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Año XI - Edición 202 25 de octubre de 2012

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Ciclo de almuerzos académicos para profesores de la Facultad de Derecho “El comportamiento moral respecto de los moribundos”

  • Nota de Tapa

Los profesores de la Facultad de Derecho se reunieron el 9 de octubre en un almuerzo académico donde el profesor emérito Martín D. Farrell analizó el comportamiento moral respecto de los moribundos.

Luego de la presentación a cargo de la Decana Mónica Pinto, el profesor Martín Farrell reflexionó sobre el trato moral que se les debe a los muertos. Así, abordó la polémica sobre si los muertos pueden ser dañados después de su muerte por cuestiones que ocurren en este mundo. Para ello, se basó en el aspecto metafísico, indicando que cuando Solón aconsejó “no llames a nadie feliz hasta que haya muerto”, quiso referirse a dos cuestiones: primero, se trata de una afirmación empírica en el sentido de que en cualquier momento antes de la muerte cualquier persona puede ser afectada por una catástrofe tan terrible como para tornar negativo el balance de felicidad, incluso del individuo más dichoso hasta ese entonces; y segundo, consiste en una afirmación metafísica, en el sentido de que luego de la muerte, nada puede afectar a una persona. “Puso a la muerte como un límite definitivo, luego de la cual podemos juzgar confiadamente la vida del individuo y evaluarla o no como feliz”, expresó.

Distinguió, asimismo, dos tipos de daños: el objetivo y el subjetivo. Respecto al daño objetivo, afirmó que el perjudicado en sus intereses, sólo puede sufrirlo cuando está vivo, mientras que cuando una persona se muere los intereses desaparecen con él. Para el daño subjetivo, observó que requiere que la víctima esté anoticiada del daño. En consecuencia, opinó que no se puede dañar objetivamente o subjetivamente a un muerto porque está desconectado del mundo de los vivos.

Sin perjuicio de ello, advirtió que algunas conductas relacionadas con los muertos pueden ser incorrectas. Examinó entonces desde el punto de vista ético dos comportamientos vinculados con los moribundos: la obligación de decir la verdad y de respetar las promesas. Comentó también que las personas que comparten esta metafísica tienen intuiciones diferentes de estas obligaciones, que provienen de dos teorías éticas distintas: el deontologismo kantiano y el utilitarismo de estados mentales. Mencionó que todas las teorías éticas sostienen que existe la obligación de decir la verdad, pero difieren en la fuerza de la obligación. Para la primera, es fuerte; mientras que para la segunda, depende de las consecuencias de decir la verdad. De tal modo, hizo referencia a las mentiras que producen un estado de felicidad en el moribundo entre el momento de la mentira dicha y la muerte.

Por otra parte, señaló dos tipos de incumplimiento, público o no público, dependiendo de que haya o no testigos de la promesa. En este sentido, afirmó que de acuerdo al deontologismo kantiano “quien hace una falsa promesa utiliza al otro ser humano como un medio”. A su vez, el utilitarismo considera que las promesas son vinculantes en base a la confianza que ellas crean, pero las que se hacen en privado dependen de la voluntad del promitente. Destacó que hay casos en los que, al estar involucrado un moribundo, las obligaciones morales experimentan un cambio y hay casos en que no lo hacen. “En algún momento somos invulnerables; somos invulnerables cuando nos morimos”, concluyó.

“Quien hace una falsa promesa utiliza al otro ser humano como un medio”, afirmó el profesor emérito Martín D. Farrell.