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Año XI - Edición 193 24 de mayo de 2012

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Seminario sobre Derechos del Niño

  • Notas

El 4 de mayo se realizó en el Aula 217 de esta Facultad una nueva reunión del seminario que aborda la problemática de los niños y adolescentes desde una perspectiva jurídica. El evento contó con la participación de algunos profesionales que participan activamente en ForumADD, que es descrito por ellos mismos como un equipo interdisciplinario que trabaja alertando a la sociedad principalmente sobre el auge que ha tomado en los últimos años la patologización y medicalización de la infancia. Advierten ellos que ante niños que presentan dificultades en la escuela o en el ámbito familiar los adultos no hacen más que rotularlos y medicarlos de un modo inmediato, sin que nadie los haya escuchado, sin referencias a su contexto y a su historia, sin que se haya realizado ningún intento de comprender sus conflictos ni de ayudarlo de otros modos.

La primera en hacer uso de la palabra fue Andrea Kaplan, quien, además de formar parte de ForumADD, es comunicadora social, especialista en políticas y planificación de la comunicación, ex directora de Noveduc libros y Ediciones Novedades Educativas y directora ejecutiva de la Fundación Sociedades Complejas. Kaplan explicó que ya desde hace varios años se vienen organizando actividades cuyo propósito es “discutir sobre modelos menos rígidos y más flexibles en relación a la responsabilidad de los adultos en la crianza, la salud y la educación de niños y jóvenes”. Por otro lado, comentó que su grupo de trabajo suele reflexionar sobre las diferencias que presentan términos como “autoridad” y “autoritarismo”, ello vinculado a la relación entre padres, madres, hijos e hijas. “También nos propusimos revisar […] cuáles son las responsabilidades formales de directivos, maestros y padres (en el ámbito educativo) en relación a las acciones de niños y jóvenes”, indicó la oradora. Adicionalmente, subrayó la importancia de poder ofrecer a los padres y madres de niños y jóvenes eventos caracterizados por la interdisciplinariedad, es decir, en donde por ejemplo las ciencias médicas y el saber jurídico confluyen en un mismo ámbito. De este modo, la interdisciplinariedad permite la aplicación concreta de las disciplinas académicas para dar solución a problemáticas surgidas en los distintos núcleos familiares, como ser viajes de egresados, salidas nocturnas, entre tantas otras.

Admitió que dentro de los principales objetivos del equipo de trabajo que integra se encuentra el de “proponer estrategias e intervenciones concretas para abordar los conflictos, teniendo como marco general de referencia la Convención sobre los Derechos del Niño”. Para Kaplan es esencial el artículo 12 inciso b que reza “se dará en particular al niño oportunidad de ser escuchado, en todo procedimiento judicial o administrativo que afecte al niño, ya sea directamente o por medio de un representante o de un órgano apropiado, en consonancia con las normas de procedimiento de la ley nacional”. Según la expositora, las cuestiones que tanto aquejan a educadores, profesionales, padres y madres intentan ser resueltas sin tomar en real consideración la palabra de los más jóvenes. De hecho, los pareceres de los niños y las niñas no suelen ser debidamente considerados a la hora de intentar dar solución a un conflicto familiar.

“Pareciera ser que (desde la interpretación de los adultos) su edad (la de los niños y niñas) los impidiera de manifestarse, al menos de decirnos y contarnos que les está pasando y qué es lo que están sintiendo, qué es lo que están atravesando y especialmente qué propuestas ellos tendrían”, aseveró.

A su turno, Nora Steindl, licenciada en psicología y psicoanalista, explicó que existen diversos métodos para resolver la violencia en las escuelas. Steindl consideró fundamental la prevención, como así también el analizar minuciosamente la evolución en la conducta que antecede a la reacción violenta. Ante un hecho de violencia, usualmente hay castigo y represión por parte de las autoridades educativas, pero no hay análisis de lo ocurrido, es decir, no se evalúan lo motivos por los cuales se desencadenó en el niño o niña una reacción violenta. Con una alta dosis de esperanza, la expositora aseguró “estamos en un momento de transformación de esa cultura escolar”, aunque advirtió: “pero para eso hay que trabajar, no es sólo con que pase el tiempo y vamos trabajando sobre lo que aparece”.

Por otro lado, resaltó que los niños de hoy no son iguales a los de ayer. Es por ello, que la concepción de los adultos de la escuela -que fueron alumnos tal vez 20 años atrás- no siempre coincide con la concepción de los que hoy son estudiantes. Este desfasaje puede acarrear una falta de sintonía entre adultos y jóvenes. De esta manera, teorizó sobre uno de los posibles orígenes del conflicto en las escuelas. Esto último se profundiza en tanto los niños o niñas no sean escuchados, por que de esta manera el desfasaje se volverá más patente y se elimina todo nexo empático entre educadores y alumnos. Además, expresó que en los ámbitos educativos suelen abundar las reiteradas quejas de docentes, alumnos y padres. Para Steindl el gran desafío que debemos asumir es intentar transformar esa queja en una propuesta. Adicionalmente, comentó acerca de los potenciales beneficios de instaurar en los colegios una suerte de asamblea en donde los niños y las niñas encuentren un espacio de reflexión, sabiendo que serán oídos por todos quienes integran la comunidad educativa.

“También nos propusimos revisar […] cuáles son las responsabilidades formales de directivos, maestros y padres (en el ámbito educativo) en relación a las acciones de niños y jóvenes”, sintetizó Andrea Kaplan.