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Año XVIII - Edición 321 06 de junio de 2019

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Diálogo entre Armin von Bodgdandy, Roberto Gargarella y Julieta Rossi

Tribunales de justicia internacional y democracias. Acuerdos y desacuerdos

  • Notas

El pasado 24 de mayo en el SUM del Instituto Gioja tuvo lugar un diálogo entre Armin von Bodgdandy, Roberto Gargarella y Julieta Rossi, titulado “Tribunales de justicia internacional y democracias. Acuerdos y desacuerdos”. El objetivo del encuentro fue generar un espacio de intercambio sobre el papel de los tribunales internacionales y de las cortes locales a la luz de recientes pronunciamientos.

En primer lugar, Armin von Bogdandy (director del Instituto Max Planck de Derecho Público Comparada de Heidelberg, Alemania) comenzó diciendo que se puede abordar el diálogo acerca de los tribunales de justicia internacional y democracias a partir de la declaración de los cinco presidentes acerca de reformar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la Declaración de Copenhague (2018) sobre el sistema europeo. “Toda la teoría constitucional que hemos tenido en los últimos trescientos años nos dice en lo fundamental que la política y la justicia son dos sectores distintos con lógicas distintas pero interconectados y que necesitan de la otra para funcionar bien”, expuso y recordó que “mucha literatura ha dicho que necesitamos la politización a nivel internacional sin que fuese muy claro cómo hacerlo”. Esta politización, sostuvo, “la hemos tenido en los dos tribunales de derechos humanos, tanto en el sistema europeo como el sistema latinoamericano: uno es el proceso de Brighton que llevó a la Declaración de Copenhague y el otro es el proceso que llevó a la declaración de los cinco presidentes”.

En cuanto a la Declaración de Copenhague, señaló que “es un documento que fortifica el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y todas las posiciones son respetuosas en el debate académico. Es una vía importante”. Asimismo, planteó como punto central del debate europeo: “¿Vamos a someter al mismo proceso que llevó a Copenhague cuestiones de líneas jurisprudenciales concretas que son muy importantes, como la aplicación extraterritorial de la Convención Europea de Derechos Humanos?”.

Roberto Gargarella (profesor titular de Derecho Constitucional de la Facultad) se refirió a la declaración de los cinco presidentes acerca de reformar el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. En este sentido, manifestó que firmó una crítica a esta declaración y explicó que “el documento ofrece razones públicas que son polémicas pero discutibles y encierran pretensiones injustificadas que dan lugar a que uno advierta la presencia de intereses que pueden ser preocupantes”. Seguidamente, detalló: “Es un poco la estructura propia de las decisiones públicas de la era: razones públicas discutibles que muchas veces encierran intereses problemáticos. Eso estaba presente en lo que se puede advertir como una tendencia en muchos de los Gobiernos de la época de una cierta hostilidad hacia el discurso de los derechos humanos porque se lo entiende como excesivamente intrusivo o más propio de las preocupaciones de los años ochenta”, y expresó que “dado que detrás de las razones públicas me parecía que estaba presente este interés injustificable es que a mí me interesó participar de la crítica de ese documento”.

Por su parte, Julieta Rossi (profesora de Derechos Humanos y directora de la Maestría en Derechos Humanos, UNLA) también se enfocó en la declaración de los cinco países: “Si bien analizandola uno puede discutir las cuestiones que traen los Gobiernos, en principio es vista como un posicionamiento político para restringir y debilitar al sistema interamericano y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos trayendo conceptos del derecho internacional de los derechos humanos quizás mal utilizados”. En esta línea argumental, puntualizó: “Creo que la intención final es poner un coto a una actuación que se ve demasiado intrusiva hacia los sistemas políticos internos en un clima en general regresivo y de ataque a los derechos humanos”. Además indicó que la declaración menciona nociones muy genéricas que no tienen anclaje en modos de actuación intrusivos en situaciones concretas y muchos de los conceptos utilizados denotan desconocimiento del derecho internacional de los derechos humanos.

“Toda la teoría constitucional que hemos tenido en los últimos trescientos años nos dice en lo fundamental que la política y la justicia son dos sectores distintos con lógicas distintas pero interconectados y que necesitan de la otra para funcionar bien”, expuso Armin von Bogdandy.