¡Seguinos!

Año IX - Edición 167 07 de octubre de 2010

Buscar

Seminario sobre derechos del niño abierto a la comunidad

  • Notas

El pasado 17 de septiembre se llevó a cabo en el Aula 217 de la Facultad el segundo encuentro del “Seminario sobre derechos del niño abierto a la comunidad”, organizado por la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la UBA, en el que se trató los “Derechos del niño en el ámbito educativo”. El mismo estuvo coordinado por la Dra. Verónica Rusler y contó con un panel conformado por las profesoras María Elena Pozzi, Araceli Onorio, Vanesa Schittner, la Dra. María Noel Fernández Carranza y el Lic. Martín De Lellis.

En primer lugar, María Elena Pozzi se refirió al Programa de Inclusión Educativa dentro del Ministerio de Educación, donde se trabaja con alumnos que dejan la escolaridad, mencionando que tienen como función primordial que los chicos permanezcan en la escuela. En este sentido, afirmó: “nuestra función es colaborar con la escuela y con aquellos chicos que están en situación de riesgo de repitencia o de abandono escolar a incluirse nuevamente dentro de ella, no sólo porque la escuela es un derecho, sino porque ésta sigue siendo una institución contenedora y de transmisión de cultura”.

Agregó que se trabaja en los barrios y no en la escuela, porque no hacen apoyo escolar, sino un apoyo a la escolaridad, considerando a ésta como la suma de circunstancias que hacen que el alumno llegue de tal o cual manera a su escuela o a su aprendizaje.

En consecuencia, explicó que trabajan no sólo en los contenidos escolares, sino también en lo que éstos significan para los alumnos, sus familias y el entorno en el que viven.
Hacia el final de su ponencia, planteó la necesidad de reflexionar acerca de que la escuela debe empezar a comunicarse con sus alumnos de otra manera. Así, estimó que hay que repensar la entidad simplemente porque hay un paradigma diferente; es decir, la escuela ya no es aquélla donde los alumnos se enorgullecían de estar dentro de la institución, por lo que es necesario, volver a pensar con la escuela.

Para concluir, manifestó que la función de su programa se apoya en que la escuela es una institución que debe tener continuidad y dar respuestas para que la sociedad pueda crecer en un plano intercultural, que significa respeto por el otro, por las diferencias, adoptar aquellas costumbres que nos traen los inmigrantes; pues su idea es justamente que la educación realmente pueda ser un derecho compartido y de todos.

A continuación, tomó la palabra Araceli Onorio, quien comenzó relatando sus experiencias en una de las escuelas donde trabaja con niños en el programa de extensión sobre carrera de músico terapia.

En este marco, planteó el interrogante sobre cuántas cosas hacen los chicos en las escuelas para ser mirados o escuchados; cosas que en general llevan a una “incapacidad para autolimitarse” y a la trasgresión. Y por otro lado, cuestionó cuántas hacen los mayores en la escuela para verlos o escucharlos.

Posteriormente, expresó que la escuela no es suficiente hoy para dar cauce a todas las múltiples demandas emergentes, y que ésta no es el único ámbito educativo que tienen los chicos, sino que hay nuevas prácticas y nuevas formas de transmisión cultural.

Por otra parte, identificó que hay un vaciamiento del contenido en las escuelas, por las políticas educativas que hemos tenido, que hace necesario plantearse una nueva forma de mirar a la educación, a los chicos y a la institución educativa en general.

En este sentido, concluyó su exposición señalando que la escuela ha perdido el sentido, pues los chicos no tienen interés en aprender porque no tienen la lógica de qué es lo que van a aprender y para qué. Así, afirmó que la escuela debe mirar y escuchar a los chicos primero, para después poder, en un diálogo real, preparar el terreno para posibles aprendizajes.

A su turno, Vanesa Schittner se refirió a sus experiencias desde la Cátedra de Salud pública y Salud mental de la Facultad de Psicología. En tal sentido, expresó que “trabajamos en promoción de la salud, porque entendemos que la salud es un derecho y no que los chicos deban aprender cómo no enfermarse, sino que tienen que saber cómo vivir saludablemente y que sea parte de su vida cotidiana. Lo natural y lo que tienen como derecho es estar sanos”.

