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Año V - Edición 88 15 de junio de 2006

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Conferencia sobre Pedagogía Jurídica – Métodos de enseñanza del Derecho y medios de evaluación

  • Nota de Tapa

“¿Qué estamos enseñando?”, es la pregunta central para muchos docentes universitarios y la inquietud fundamental con que el profesor de la Universidad Autónoma de México, Eduardo López Betancourt, comenzó su reflexión sobre pedagogía jurídica titulada “Métodos de enseñanza del Derecho y medios de evaluación”, el 31 de mayo en el Salón Rojo de nuestra Facultad.

Con más de 40 años de labor docente y varios textos publicados sobre pedagogía, el profesor Betancourt es una personalidad destacada en el estudio de estos temas.

Ante todo, nuestro visitante comentó a los presentes que la Argentina —y la Universidad de Buenos Aires— es para los extranjeros un país referente a nivel latinoamericano, en lo que hace a los temas de pedagogía y maneras efectivas de transmitir conocimientos. Sin embargo, podría decirse que las dudas esbozadas por este profesor transitan por todos los territorios: “¿Por qué la pedagogía es algo que no interesa trabajar en los claustros universitarios?”, se preguntó.

El problema para Betancourt, es que al no haber pautas de enseñanza universitaria, ésta termina basándose en la improvisación, lo que en Derecho significa que a profesores llegan los mejores abogados o los que tienen muchos “amigos” en las facultades, pero nunca quienes tienen mejores aptitudes para la docencia. En ese sentido, felicitó a nuestra Facultad por tener un Departamento dedicado especialmente a formar educadores.

Ahora bien, antes que empezar a hablar de las clases, Betancourt sugirió preguntarse primero si hoy el Derecho está cumpliendo la función que la sociedad espera que tenga. “Si el Derecho termina siendo algo inútil, los docentes deben hacer una autocrítica”, remarcó. Según su punto de vista, el Derecho hoy debe ser enseñado de modo global y ajustado a las necesidades actuales, por lo que deben erradicarse las nociones localistas y nacionalistas.

“¿Qué estamos enseñando?”, volvió a inquirir. “Lo tradicional: lo que se nos ha dicho en el siglo XV, el discurso magistral, ese discurso aburridísimo...”, se quejó en respuesta. Por tanto, la propuesta de este profesor mejicano parte de mucho antes, y consiste en preguntarse sobre el qué, el cómo, y el para qué se enseña. “El trabajo pedagógico no puede limitarse a la imitación de nuestros antepasados”, continuó.

Más tarde, Betancourt esbozó algunas de sus ideas prácticas, aunque aclaró que cada cual debe encontrar las suyas. Así, sugirió sacar las clases de las aulas y “llevarlas a los tribunales” (o bien transformar las aulas en juzgados), como sucede en la carrera de Medicina con la enseñanza en los hospitales. “Además de transmitir una vivencia directa y verosímil, ayudaría a evitar la corrupción en la función judicial”, ironizó el profesor, porque de ese modo la mirada constante de los alumnos pondría a los funcionarios judiciales bajo presión.

Por otro lado, comentó también otras técnicas posibles, como la realización de debates, el reparto de expedientes a cada uno de los estudiantes para complementar la teoría, utilizar el método de casos, el brainstorming (lluvia de ideas), y aprovechar al máximo los recursos audiovisuales disponibles en la actualidad.

No obstante, nuestro invitado recalcó como esencial, lograr mantener un diálogo cercano con los alumnos. Si bien reconoció que la masividad dificulta ampliamente esta vía, sugirió que el docente se tome el trabajo mínimo de conocer los intereses, gustos y trasfondo social de sus alumnos, para saber con quiénes trabaja y de qué modo puede hacerles llegar mejor el conocimiento.

Habiendo hecho estos comentarios, Betancourt aseguró que si los estudiantes no aprenden “no es por culpa de ellos sino de sus maestros”, de modo que la universidad debe ser muy cautelosa a la hora de seleccionar los profesores, debiendo realizar concursos rigurosos que pongan el acento en las virtudes pedagógicas.

Finalmente, a continuación del profesor invitado, agregaron unas reflexiones finales los Dres. Abel Fleitas Ortiz de Rosas (Profesor Titular de Derecho de Familia) y Miguel Ángel Ciuro Caldani (Director del Departamento de Posgrado).

El primero de ellos resaltó como de importancia, más allá de los consejos, que cada profesor pueda crear sus propias maneras de comunicación, con las que se sienta más cómodo y vea que conducen a mejores resultados.

Para Ciuro Caldani, es imprescindible encontrar en el Derecho un objeto capaz de entusiasmar a los alumnos. “No podemos enseñar afuera de la vida”, agregó, por lo que pidió a los docentes tomarse la tarea educativa como un acto de amor, donde se aspire a que los alumnos puedan superar en el futuro a sus maestros.

Eduardo López Betancourt es Licenciado en Derecho, Maestro en Educación Cívica y Social, Maestro en Historia, Doctor en Pedagogía, Doctor en Historia y Doctor en Derecho. Tiene una actividad docente de 40 años. Imparte clases en la Licenciatura en Derecho y en la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México; fue designado por el Consejo Técnico de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, difusor en las Universidades oficiales, particulares, así como en las incorporadas a la propia Universidad Nacional del Nuevo Plan de Estudios de la Facultad de Derecho.Ha sido Profesor de la Escuela Normal Oral, de la Escuela Normal Superior de México, de las Facultades de Filosofía y Letras (Colegio de Historia y Pedagogía), de Psicología (Lógica Simbólica y Filosofía de las Ciencias) y de la Escuela para Extranjeros de la Universidad Nacional Autónoma de México. Se ha desempeñado como Jefe de Clases de Civismo en Escuelas Secundarias del Distrito Federal.Hasta el 2001, fue Presidente del Comité de Tutorías de Derecho Penal y Procesal Penal de la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México y Coordinador de Estudios de Posgrado en convenio Universidad Nacional Autónoma de México - Universidad Autónoma de Nayarit.Actualmente es Profesor de Carrera por Oposición, titular C, de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México, Miembro (Nivel A) del Sistema Nacional de Investigadores (CONACyT) y Coordinador Académico Honorario de la Maestría en Derecho Penal Campus Chilpancingo y Acapulco de la Universidad Autónoma de Guerrero.