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Año V - Edición 88 15 de junio de 2006

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Visión estratégica mundial. El desafío argentino

  • Notas

En la realidad existen personas cuyo principal trabajo y dedicación consiste en calcular cuántas “hipótesis de conflicto” vislumbra nuestro país y qué estrategias de defensa debe adoptar el Estado para contrarrestar o evitar posibles ataques contra su territorio y su soberanía. Esta tarea es para muchos desconocida pero lo cierto es que se lleva a cabo en todos los países del mundo y compete especialmente al ámbito de las Relaciones Internacionales.

La persona que tenga alguna idea de lo que estamos hablando, seguramente conozca muy bien al Lic. Pablo Ángel Tello, ex Secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa de la Nación y profesor de la Universidad de Buenos Aires, para quien la estrategia —desde todo punto de vista— es una virtud que ningún ser humano puede darse el lujo de desconocer. Su vasta experiencia en estos temas, le ha permitido a este investigador no sólo gozar de una perspectiva casi adelantada a los hechos, sino que además lo ha llevado a la constante reflexión y necesidad de transmitir sus conocimientos al común de la gente. Es por esto que este experto en política exterior, y miembro de la Academia de Estrategia, visitó nuestra Facultad para disertar sobre “Una visión estratégica mundial. El desafío argentino” y compartir así las ideas principales con que hoy se piensa la política internacional.

Según Tello la estrategia podría ser definida en base a la siguiente pregunta: ¿Cuál es el camino más adecuado que uno elige para obtener mayores espacios de poder, a fin de representar los intereses y valores propios?

Con una visión extremadamente realista y escalofriantemente simple, nuestro orador intentó situar al auditorio en el contexto ideológico actual de modo de poder establecer un diagnóstico certero y necesario para la toma de posiciones. La evolución fue clara y concisa: las escuelas de estrategia nacieron con las especulaciones de la Guerra Fría y la bipolarización mundial. Hoy, el gran fenómeno es la globalización, con sus elementos principales: la velocidad de las comunicaciones, los flujos financieros, la deslocalización de las empresas y la mundialización de la economía.

La primera reflexión que según Tello debemos hacernos es la siguiente: si el contexto ha cambiado, ¿también se ha modificado la condición humana? “Algunos creen que sí, yo creo que no” —respondió. De todas maneras, nuestro invitado fue resumiendo las distintas teorías que han intentado dar respuesta al comportamiento humano frente a la guerra y las disputas de poder. Tanto Einstein como Freud se preguntaban ya a principios de siglo por qué existía tanto entusiasmo en los hombres por lo bélico. Según ellos, este comportamiento es producto de una disputa interna en la naturaleza propia del hombre (Eros vs. Tanathos). Esta idea de tipo dialéctica, heredada en gran parte de las teorías hegelianas, es la que han utilizado muchos intelectuales para explicar el fenómeno globalizador actual. Para Fukuyama, por ejemplo, la caída del Muro de Berlín significó el fin de la historia: ya no hay disputas que posibiliten en sentido positivo una evolución de la sociedad. Otro enfoque distinto es el de Prigogine, quien a través de la teoría del caos ha propuesto la idea de que ya no es posible concebir un sistema en estado de tensión equilibrada. Y pueden citarse también las teorías del pensamiento único, del imperio del mercado, o de la revancha de la historia.

Para Tello, la conclusión es simple: “la globalización es el producto del triunfo capitalista”. Se trata entonces de un fenómeno que tiene un contenido ideológico muy grande, donde los individuos quedan a la deriva y librados a su suerte. Esto genera una ruptura de lazos comunitarios y solidarios, donde el objetivo principal es crear hábitos de consumo: lo que se da en llamar el “fundamentalismo del mercado”.

