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Año V - Edición 84 20 de abril de 2006

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90 Años de la Primera Democracia Constitucional

  • Nota de Tapa

El 2 de abril de 1916 fue electo por primera vez en la Argentina un presidente a través del voto universal, secreto y obligatorio, instaurado por la Ley Sáenz Peña en 1912. Este año se cumplió un aniversario más de aquel hito y desde el Departamento de Posgrado de nuestra Facultad, a instancias del Dr. Miguel Ángel Ciuro Caldani, se decidió organizar la actividad “90 Años de la Primera Democracia Constitucional”. El acto se realizó el 3 de abril en el Salón Rojo y contó con las disertaciones de los Dres. Carlos Ghersi (Profesor de Derechos Civil), Mario Ackerman (Director del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social) y Alberto Dalla Vía (Profesor de Derecho Constitucional).

De manera introductoria, el Dr. Ciuro Caldani recordó que la Ley Sáenz Peña constituyó históricamente, por así decirlo, el final de un ciclo “soñado” por los fundadores de la república constitucional, que consistía básicamente en la transformación y preparación del pueblo para el ejercicio de la civilidad. No ocultó su admiración por el presidente electo en 1916, al decir que “Yrigoyen haya sido tal vez el más grande de los demócratas argentinos”. En ese sentido, Ciuro Caldani destacó la importancia de la promoción social lograda en aquellos tiempos y la conformación de una clase media pujante, de intelectuales brillantes. Esto último, gracias al espíritu reformista que el gobierno apoyó en materia universitaria; lo que para nuestro profesor fue la obra más importante del mandato yrigoyenista.

Seguidamente, el Dr. Carlos Ghersi habló sobre la impronta que dejó en nuestro país el ejercicio de la democracia en el ámbito del derecho privado. “Yo siempre pienso que lo anterior no fue democrático” —comenzó diciendo. Así, con un tono crítico, sostuvo que la Constitución de 1853 fue una “construcción autoritaria de caudillos y patrones de estancia” que causó la primera gran división oficial de clases en la República Argentina: “ni en Estados Unidos se hizo una apropiación de tierras tan grande” —agregó. De todas maneras, Ghersi recordó algunos sucesos que subrayó por el despliegue masivo de derechos individuales, como ser la Constitución de 1949, la Ley 17.711 (de Reforma al Código Civil con la inclusión de la lesión) y la más novedosa Ley 24.240 (de Defensa del Consumidor). Aún así, expresó que una ley es sólo el comienzo de la democracia pero no su realidad. “El desafío es por la democracia real, a través de la calidad de vida y la distribución de la riqueza”, terminó expresando.   

A continuación, tomó la palabra el Dr. Mario Ackerman, quien apuntó algunas ideas sobre la evolución democrática del derecho laboral. Antes de comenzar con el fondo del asunto, aprovechó para reivindicar públicamente al Decano de la Facultad, Dr. Atilio Alterini, como un “hombre de la democracia”.

Ya en tema, comentó que hacia 1916 el derecho del trabajo ya existía. En realidad, el año del puntapié había sido 1904, cuando confluyeron el proyecto de Joaquín V. González, los escritos de Bialet Massé y la asunción del socialista Alfredo Palacios en el Congreso. “Hasta hoy hubo una buena evolución normativa en materia del derecho individual”, reconoció Ackerman, y desmitificó que el peronismo haya introducido demasiadas novedades positivas en la materia. De hecho, señaló a 1945 como el año en que se frenó todo el avance que se había logrado en el ámbito del derecho colectivo de trabajo. Citó un decreto olvidado, el 536/45, que penalizaba la huelga como un delito contra el Estado y la seguridad nacional. A su vez, ese año el sindicalismo “se volvió autoritario, monopólico y dependiente del Estado”, señaló nuestro profesor, siendo un modelo que sobrevivió hasta hoy cuando la OIT está “urgiendo” al Gobierno Argentino para que corrija y democratice la actividad sindical.

Con cierto tono realista, Ackerman culminó diciendo: “yo creo que la sociedad argentina todavía, lamentablemente, no logró incorporar la cultura de la democracia y el respeto por las instituciones”.

Para finalizar, se dirigió al público el Dr. Alberto Dalla Vía, quien se aprestó rápidamente a controvertir algunos de los argumentos esbozados por el Dr. Ghersi porque “no se debe perder la visión de la época; en 1853 nadie hablaba de democracia”. Además, sostuvo como dudosa la legitimidad democrática de la Ley 17.711, que fue concebida desde un gobierno militar.

Más tarde, esbozó un resumen histórico sobre cómo se llegó a 1912 y allí rescató las figuras de personajes reformistas históricos, como el propio Roque Sáenz Peña o Carlos Pellegrini, quienes no pudieron llegar a ver las consecuencias de sus ideas.

Por último, y con un espíritu ciertamente optimista, recordó: “De las grandes crisis siempre hemos salido votando; esto hay que valorarlo”.

El acto continuó con la intervención del auditorio quien intercambió preguntas con los oradores.