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Año XIII - Edición 240 06 de noviembre de 2014

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Ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad
“La Constitución como instrumento económico”

  • Nota de Tapa

Un nuevo encuentro del ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad tuvo lugar el pasado 21 de octubre. En este marco, el profesor Juan Vicente Sola,director de la Maestría en Derecho y Economía, se refirió a “La Constitución como instrumento económico”. La Decana Mónica Pinto expresó unas palabras de bienvenida y presentó al expositor.

El profesor Juan Vicente Sola comenzó su disertación indicando que la idea de Constitución como instrumento económico no es nueva en la Argentina. Se trata de una cuestión que estuvo en el centro del debate constitucional, no concretado, entre Alberdi y Sarmiento. “Alberdi desconfiaba de la sociedad argentina”, dijo Sola. En este sentido, Alberdi sostenía que se había heredado una sociedad de colonos basados en el sistema español del monopolio, por lo tanto la Constitución debía tener un gran esfuerzo derogatorio. Alberdi, del mismo modo, sostenía que la Constitución debía ser un programa de gobierno. Frente a esto, Domingo Faustino Sarmiento, quien creó la cátedra de Derecho Constitucional, presenta una idea distinta mediante una metáfora: la Constitución es el remedio de nuestros males. “En aquella época un remedio era una tisana, y la tisana viene envuelta con las instrucciones. Estas instrucciones son los fallos de la Corte Suprema de los Estados Unidos. La Argentina trae, por primera vez, al debate constitucional una Constitución no como valores sino como proceso”, señaló Sola. De esta manera, la Constitución establece un mecanismo para resolver problemas, problemas que no son predecibles. En este marco, el orador mencionó al economista Frank Knight, quien estableció el criterio de distinción entre incertidumbre y riesgo, teniendo en cuenta que el riesgo se puede calcular, y por lo tanto prever. La incertidumbre, en cambio, no se puede prever o calcular. “Si Knight tiene razón, aparece un fenómeno para el Derecho: no podemos prever el futuro. Imaginar que un texto tiene todas las respuestas o que el legislador puede prever el futuro o saber cómo se va a aplicar el Derecho es una fantasía. Esta fantasía se transforma en un lugar de debate, donde los nuevos problemas se irán resolviendo creando un nuevo Derecho”, describió. Indicó, asimismo, que la visión que generalmente se tiene en economía sobre la Constitución es la de un contrato de largo plazo. Entendió que esta idea de constitución no es una metáfora, es un modelo, por lo que se lo utiliza para sacar conclusiones y prever comportamientos futuros. “La Constitución es un texto abierto y abierto al debate”, sostuvo. Sola consideró que esto es legítimo por varias razones. Asimismo, mencionó que Habermas, quien sostiene el Derecho como diálogo, argumenta que se va llegando a un resultado luego de un debate en el cual se participa con todos los argumentos.

Sola subrayó además que los costos de transacción de una decisión judicial son muy bajos. “Esto hace que esta forma de decisión sea eficiente”, prosiguió. Posteriormente, destacó que aparece una visión denominada “regulación a través del litigio”. La teoría sostiene que toda legislación es innecesariamente incompleta, aún la más precisa. Solo se sabe qué contenido tiene cuando haya un caso, y la norma que se dicta en el caso es la que la completa. Otro problema económico básico que está en la Constitución es el gobierno. “El gobierno es un monopolio, creado por la Constitución, tiene el poder absoluto de la violencia”, describió. Así, la idea de un gobierno monopolista lo lleva a situaciones complicadas. De esta manera, la Constitución trató de dividir el monopolio. “Esta solución hace que el sistema de frenos y contrapesos y el sistema de división de poderes sea eficiente. Si tengo un gobierno que decide cosas muy rápido y en secreto, tengo el riesgo de la búsqueda de rentas, pero además normas complejas que cambian muy rápido y que no pueden ser muy conocidas. El costo de la información es uno de los costos más altos de la economía”, entendió Sola. Del mismo modo, Sola expresó que el principal problema en la sociedad moderna es que la información es insuficiente, pero además es asimétrica. “La libertad de expresión no es solo un requisito de la democracia, sino que también es eficiente. Cuanta mayor libertad de expresión hay, mayor información tiene la sociedad”, enfatizó.

Por otro lado, se refirió al problema de la regulación. “No hay regulación inocente. Toda regulación transfiere recursos, muchas veces se los transfiero a quien no se lo quiero transferir”, indicó. Además, recordó que existen desigualdades que no son genuinas, como las de empresarios que obtienen beneficios muy altos por la regulación, por subsidios directos e indirectos. “Esta desigualdad es perversa porque ofrece menos bienes y crea privilegios que en muchos casos son escandalosos”, declaró. Hacia el final, examinó que “tenemos un contrato constitucional, que nos permite debatir su contenido en los temas que son importantes, debatir la situación antes que las normas se nos aplique y además nos permite incorporar información de todo tipo al debate”. De esta manera, la Constitución, a través del control de constitucionalidad, no es solo un sistema democrático, sino también un sistema eficiente.

“La libertad de expresión no es solo un requisito de la democracia, sino que también es eficiente. Cuanta mayor libertad de expresión hay, mayor información tiene la sociedad”, enfatizó el profesor Juan Vicente Sola.