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Año XVII - Edición 303 31 de mayo de 2018

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V Seminario-taller “Aproximaciones a la historia argentina desde la educación universitaria. Capítulo Miradas femeninas”

  • Notas

El 18 de mayo se realizó un nuevo encuentro del “V Seminario–taller “Aproximaciones a la historia argentina desde la educación universitaria. Capítulo Miradas Femeninas, organizado por Proyecto de Investigación Decyt 1619 y Proyecto de Investigación HyM2: Programa de Historia y Memoria: 200 años de la Universidad de Buenos Aires, y coordinado por la profesora Verónica Lescano Galardi. En esta oportunidad, la exposición estuvo a cargo de la profesora Gloria Vodanovich Casañas.

Para comenzar, Verónica Lescano Galardi introdujo a la oradora y destacó su trabajo como docente y escritora. “Ha tomado un desafío, que es uno de los ejes que a nosotros no gustan, que es recuperar dentro de lo que es la novela en sí, un género que en durante mucho tiempo ha sido denostado, dejado de lado, como esas lecturas de señoritas que es la novela histórica romántica. Es una de las pocas personas que ha conseguido poner en valor lo que es la investigación histórica sin contexto académico. Ella no hace una novela porque está publicando la tesis de doctorado, hace una novela porque esa construyendo ficcionalidad a partir de un trabajo real e histórico. Y en segundo lugar porque recupera la figura de la mujer desde nuevos cánones. Cánones que tienen una serie de desafíos”.

La profesora comentó que en el marco de la propuesta del seminario se problematizó sobre la construcción de las mujeres en el siglo XX a la luz de la iniciativa de Domingo Faustino Sarmiento de convocar a maestras norteamericanas para formas docentes en el proceso de constitución del estado en nuestro país con el objetivo de podemos recuperar una serie de líneas y horizontes que llegan hasta nuestros días.

Gloria Vodanovich Casañas explicólos pormenores de la investigación sobre las maestras norteamericanas que Domingo Faustino Sarmiento trajo de Estados Unidos.La llegada de estas mujeres y estos cuatro hombre fue una hazaña, por los tiempos que corrían, por la diferencia que existía entre nuestra sociedad y a sociedad de la que ellas venían y porque venían a la intemperie, no sabían bien con qué se iban a encontrar”.

La expositora comentó sobre la desilusión que Sarmiento experimentó durante su viaje por Europa en relación con los sistemas educativos. “En Inglaterra, descubre un informe elaborado por un educador norteamericano: Horace Mann. Es un informe sobre un viaje educativo en el cual planteaba exactamente el ideario que Sarmiento sin saberlo ya tenía bullendo adentro” y agregó “la intelectualdiad de Nueva Inglaterra no es una intelectualidad de puro pensamiento y retórica, es de ejecutar y eso es lo que le gustaba a Sarmiento”.

El encuentro con Mann y con Mary Peabody, su esposa, lo marcaron. “Las hermanas Peabody son tres mujeres formadas en un ambiente intelectual con una madre enérgica que les inculcó que se valiera por sí mismas, que no dependieran de un matrimonio. Ninguna de las Peabody pensaba en casarse como una manera de resolver la vida de una mujer”, afirmó.

Según Vodanovich Casañas, Sarmiento vio en las mujeres de Nueva Inglaterra lo que quería el para las niñas del Río de la Plata: “Vio mujeres independientes, que salían solas a la calle, que no precisaban chaperón, que nadie se atrevía a faltarles el respeto, que eran apreciadas en sus trabajos, que ganaban un sueldo, aunque muchas de ellas no necesitaban trabajar, porque eran damas de prestigio social y de buena posición económica, lo hacían igual. Lo que notaba era una soltura, un desenvolvimiento en la vida en sociedad que no tenían las niñas argentinas”.

Las maestras que vinieron de Estados Unidos contaban con “altas credenciales de las escuelas normales donde habían estudiado” y “vivían la enseñanza como una especie de noviciado, olvidándose de sí mismas”. En ese sentido, el mayor problema que tuvieron las maestras al venir, no fue el trato, sino la religión: “La mayoría, salvo cinco, eran protestantes. Por lo tanto, si hasta ese momento la religión había estado bajo el amparo de la Iglesia Católica, y las que iban a impartir la enseñanza a partir de un nuevo sistema profesaban una religión protestante, esa fue la gota que rebalsó el vaso”.

La mayoría de ellas tenían como motivación ascender en su profesión. Asimismo, les prometieron una remuneración mayor a la que percibían en su país. “Les prometieron el doble de lo que ganaban en Estados Unidos, 150 pesos oro, que corrían desde que se embarcaban. El objetivo era formar maestros, después que en la práctica muchas hayan terminado dando clase a los niños, es fruto de la improvisación muy nuestra”, aseguró.