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Año II - Edición 25 03 de abril de 2003

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27º aniversario del último golpe de estado. Entrevista a Alba Lanzillotto (Abuelas de Plaza de Mayo)

  • Nota de Tapa

Con motivo de cumplirse otro aniversario del último golpe de estado, llevado a cabo el 24 de marzo de 1976, Derecho al Día realizó un reportaje a Alba Rosa Lanzillotto, Secretaria de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, con el convencimiento de que su testimonio permitirá a los lectores acercarse a una época sombría de nuestra historia reciente.

DD: ¿Puede hablarnos brevemente sobre la actividades de Abuelas de Plaza de Mayo?

A. L. Es un organismo de defensa de Derechos Humanos, que se creó fundamentalmente para buscar hijos de padres desaparecidos, de quienes se apropiaron los uniformados y sus colaboradores y cómplices durante la vigencia del terrorismo de estado. Había muchas muchachas secuestradas con sus hijos en brazos, la mayoría estaban embarazadas y  tenían sus hijos en los centros clandestinos de detención que existían en la dictadura. Al principio devolvieron algunos chicos. Más tarde, personas que fueron liberadas de los campos dijeron que el hijo de tal muchacha había nacido y lo habían entregado a su familia. Pero al salir del cautiverio comprobaron que no era así, por lo que las Abuelas poco a poco se fueron dando cuenta que no nos iban a devolver los chicos y entonces se fueron reuniendo para, juntas, hacer los trámites, las diligencias, para buscarlos con paciencia. Con el tiempo se fundó un banco nacional de datos genéticos con sangre de los familiares. Cada vez que hay una presunción de que un chico o un joven (porque hoy ya ha crecido) es un hijo de desaparecidos se hace una causa judicial y el juez, si hace lo que debe, lo cita y a sus supuestos apropiadores para que se tomen las muestras y se realicen los análisis. De esa forma hemos encontrado un buen número de chicos. Actualmente, los propios jóvenes se acercan para averiguar sobre su identidad, porque se enteran de que no son hijos de esas personas y quieren saber quiénes son y quiénes fueron sus padres.

A partir de la labor de Abuelas se comenzó a hablar del Derecho a la Identidad...

Las Abuelas participaron de la redacción de la Convención sobre los Derechos del Niño, en la que no estaba previsto el Derecho a la Identidad. Como en todas partes se apropian chicos y existe gente que se cree dueña de la vida de los demás, la Asociación pugnó por incluir el artículo correspondiente, el octavo, que se refiere a este derecho, y a otros dos, que son denominados los “artículos argentinos” de la citada Convención.

El robo de bebés es una suerte de asesinato civil de los seres más indefensos, cambiándoles la identidad, anotándolos como propios. En el caso de los chicos ya nacidos, que poseían su identidad, sus apropiadores la desconocieron, falsificando documentos públicos.

Hace pocos días se ha cumplido un nuevo aniversario del último golpe de estado ¿Qué significación le da a esta fecha?

El golpe cívico y militar –porque en realidad, los efectivos militares fueron el brazo armado de los poderosos- consistió en una asociación ilícita para cometer crímenes. Tuvieron los militares la vergonzosa misión de limpiar el campo de toda resistencia, por los medios violatorios de los derechos elementales, secuestrando, torturando, asesinado y desapareciendo a toda oposición, a mucha gente pensante que veía venir esta situación, que se extiende hasta la actualidad, con un país devastado, donde todo se entregó y somos gobernados desde afuera. Lo que hoy vivimos tuvo origen durante la dictadura. Para eso estuvo Martínez de Hoz, ministro de economía de ese entonces, el campo fue limpiado para que se pudiera sembrar el neoliberalismo. Luego, para mayor frustración de los argentinos, los gobiernos democráticos que siguieron continuaron su tarea, especialmente el menemista.

Entonces, el “Proceso de Reorganización Nacional” fue una banda delictiva que implantó un proyecto económico para el propio beneficio de sus autores y de los sectores más privilegiados de la sociedad, las grandes empresas, los bancos que le han sacado los ahorros a mucha gente que se ha privado de cosas para tener un ahorro, a ellos especialmente los han robado. Antes, recuerdo que mi padre era docente, tenía su libreta de ahorro, ahorrar era como una obligación para la patria, eso se perdió. Han robado el trabajo el dinero como  la posibilidad de tener una vivienda o de educarse.

En los primeros años de la década del ’80 se fue produciendo la transición hacia la democracia en nuestro país. Desde el punto de vista de la vigencia del estado de derecho y la consecución de justicia ¿Cuál es su opinión al respecto?

Todavía estamos heredando los jueces de la dictadura. Además, los gobiernos no han nombrado a los magistrados por capacidad, sino por amistad, por ser del mismo partido. Tampoco puede ser juez quien no sabe nada. La justicia es una cuestión muy delicada, tiene que ser ejercida por gente decente, incorruptible, que no sea partidaria; por más que tenga su corazoncito político, en el acto de juzgar debe ser totalmente neutral. Eso se ha perdido absolutamente aquí.  Los jueces del primer gobierno constitucional fueron los mismos de la dictadura, quedaron en su puesto como si fueran buenas personas, cuando eran los que negaban los recursos de habeas corpus que se presentaban por los desaparecidos. Dicen que cuando volvió la democracia, en Tribunales había una habitación llena de habeas corpus a los que nunca se les dio curso. Sí se hizo una cosa muy buena que fue el juicio a las juntas militares, fue la primera vez en la historia en que unos usurpadores del poder fueron juzgados, pero después vinieron las leyes y decretos de impunidad.

