la desviación femenina de acuerdo al rol. “Si uno observa el desarrollo de la legislación penal, ve que en cuanto a la historia la desviación femenina siempre ha sido considerada en relación con el sexo y el paradigma de la desviación femenina en general ha sido considerado la prostitución, que era el equivalente de la delincuencia masculina”, introdujo la profesora.

Con relación al tratamiento de la mujer en las leyes penales, señaló que todas las figuras específicas están ligadas al área de la integridad o la libertad sexual, pero la libertad sexual no tratada como libertad, sino como honestidad sexual. También, se la ha tratado específicamente como integrante de la familia (madre, esposa o hermana).

“En nuestro Código Penal, uno de los ejemplos de tratamiento de género era el adulterio, que después fue derogado, en el cual para que la autora fuera mujer con una sola relación bastaba para ser adúltera. En cambio, el varón lo cometía cuando tenía una manceba dentro o fuera del hogar”, recordó y reflexionó “había un tratamiento distinto del mismo delito”.

Hacia el final, sostuvo que “lo que tenemos que propugnar es revisar las interpretación y el enfoque de los conflictos, no considerando a la mujer como un sujeto débil y vulnerable porque sí, sino viendo de qué forma se puede enfocar el conflicto sacándolo del derecho penal y sobre todo propugnando interpretaciones que ayuden a sacar del rol estereotipado femenino de sujeto sin libertad sexual y más vulnerable”.

A su turno, Gustavo Beade compartió una reflexión que surgió a partir del caso de Gustavo Cordera. En primer término, desarrolló los hechos del caso.

Seguidamente, sostuvo que su intención es justificar la idea de que Cordera tiene que ir a juicio penal y que la denuncia que se hizo es correcta. En este sentido, señaló que la denuncia podría ser por apología del delito, instigación a cometer un delito o incitación a la violencia colectiva. “Todos tenemos reservas con ese tipo de delitos. Tenemos una tradición liberal que nos obliga a pensar esos delitos con cierta sospecha porque en general creemos que las personas con las que tratamos desde una comunidad son personas que tienen su propio criterio, son autónomas y son mayores de dieciocho años”, expresó y luego cuestionó esta creencia.

“El punto central es que no importa cuánta indignación tuvimos, cuánto repudiamos a Cordera en las redes sociales, sino que es necesaria una respuesta de alguien que nos represente como comunidad y no solo respuestas individuales sin conexión”, compartió y agregó que ese alguien podrían ser los fiscales.

A continuación, Julieta Di Corleto desarrolló sobre el viaje cultural del positivismo italiano y cómo se trasladó a nuestro contexto local. A modo de introducción, la oradora detalló que se da a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. “La Ciudad de Buenos Aires era una ciudad en constante trasformación y las mujeres parecían estar menos expuestas a lo que era el problema de época”, describió.

En este contexto, los criminólogos empezaron a construir un andamiaje teórico que permitía pensar la cuestión criminal con algunas semejanzas pero también con muchas diferencias respecto a lo que había hecho el positivismo italiano.

“Más que estar asociadas grandemente con las ideas de Lombroso, en el Río de la Plata el estudio de la criminalidad femenina se solapó con otras ansiedades que integraron lo que se conoce como la cuestión social y allí encontró un terreno muy propicio para expandirse”, especificó.

Por otra parte, indicó que el positivismo jurídico italiano explicaba los crímenes de los varones y trabajó tratando de dar respuesta al por qué de la menor criminalidad femenina. Sin embargo, “los grandes criminólogos de Argentina solamente hicieron referencia a la criminalidad femenina de manera muy aislada y esto da cuenta del poco peso que tenía la discusión en nuestro territorio”, puntualizó.

Durante ambos días, una gran cantidad de profesionales brindaron su aporte en distintos salones de la Facultad. Entre otros temas, se desarrolló en torno a la política criminal; la parte especial del Derecho Penal; compliance y responsabilidad penal de las personas jurídicas; el fundamento del castigo y ejecución de la pena; jóvenes y sistema penal; Derecho Procesal Penal; y la teoría del delito.