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Año XVII - Edición 307 23 de agosto de 2018

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Violencias de género, sistema penal y otras narrativas. A propósito de Por qué volvías cada verano

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El 19 de junio pasado el grupo de trabajo “Feminismos y Justicia Penal” (INECIP) y Doctrina Penal Feminista realizaron el encuentro “Violencias de género, sistema penal y otras narrativas. A propósito de Por qué volvías cada verano

Coordinado por la profesora Julieta Di Corleto, contó con la participación de Ileana Arduino (integrante de la Junta Directiva de INECIP), el profesor Leonardo Pitlevnik (director del Centro de Estudios de Ejecución Penal) y Belén López Peiró, autora del libro.

Tras una breve introducción por parte de la coordinadora, Leonardo Pitlevnik contó que Por qué volvías cada verano es una narración desde el punto de vista de quien sufre la violencia: es una novela escrita desde la víctima. “Algunos estudios de derecho y literatura han puesto en evidencia que la ficción puede ser capaz de contar mejor aquello que es difícil poner en palabras o que puesto en palabras de una manera más cruda no alcanza para dar cuenta de lo que ocurre”, expresó y agregó que la ficción puede ser una forma diferente de testimonio.

En cuanto a la obra, el orador sostuvo que lo más interesante a su parecer es que “las voces lo que hacen es describirse a sí mismas; hablando permiten al lector pensar en quien habla y ubican a ese que habla en un espacio dentro de este conflicto familiar, comunal y humano que ocurre durante toda la novela”.

Luego se detuvo en los hechos: “El hecho narrado en la novela y la novela como un hecho en sí mismo. Para cualquier estudiante de derecho, cuando se habla de los hechos se está hablando de lo que se dice materialidad ilícita (…). Pero el hecho aquí no es ya solo la violación porque la novela se construye como un hecho que la confronta”.

Acto seguido, Ileana Arduino introdujo que “lo que uno puede encontrar a lo largo del libro es que ese hecho o esos hechos que ella padeció en primera persona tuvieron como condiciones de posibilidad los silencios sociales, los esfuerzos por negar e incluso por pensar en la negación como una forma de protección que atravesamos”. Asimismo, manifestó: “Es muy elocuente como en un montón de intervenciones, incluso en aquellas que tienen un piso de empatía, la pregunta a la interpelación por la propia responsabilidad aparece y yo creo que esa pregunta es más marcada cuando uno menos adscribe al guión de víctima”. Además, sostuvo que “ella logra reconstruir una trama de unos modos de existir, unas formas de estar, cuando somos pequeñas o adolescentes en un mundo hipersexualizado en el que permanentemente estamos siendo objeto de culto o de consumo: ahí hay una clave de entendimiento”.

Finalmente, Belén López Peiró expuso que en el libro “todos los abusos se producen en un contexto que va más allá de la familia. También atraviesa las instituciones, los médicos, la Justicia, los abogados y los fiscales. Un sinfín de personas que rodean. Es importante entender que la mayor cantidad de los abusos se da en contextos intrafamiliares”. Más adelante, contó: “Lo que quise hacer en el texto es mostrar que además de abuso también había lo que en su momento se sentía como amor; esto de que el buen hombre que era mi tío lo tenía que pagar con mi cuerpo” y agregó: “El libro confronta. Sea tu lugar como madre, como hija, como hermana, como padre o como abogado o abogada: ¿Cómo vas a responder cuando una mujer te cuente que fue abusada?”.