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Año VIII - Edición 147 27 de agosto de 2009

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XII Seminario Internacional de Aprendizaje y Servicio Solidario

  • Notas

Con la finalidad de brindar capacitación, propiciar el intercambio de ideas y experiencias educativas solidarias y generar espacios de cooperación entre escuelas, universidades y organizaciones de la sociedad civil del país y Latinoamérica, durante los días 20 y 21 de agosto se llevó a cabo en el Salón de Actos de la Facultad de Derecho el “XII Seminario Internacional de Aprendizaje y Servicio Solidario”. La actividad fue organizada por el Programa Nacional “Educación Solidaria”, y contó con la colaboración del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (CLAIS) y el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI).

En el acto de apertura disertaron el Coordinador del Programa Nacional, Prof. Sergio Rial; la asesora del Programa Nacional, Prof. María Nieves Tapia; y la Secretaria de Educación de la Nación, Lic. María Inés Vollmer.

Luego de las palabras introductorias del Prof. Sergio Rial, se anunciaron los ganadores del premio presidencial “Escuela Solidaria 2009”.

A continuación, la Lic. María Inés Vollmer señaló que este programa pertenece a una política educativa nacional que se fusiona con los deseos de muchas provincias, escuelas y docentes de valorar y enfatizar la idea de que formar a jóvenes, niños y adolescentes tiene que ser un proceso integrado donde la formación en las disciplinas le permita el desarrollo de todas las capacidades cognitivas y competencias que efectivamente contribuyen a tener una persona que ha logrado ciertos procesos de aprendizaje sustantivos en su vida. Manifestó también que el programa tiene una fuerza y categoría de importancia en la medida en que construye valores, actitudes, solidaridad y compromiso.

A su vez, advirtió que no hay proyectos solidarios individuales sino que “implican acciones de conjunto y son experiencias de socialización de los chicos”. Además, destacó que a pesar de los problemas mundiales, nacionales, de las provincias y escuelas, hay gente capaz de superar las limitaciones del contexto, que anima procesos sociales y educa en la solidaridad. En este sentido, aseguró que estas actividades en función de la formación de valores y de la solidaridad marcan la vida de los jóvenes y niños, “son la huella que un buen docente hace en el espíritu de sus alumnos”. Por otra parte, opinó que el Estado debe mejorar estos procesos para que el docente no lo realice en soledad ya que es una tarea colectiva.

Afirmó también que debe darse difusión a las buenas prácticas porque sobre ellas se alimenta el cambio de las escuelas y se debe transmitir a la sociedad testimonios solidarios que efectivamente hacen que formemos a nuestros niños. De esta manera, sugirió que estas experiencias deben promover la esperanza de que se puede educar mejor a sus alumnos.

Posteriormente, la Prof. María Nieves Tapia comentó las experiencias de “aprendizaje-servicio”, las cuales implican contenidos disciplinares involucrados, competencias, prácticas que se ponen en juego, conciencia ciudadana, y servicio real y concreto a la comunidad.

Asimismo, puntualizó las características que definen a proyectos como “aprendizaje-servicio”; en éstos existe un servicio solidario real y eficaz que atienden necesidades reales y sentidas de una comunidad. Además, “no se trata de cualquier tipo de experiencia solidaria, sino que consiste en una actividad intencionada planificadamente articulada con los contenidos de aprendizaje”, expresó. Sostuvo entonces que estas prácticas solidarias son un punto de encuentro de una serie de tradiciones pedagógicas, de actividades que tienen una larga tradición en las escuelas, universidades e institutos superiores. Remarcó también que detrás de cada propuesta educativa siempre hay un marco ético que las sostiene y las instituciones que optan por el “aprendizaje-servicio” son aquellas que han decidido llevar estas palabras a la realidad. Además, estimó que detrás de los mejores proyectos hay comunidades educativas que creen que el conocimiento puede y debe ser puesto al servicio de la comunidad.

En cuanto a la manera de concebir el conocimiento, consideró que se trata de un bien social ya que “se aprende, se adquiere y se producen conocimientos que puedan tener sentido para el bien común”. Observó entonces que si bien ayuda a desarrollarse personalmente y a poder tener un futuro mejor, es importante que se asuma que el conocimiento tiene que ser puesto al servicio de los demás y, sobre todo, de los que más lo necesitan.

De esta manera, hizo referencia al círculo virtuoso que generan los proyectos de “aprendizaje-servicio”, entre lo que se aprende y se produce en el ámbito académico, y que se aplica al servicio de la comunidad, y luego se recogen estas experiencias enriquecidas a las instituciones para crear nuevos proyectos con destino a la sociedad.

“Todos somos concientes de lo crucial que es para nuestras instituciones educativas recuperar la cultura del esfuerzo, del trabajo y de la transformación concreta de la realidad”, agregó. Además, subrayó que el aprendizaje en estos proyectos es socializado, situado en una red, en un equipo y con respecto a la concepción de solidaridad. En ese sentido, citó a Juan Carr, el fundador de la Red Solidaria Argentina, quien afirmó que “nuestros pueblos son sentimentalmente solidarios pero nos falta solidaridad estructural”.