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Año IV - Edición 81 22 de diciembre de 2005

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Seminario – Responsabilidad por daños en la persona del trabajador

  • Notas

En nuestra Facultad, el Departamento de Derecho Laboral ha venido realizando recientemente diversos cursos, conferencias y jornadas dando eco de este resurgimiento. Para concluir el año, se organizó para los días 7 y 9 de diciembre un seminario sobre el tema “Responsabilidad por Daños en la Persona del Trabajador” que contó con la disertación del profesor Cristóbal Molina Navarrete, catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad Jáen, España. El dilema alrededor del cual giró su exposición fue: ¿Cómo lograr el mejor equilibrio entre los derechos del trabajador y la competitividad de la economía?.

En su día de presentación en el Salón Rojo, el profesor Molina Navarrete explicó brevemente los objetivos principales del seminario y se abocó específicamente sobre la cuestión de la responsabilidad por los riesgos en el trabajo. Así, no sólo se refirió al clásico enfrentamiento entre derecho civil y laboral, sino que también pasó revista a los temas más actuales en la materia, tanto en el ámbito local como internacional.

Destacó como los surgimientos de mayor relevancia a los problemas de enfermedades laborales, el resarcimiento del daño moral al trabajador, el fortalecimiento del principio de no-discriminación y la apertura de la vía civil como garantía de una indemnización íntegra.

En cuanto al tema propio de la responsabilidad por daños en el trabajo, nuestro invitado reconoció que tradicionalmente se lo ha enfocado como un problema eminentemente de derecho civil aunque aseguró que el fracaso de esa metodología nos debe llevar a una adaptación que se complemente con los principios laboralistas. No obstante, lejos de creer ciegamente en esto último, Molina Navarrete fue bastante crítico en el diagnóstico: “Antes se pensaba que el derecho del trabajo era superior al derecho civil, una evolución que podía lograr mejores resultados.

Sin embargo, hoy vemos al derecho laboral bastante atrasado”. En ese sentido, sugirió que el derecho del trabajo se ha venido transformando en una herramienta que en vez de lograr su objetivo original —la protección del trabajador— ha virado hacia el extremo de ser una garantía encubierta para el empleador.

Claro que, para tranquilidad de muchos, nuestro catedrático español comentó que todo este debate ha resurgido también en Europa, sobre todo en Francia, España e Italia, cuyos mercados y legislaciones se asemejan bastante a los de nuestro país. Es más, en el ámbito de la Unión Europea el conflicto más difícil de superar actualmente es el enfrentamiento existente entre los sistemas nacionales y con la regulación comunitaria, puesto que todos ellos se encuentran paralelamente vigentes.

Para una mejor protección de las garantías en la persona del trabajador, Molina Navarrete propuso cambiar el concepto de accidentes del trabajo por el de “enfermedades del trabajo”, puesto que resulta más amplio y más realista. Agregó que en Latinoamérica ya se está adoptando este criterio y que la Unión Europea, si bien lo ha tomado restrictivamente, permite la ampliación por vía de interpretación judicial.

Como mencionamos, el centro de la exposición estuvo puesto en la antinomia garantía jurídica vs. eficiencia económica. En tal sentido, nuestro profesor estimó que ninguna salida extrema es viable y que, en realidad, toda interpretación absoluta del tema termina boicoteando los propios argumentos parcialistas. Algo ciertamente interesante de la disertación ocurrió cuando Molina Navarrete desmitificó el fundamento que se le atribuye a la escuela del Análisis Económico del Derecho, en el sentido de que toda reparación al trabajador aumenta los costos de la empresa. Por el contrario, nuestro expositor recalcó que son los propios economicistas los que reconocen que la falta de indemnización suficiente es la que resta incentivos al trabajador. Lo que se sabe es que el costo existe siempre; el problema es a quién atribuirle la tarea preventiva: ¿al trabajador o al empleador? Para Molina Navarrete el empresario está en una mejor posición para asumir esta responsabilidad puesto que dispone de los medios para controlar que los accidentes no sucedan.