En consecuencia, afirmó que si los chicos saben qué es estar sanos, pueden promocionar y contagiar en efecto cascada al resto, para que el entorno en el que están sea un lugar saludable, entendiendo éste no sólo no tener una enfermedad, sino tener una mejor calidad de convivencia, de comunicación y de diálogo.

De esta manera, explicó que su tarea es trabajar con los niños sobre sus saberes previos, para entender cómo quieren ellos mejorar su calidad de vida, y sobre los puntos más fuertes que tienen, es decir, a partir de lo que ellos conocen, reforzar ese conocimiento, valorizarlo y expandirlo.

Por último, planteó que la problemática de los chicos es que nadie les pregunta cómo ven el tema, qué les preocupa sobre el tema, qué quieren prevenir y hasta dónde están afectados o no. Por tanto, hay que revalorizar sus saberes previos y preguntarles a ellos de qué quieren hablar.

Acto seguido, la Dra. María Noel Fernández Carranza presentó el proyecto de voluntariado universitario UBANEX sobre la Convención de los Derechos del niño, destacando que el mismo promueve la construcción de ciudadanía de niños, niñas y adolescentes, a través del ejercicio de sus derechos y se destina no sólo a establecimientos educativos, sino también a institutos de menores.

En lo que respecta a la Convención, señaló que ésta constituye el marco valorativo de la tarea y a partir de ella se intenta llegar al alumno para trabajar el tema del diálogo y de la escucha, preguntar sus problemas, plantear casos prácticos puntuales, y a partir de allí, realizar una tarea reflexiva más lúdica.

En cuanto al objetivo del proyecto, indicó que entre tantos se pueden mencionar que los niños, niñas y adolescentes conozcan la Convención sobre los Derechos del niño, se interioricen y puedan reflexionar acerca de sus derechos y sus alcances; brindar a los alumnos capacitación para resolver sus conflictos y poder tomar decisiones, haciendo uso responsable de su libertad para que se desarrollen como sujetos autónomos; fomentar la realización de acciones promotoras de respeto por los derechos del niño y su defensa, debatir sobre la participación en instituciones tales como la escuela promoviendo la construcción de ciudadanía, y por último, construir el compromiso de los estudiantes y graduados universitarios, brindándoles herramientas y conceptos para la práctica profesional.

En último término, señaló que se ha confeccionado una planificación para los encuentros, en los que se pretende tratar temas como el Derecho a ser oído, la Libertad de expresión y a participar, la violación de los Derechos Humanos, el Derecho a la identidad y a la libertad, el análisis de conflictos en el ámbito familiar y en el aula, la discriminación y la igualdad, entre otos.
Por último, destacó que el proyecto fue seleccionado por el Programa Nacional de Voluntariado Universitario por tercer año consecutivo, fue declarado de interés educativo por el Honorable Congreso de la Nación en el año 2008 y declarado de interés legislativo por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.

Dando cierre a la actividad, Gustavo Lesbegueris, director del Área Derechos a la Educación Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires, se refirió a la promoción de estos Derechos, mencionando que existen situaciones vinculadas a la afectación de derechos de niños, niñas y adolescentes que se han ido observando con el paso del tiempo en el contexto escolar.

En este sentido, afirmó que se ha hablado mucho del enfoque de la Convención de los derechos del niño en el ámbito educativo y entre ellos, se dio mucho énfasis a la capacidad de la escucha, de abrir canales para la participación.
Haciendo referencia a los entornos donde se ve afectado el derecho a la educación, mencionó que se observa en dos aspectos: por un lado, en el acceso a la educación, y por otro, una vez que los estudiantes ingresan a las aulas, en ocasiones donde se detectan situaciones de exclusión.

En la misma línea argumental y dando fin a su exposición, explicó que desde la dirección del Área de Derechos a la Educación, vinculan esta cuestión fundamentalmente a la situación de desigualdad educativa en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, planteando problemas en cuanto a la distribución geográfica de los establecimientos, la cantidad de escuelas de jornada completa y de jornada simple, la insuficiente cantidad de establecimientos y la consecuente sobrepoblación de aulas, entre otos, los cuales manifiestan serias implicancias desde el punto de vista pedagógico.