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Año IV - Edición 67 19 de mayo de 2005

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Conferencia de Bernhard Schlink “En la frontera del orden jurídico”

  • Nota de Tapa

El pasado 2 de mayo la Facultad de Derecho presentó al famoso escritor alemán Dr. Bernhard Schlink en la Sala de Audiencias del Tribunal Superior de Justicia, con la asistencia de aproximadamente 250 personas. El evento fue organizado por el Centro Germano-Argentino de la UBA y el Tribunal Superior de Justicia. Bernhard Schlink no sólo es un novelista reconocido –adquirió fama mundialmente con su novela “El Lector”, publicada en 1995 y editada también en Argentina– sino que además es miembro del Tribunal Constitucional de Norte-Renania-Westfalia y profesor titular de Derecho Constitucional y de Filosofía de Derecho de la Universidad Humboldt de Berlín.

El acto de apertura estuvo a cargo del Presidente del TSJ, Dr. Julio Maier. A continuación, el juez alemán Dr. Armin Frühauf, profesor invitado de nuestra Facultad y representante del DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico), presentó a Schlink como hombre con talentos destacados en diferentes ámbitos y mostró las conexiones entre su carrera, su obra y su éxito como jurista por un lado y novelista por otro lado. Schlink ya era conocido en el ámbito jurídico antes de publicar, en el año 1987, su primera obra literaria, una novela policial. Casi todas sus obras literarias se vinculan con cuestiones también jurídicas. Finalizada la conferencia, tomaron la palabra el Dr. Daniel Sabsay y el Dr. Córdoba, en representación del Procurador General de la Nación, Dr. Esteban Righi, antes del debate con el público.  Ambos coincidieron con las conclusiones de Schlink.

  En su conferencia, Schlink apuntó en su discurso a la problemática entre la moral y derecho. Sostuvo que deberían existir en la sociedad espacios sin intervención legislativa. La moral y el derecho no deberían confundirse. El derecho nunca pudo ni debe regular cada situación, sino que debe dejar espacios bajo la responsabilidad de cada uno. Muy concretamente, Schlink fundamentó su tesis –cuya temática anteriormente se discutía sobre todo al estudiar la relación entre derecho y bioética- con dos ejemplos: a) la posibilidad de admitir la tortura a un sospechoso a fin de salvar la vida a una víctima; y b) el uso de armas de fuego en contra de una amenaza terrorista, parecida al 11 de septiembre, en la cual se empleó un avión con pasajeros inocentes como artefacto explosivo para atacar a una multitud.

Ambas cuestiones fueron recientemente temas de discusión pública en Alemania.

El vicepresidente de la Policía de Frankfurt fue condenado en 2004 -a una pena mínima- por el delito penal de coacción por haber ordenado amenazar a un sospechoso de un secuestro con medidas de tortura para que declarase donde estaba escondido el niño secuestrado. El sospechoso declaró bajo amenaza que ya había matado al niño y reveló el lugar en el cual se encontraba el cadáver. El vicepresidente se defendió, entre otros, con el argumento de que lo había hecho como última medida para salvar la vida al niño. Schlink descartó, en coincidencia con el juzgado, esta defensa, apuntando a los derechos humanos que exigen, sin excepción, la prohibición de toda forma de tortura, porque lesiona gravemente la dignidad del ser humano.

El 18 de junio de 2004, el Parlamento Federal alemán aprobó la “Ley de Seguridad Aérea” (Luftsicherheitsgesetz), que pretende evitar hechos siniestros como los sucedidos en los atentados del 11 de septiembre de 2001, posibilitando a las Fuerzas Armadas alemanas derribar aeronaves en caso de temor fundado de que se encuentren en poder de terroristas que pretenden estrellarlas contra un objetivo, como un edificio, una planta química o una central nuclear.

Schlink entendió que esta ley es inconstitucional. La Ley prevé -por primera vez- la posibilidad de sacrificar la vida de hombres inocentes para salvar otras vidas. Esta reglamentación sigue la lógica de una guerra y no de la Constitución, que establece la inviolabilidad de la dignidad humana y que prohíbe resignar o contraponer una vida a otra. La Corte Constitucional Federal alemana ha formulado la lógica constitucional en los siguientes términos: “La defensa de una vida individual no debe ser resignada porque se persigue el objetivo, respetable en sí, de salvar otras vidas. Toda vida humana, como tal, tiene el mismo valor y por lo tanto, no puede ser sometida a una valoración diferente de ningún tipo ni tampoco a una ponderación cuantitativa”. Schlink subrayó que la nueva lógica de la “Ley de Seguridad Aérea” rompe por completo con este compromiso con la vida y la dignidad, que revindica la Constitución y sobre la cual se basa esta Carta Magna.