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Año VI - Edición 109 19 de julio de 2007

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Conferencia - Análisis comparado de las Políticas Públicas en materia de drogas

  • Nota de Tapa

Debemos asumir que el prevencionismo ha fracasado”. Esta fue la frase que quedó resonando luego de la conferencia “Análisis comparado de las Políticas Públicas en materia de drogas” que el profesor canadiense Dr. Eugene Oscapella, de la Universidad de Ottawa, brindara en nuestra Facultad el 25 de junio pasado.

Invitado por el Dr. Carlos Cruz, y acompañado por la traducción y los comentarios del Juez y Docente de Posgrado, Dr. Martín Vázquez Acuña; el criminólogo canadiense intentó demostrar desde una perspectiva económica el fracaso de las política prohibitivas que hasta el momento han intentado luchar contra el tráfico de drogas.

Eugene Oscapella señaló primeramente que el problema de las drogas afecta a todos los países del mundo y que, a grandes rasgos, en todos ellos se presentan los mismos aspectos asociados con el narcotráfico: violencia, marginalidad, corrupción política y policial, y transmisión de enfermedades infecciosas. Lo paradójico, para este especialista, es que cuanto más se extiende la lucha global contra las drogas, éstas se vuelven más fácilmente accesibles. De hecho, no ha dudado en afirmar que “el narcotráfico ha creado un mercado muy lucrativo, que sirve fundamentalmente para financiar todo tipo de actividades criminales”.

“Los políticos no pueden entender que la prohibición del consumo de drogas es la que fomenta y eleva los precios del mercado negro” -explicó. De hecho, las Naciones Unidas han estimado que dicho mercado genera un negocio anual que se estima en U$S 400 mil millones. Para este miembro de la Canadian Foundation for Drug Policy, los tentadores beneficios económicos que se obtienen con la venta de estupefacientes, convierten a ésta en la principal fuente de financiación del terrorismo, y aseguró que finalmente el efecto es que “un grupo cuida al otro”, haciendo referencia a las redes conjuntas que habitualmente forman los traficantes de drogas con los grupos terroristas.

“La realidad es que sin la prohibición, la droga ya no sería el gran negocio que es y sus precios caerían drásticamente”, sostuvo Oscapella. Sin embargo, destacó que nadie se anima a decir que muchos grandes traficantes de drogas mantienen estrechas vinculaciones con los gobiernos de turnos de los Estados prevencionistas.

Nuestro invitado aclaró que el problema de la prohibición de las drogas no sólo tiene como consecuencia contraproducente a la actividad terrorista, sino que además genera efectos nocivos indeseados, como el ocultamiento de muertes y graves violaciones de derechos humanos, la imposibilidad de controlar la producción química de los laboratorios clandestinos, y la dificultad de asistir las adicciones de personas dependientes, que no se animan a recurrir a hospitales.

Oscapella afirmó que utilizando al derecho penal como única herramienta “estamos cavando nuestra propia tumba”. En ese sentido, sostuvo que un problema que cuenta con tantas aristas, no puede ser resuelto desde la criminalización, sino que debe contar con soluciones de la medicina, la economía y la educación. “Los juristas tienen el deber ético de asegurar que las leyes sean herramientas destinadas a no causar daño, y es por ello que el trabajo de ustedes será tratar de aplicar su conocimiento para mejorar la sociedad que los rodea y no para favorecer a quienes las infringen” –finalizó diciendo.

Por su parte, el profesor Martín Vázquez Acuña indicó que el escenario ideal para nuestra país se comenzaría a visualizar derogando el artículo 14, segundo párrafo, de la Ley 23.737, que penaliza la tenencia de drogas para uso personal, por cuanto “clandestiniza” y convierte en delincuentes a los adictos y conlleva para ellos una grave limitación para acceder a la salud (los padecimientos no sólo se limitan a la adicción, sino que también se extienden a enfermedades como hepatitis, SIDA, cáncer, endocarditis, embolias, abscesos pulmonares, etc.).

Por otro lado, este juez en lo criminal explicó que la realidad de las drogas es sumamente compleja e incluye dimensiones culturales, antropológicas, morales, farmacológicas, sanitarias, jurídicas y económicas. A su vez, sostuvo que la actual diferenciación entre drogas legales e ilegales no tiene basamento científico, pues ambas producen graves daños a la salud.

Finalmente, Vázquez Acuña propugnó por la modificación del artículo 5 de la ley mencionada, en tanto penaliza el cultivo para consumo personal y utiliza una terminología confusa y redundante que trae como consecuencia que miles de “mulas” terminen presas mientras que los organizadores y promotores del narcotráfico evaden fácilmente todo tipo de penalidad.

Los dos expositores actualmente conforman una coalición global comprometida en la lucha por encontrar soluciones efectivas y socialmente positivas para el problema de las drogas.