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Año XIII - Edición 242 04 de diciembre de 2014

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Seminario sobre discapacidad y derechos

  • Notas

Durante los días 21 de octubre y 11 de noviembre se desarrollaron los últimos dos encuentros del Seminario sobre Discapacidad y Derechos. El primero de ellos versó sobre “Discapacidad y acceso a la justicia”, donde se realizó la presentación del libro La justicia en la discapacidad, sepa cuáles son sus derechos”, de Daniel Ouanono; mientras que la jornada final trató “Discapacidad y políticas públicas”.

De esta manera, en la sesión del 21 de octubre, Daniel Ouanono explicó que el libro propone que las personas con discapacidad puedan restablecer sus derechos laborales. “En mi experiencia como abogado, la problemática que más se presenta es el incumplimiento del cupo laboral”, declaró. Entre otras cuestiones, Ouanono se refirió a cómo se obtiene el certificado de discapacidad y su importancia. Además, en el libro se mencionan las leyes que protegen a las personas con epilepsia, diabetes y autismo. “Hay muchas problemáticas en las cuales las personas desconocen la normativa”, afirmó.

Seguidamente, el Vicepresidente de la Asociación Argentina de Sordos Orales de Capital Federal, Lucas Larocca, recordó que: “Al principio la Asociación estaba formada por personas que se comunicaban de forma oral. Con el tiempo, hubo nuevos socios y se empezó a aceptar la lengua de señas y se comenzó a llamar Asociación Argentina de Sordos”. Asimismo, remarcó que su objetivo fue siempre mejorar la calidad de vida del individuo sordo. “Siempre al sordo, luego de terminar el colegio, le cuesta mucho integrarse a la sociedad”, analizó. De esta manera, la Asociación organiza talleres, viajes culturales, conferencias, cursos educativos, competencias deportivas, entre otras actividades. Además, señaló que en su momento hubo una bolsa de trabajo para las personas sordas.

Durante la última sesión llevada a cabo el 11 de noviembre pasado, y tras las palabras introductorias de Juan Antonio Seda, Matías Alonso, presidente de COPIDIS, manifestó que si la sociedad no es receptiva y sigue siendo excluyente, apartando a las personas con discapacidad, se empobrece. Asimismo, explicó que la discapacidad no se le adjudica solamente a la persona que pueda tener una limitación en particular, sino que también está dada por las barreras que impone la sociedad. Seguidamente, opinó que todo lo que se realiza para incluir a las personas que tienen una discapacidad tiene, de modo inmediato, un efecto positivo en el resto de la sociedad. En lo que concierne a los colegios, el disertante recordó que si estos no son inclusivos, y se sigue separando lo que se entiende por educación común y educación especial, es muy difícil que el joven que el día de mañana está trabajando en una empresa entienda que las personas con discapacidad también tienen derecho a trabajar y que, además, tienen un montón de cosas para aportar a aquella empresa. “Tenemos que trabajar en educación inclusiva, pero también debemos pensar que el gran porcentaje de personas con discapacidad son personas adultas, de más de 50 años”, recordó. De esta manera, determinó que se debe trabajar en conjunto con el área de salud, el área de tercera edad, y otras áreas que no necesariamente terminan vinculadas a la educación. “La Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad los iguala, y es una herramienta muy poderosa que tiene la comunidad del colectivo de personas con discapacidad”, finalizó.

Acto seguido, hizo uso de la palabra Gabriela Troiano, Diputada Nacional por la Provincia de Buenos Aires. “Cuando uno habla de la problemática de las personas con discapacidad siempre existe en la sociedad un rechazo y una falta de visibilización a una problemática”, evocó. En cuanto a las políticas públicas, Troiano analizó que si no se basan en la realidad y no parten de la necesidad de las personas, pueden llegar a no responder a esas necesidades. “Yo creo que el tema de visibilizar la problemática de la discapacidad es una deuda que está pendiente”, consideró. De este modo, determinó que esta deuda no depende solamente de las familias y de las personas con discapacidad, sino que también tiene que ser una política de estado, tendiente a capacitar a las personas con discapacidad para poder tener un mejor acceso laboral. Así, reconoció que el trabajo dignifica al hombre, independientemente de la discapacidad que cada uno tenga. “Se trata de construir derechos y de entender que una persona con discapacidad necesita determinados elementos para poder desarrollar algo que quizás las personas con capacidad no se lo cuestionan”, concluyó.