Con relación a lo que Ud. nos comenta, ¿Considera importante la formación del profesional de las leyes en Derechos Humanos? ¿Qué motiva a los que se ocupan de esa temática, en su opinión? 

Yo creo que los abogados que se dedican a los Derechos Humanos lo hacen por un impulso personal.  Hace unos cuantos meses, se llevó a cabo en la Facultad de Derecho un Tribunal ético contra la impunidad de los responsables de violaciones a los derechos económicos, sociales y culturales. Un participante, que habló del rol de la justicia, dijo que debía hacerse lo posible para que en la Universidad no sólo se preparen abogados aptos para ‘chicanear’ en los juicios, o contadores que sólo aprendan las trampas para evitar que la gente pague los impuestos. Es muy duro que se diga una cosa así: yo pienso que, en todas las profesiones y en la vida de las personas  –soy católica, aunque creo en una Iglesia distinta en la jerarquía que tenemos–,  lo único que hace linda la vida es servir a los demás y creo que todas las personas que pueden estudiar –posibilidad que en parte se las da el pueblo– tienen que usar  su capacidad y sus títulos para servicio del pueblo. Por ejemplo, hay grupos de médicos que ahora están haciendo una red para atender gratuitamente a los enfermos y eso les nace del corazón, de su sentido humanitario. Eso no viene de la formación académica. Soy docente, y no es verdad que en el profesorado donde aprendí me hayan enseñado todo, lo demás hay que buscarlo en la vida o en tus valores. A la Universidad tal vez le falta la parte más importante que es la formación humana. En su Facultad siempre se hacen actos, y en una oportunidad se realizó un evento sobre Derecho Internacional al que asistieron profesores que son verdaderas lumbreras y además comprometidos con los destinos de los pueblos,  y no había casi ningún estudiante presente.  Esto es algo que me resultó incomprensible.  Estábamos los que participamos en organismos de Derechos Humanos y casi nadie más. Eso me ha dolido en el alma, porque no alcanza con leer los apuntes para aprender. Creo que todas personas que siguen una profesión tienen que tener una formación humanística, porque de lo contrario no pueden hacer nada. Es como en el caso de los médicos especialistas. Si voy al traumatólogo, "soy" las rodillas que me duelen, si voy a otro especialista "soy" las arterias y el colesterol. Pero yo soy una persona completa y cada parte de mi cuerpo tiene relación con las demás, si el médico no te ve como una persona no te vas a curar. Eso es lo que me parece que le falta a la Universidad.

Lo principal por lo que debieran luchar los estudiantes es, primero, por una formación con sentido humanístico, apartada de la letra fría de la ley, ya que las leyes tienen otra lectura posible. En segundo lugar, tratar de que la Universidad se abra para que todos los jóvenes que quieran y tengan la capacidad lo puedan hacer.

¿Qué opina del conflicto armado que tiene lugar en Medio Oriente estos días?

Toda guerra es un acto criminal, y ésta lo es superlativamente. Estados Unidos tiene la ambición de dominar el mundo. Quiere el poder, no por el verbo “poder” para hacer el bien, para que todos puedan, sino el sustantivo, para acumularlo. Además, muchos sectores del pueblo estadounidense no se enteran de nada, porque los medios de comunicación difunden lo que quiere el gobierno, y esa ignorancia es lo que también quieren para nosotros.

Para culminar, ¿Cómo pueden acercarse los interesados en colaborar con Abuelas?

A quienes quieran acercarse a colaborar con nosotras, les podemos avisar posteriormente cuando surja alguna actividad para hacer. Por ejemplo, se ha relacionado con nosotras gente de la carrera de Diseño Gráfico, de la Facultad de Ciencias Exactas. Ellos han hecho junto con una fotógrafa una exposición denominada “El futuro de la lucha”,  que se expone en el Centro Cultural Recoleta.
Los nietos que trabajan con nosotras también nos aportan un montón de ideas, también los artistas del Teatro x la Identidad, a ellos se les ha ocurrido llevar adelante ese proyecto. El Derecho para nosotras es muy importante y queremos que  los estudiantes,  los profesionales y los magistrados entiendan la justicia de nuestra lucha. A lo mejor, los jóvenes de la Facultad de Derecho pueden traer ideas de nuevas actividades que podamos hacer.

Abuelas de Plaza de Mayo
Av. Corrientes 3284, 4º Piso, H (1193), Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Tel./ Fax: 4864-3475
Correo electrónico: abuelas@abuelas.org.ar / abuelas@wamani.apc.org

La exposición fotográfica sobre la trayectoria de las Abuelas de Plaza de Mayo está abierta desde el 26 de marzo hasta el 20 de abril, en el Centro Cultural Recoleta, sito en Junín 1930, Ciudad de Buenos Aires.