Sin embargo, nuestro expositor aclaró varias veces que la suya no era una mirada valorativa sino realista. Y en ese sentido, resaltó que se trata a fin de cuentas de una situación contradictoria. Por un lado, aparece un discurso único dominante, pero a la par prolifera la comunicación alternativa. Existe un poder concentrado que dirige y decide situaciones —que no tiene legitimidad de origen— y, por otro lado, aquellos que tienen legitimidad de origen no tienen poder. Esta fragmentación de la sociedad, la caducidad del estado-nación, y el exceso de la anomia —como uno de los problemas más graves— hacen que hoy la confianza se cotice en alza.
Después de esto, la pregunta que surge es: “¿Cómo hacer para cumplir los valores de libertad, seguridad, igualdad y paz social si cada vez las cosas se siguen fragmentando?”. Y aquí vino la posición tal vez más polémica esbozada por Tello. Para él, indefectiblemente volveremos a mirar hacia los valores; debemos volver a discutir sobre el poder. “Hoy para fortalecer el poder hay que acrecentar la confianza, sobre todo hacia adentro” —agregó. Nuestro profesor sostuvo que aunque no nos guste, la globalización responde a intereses determinados, donde hay alguien que gana y otro que pierde. “¿Cómo hacer para aprovechar lo bueno y desechar lo malo en todo esto?” —se preguntó. “Para mí —respondió— una de las claves es reafirmar la fuerza del estado-nación, reafirmar la identidad y luego salir con fortaleza hacia fuera”.

Aquí se hace necesaria una pausa, para poder comprender en su totalidad el valor de esta propuesta por demás urticante. Después del triunfo de años de la differance derridiana, después del posmodernismo antinacionalista y de las famosas “identidades en tránsito” pluralistas, Tello viene a decirnos que probablemente la solución sea volver hacia atrás, hacia la dialéctica moderna; nada de multitudes, nada de desterritorialización. Claro, no debemos olvidar que la suya es una visión estratégica y, por tanto, decididamente realista aunque suene fuerte y fría. Para Tello, en términos de intereses, la existencia del Estado, al menos para los países del tercer mundo, en cierto sentido conviene mucho más que su desaparición.

“Hoy hay una pluralidad de otros” —continuó— de modo que ya no aparece un enemigo claro y preciso como en la época de la bipolaridad. Hoy no es más la amenaza del enemigo la que genera los intereses, sino que son éstos los que generan las amenazas. Lo militar no tiene la importancia que tuvo en otras épocas; son la economía y la cultura las que resultan más eficientes a la hora de ejercer dominio. Entonces, “si las amenazas y los intereses son múltiples, la estrategia debe ser pluridireccional” —afirmó.

Siguiendo, Tello criticó a quienes piensan que para la Argentina se terminaron los conflictos. “Quitar las fuerzas armadas significaría quitarle al Estado uno de los elementos más importantes que hacen al monopolio de su fuerza; ello serviría tanto a los intereses de la derecha como de la izquierda” —arguyó. Nuestro expositor aconsejó no olvidar que el conflicto de Malvinas sigue en pie y que hoy hay un actor altamente perturbador que es el sistema financiero, al que nadie presta atención. Si bien reconoció que para nuestro país resultaría conveniente tener una ley internacional fuerte, para Tello es evidente que después de la invasión a Irak la ONU ha perdido el espacio que tenía.

En síntesis, para nuestro profesor lo que hoy conviene estratégicamente a la Argentina (no sólo en términos de intereses sino también de valores) es fortalecer el Estado, la nación y la identidad (tal vez la región). “Hay que tener una visión clara de los intereses locales: tenemos la ventaja de la homogeneidad de la población, recursos naturales abundantes, y muchos espacios vacíos” —agregó.

Para finalizar, citó una frase de Aristóteles: Existen dos tipos de ciudades: las que tienen murallas y las que no tienen murallas. Las primeras pueden optar por ser más abiertas o más cerradas; las segundas no tienen esa opción. “La estrategia, es la muralla de la sociedad moderna” —culminó.

El Lic. Pablo Ángel Tello obtuvo la licenciatura en Ciencias Políticas en Francia, bajo la dirección de Raymond Aron y Alain Rouquié. Es docente de grado y posgrado en las Universidades de La Plata y Buenos Aires, en la Escuela Nacional de Inteligencia en la Escuela Naval Militar y en el Instituto de Inteligencia de las Fuerzas Armadas. Tiene varios trabajos publicados sobre Defensa y Relaciones Internacionales.