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Año XIX - Edición 348 12 de noviembre de 2020

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Trasplantes de órganos en Colombia

  • Notas

El pasado 8 de octubre se realizó, a través de la plataforma Zoom, una videoconferencia titulada "Bases y fundamentos para la actualización del marco regulatorio de los trasplantes de órganos"

En esta oportunidad brindó su aporte Ana Carolina Molina Villar, profesional especializada grado 33 en la Sala Especial de Instrucción Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia. Moderó Liz Cardozo y coordinó el profesor Elian Pregno.

De modo introductorio, expresó: “El trasplante de órganos es una idea que apareció hace muchos siglos. Uno de los primeros registros en la historia de la humanidad data del siglo IV. Se trató de dos hermanos médicos que reemplazaron una pierna enferma con la de un paciente que acababa de morir. No obstante, trasplantar órganos no se convirtió en una intervención exitosa hasta el siglo XX debido a las complicaciones que surgían a partir del procedimiento. De tal forma, podemos afirmar que los diferentes avances científicos y tecnológicos que se fueron dando en el área de la cirugía, la inmunología y la farmacología hicieron posible los trasplantes. Desde entonces los trasplantes salvaron la vida de cientos y miles de personas".
Sobre la escasez de órganos, opinó: “La técnica quirúrgica de nada sirve si no hay órganos que trasplantar. Ese es justamente el mayor problema que enfrentan los pacientes en espera. No existen suficientes donadores de órganos. La escasez es un problema mundial y las listas de espera implican el sufrimiento de miles de personas que necesitan un trasplante para restablecer su estado de salud. En referencia a este tema existe una película muy interesante con Will Smith llamada Siete almas. Allí se hace una puesta en escena muy atrapante sobre lo que significa estar en una lista de espera y de los diferentes obstáculos que debe sobrepasar quien tiene la voluntad de convertirse en un donante".

Luego compartió algunos datos sobre el tráfico de órganos: “El comercio humano tiene como fin principal la explotación sexual, y en menor medida la laboral y el tráfico de órganos. Mueve cerca de treinta y cinco mil millones de dólares en todo el mundo. Es el tercer negocio clandestino más importante después del tráfico de armas y el tráfico de drogas. Y lamentablemente las estadísticas cada vez lo afirman más".

Por último, explicó el impacto de los donadores de órganos: “Cada persona puede salvar hasta ocho vidas. Existen diferentes modelos legales que nuestros gobiernos adoptan con el objetivo de mejorar la lista de espera. Sin embargo, debido a los tiempos que se manejan y el empeoramiento progresivo de la calidad de vida, muchos de los pacientes terminan recurriendo a la compra de órganos. Esto es una idea que debe ser censurada ya que es considerada, por el artículo 2 de la ley 919, una conducta antiética, ilegal y punible. Se espera que al penalizar la conducta de compra y venta de órganos entre en la conciencia de cada uno de los ciudadanos la idea de que donar salva vidas. La sociedad debe entender que la donación es un acto de generosidad y altruismo".

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