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Año VIII - Edición 143 04 de junio de 2009

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Seminario Permanente sobre la Historia de la Facultad de Derecho - Presentación del libro “Toponimia y Facultad”

  • Notas

La presentación del libro “Toponimia y Facultad” del Dr. Omar Antonio Dalmazzo, editado por la Asociación de Docentes, tuvo lugar el pasado 20 de mayo en el Salón de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja" de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Acompañaron al autor el Vicedecano de nuestra Casa y Coordinador del Seminario Permanente sobre la Historia de la Facultad, Profesor Dr. Tulio Ortiz; el actual Presidente de la Asociación de Docentes, Profesor Dr. Fermín Ubertone; y el Presidente de mandato cumplido de la Asociación, Dr. Alberto Antonio Spota.

Abrió el acto el Dr. Ortiz, quien manifestó que la obra que se iba a presentar se había elaborado en el marco del Seminario Permanente y era producto del trabajo tesonero del autor, Dr. Omar Antonio Dalmazzo.

Luego, el Dr. Alberto Antonio Spota brindó unas palabras de presentación. Resaltó la labor de Dr. Dalmazzo y la presencia de la Asociación en tanto que “importa una muestra objetiva de colaboración con el Seminario Permanente de Estudios de la Facultad”.

Para comenzar, el Dr. Omar Dalmazzo (que había distribuido entre los presentes una carpeta con material atinente a su exposición), explicó que la obra está integrada por seis juristas y filósofos que abarcan un espacio temporal de medio siglo: José Figueroa Alcorta, Juan Antonio Bibiloni, Eduardo Juan Couture, Julio V. González, Francisco Romero y Carlos Vaz Ferreira.

“Para unirlos en un haz común, tomando como síntesis de sus preocupaciones que más nos importan, cual es la instrucción pública, o educación popular, afanes a los que dedicaron sus vidas, incluso en Figueroa Alcorta, es que precedemos la obra de una reproducción de una fotografía de 1905 que muestra a un grupo de alumnos de una escuela sarmientina, lei motiv unificador”, afirmó el expositor a título introductorio.

Asimismo, comentó que el propósito inicial fue el de hacer conocer a todos los estudiantes que concurren a la Facultad quiénes fueron los que llevan los nombres de las calles pero “finalmente se transformó en algo muy distinto”. En este sentido, afirmó que fue objetivo de la publicación convertirse en una suerte de fuente de conocimiento de la vida y obra de aquellos destacados juristas.

Por otra parte, estimó que “la historia nunca es un capítulo cerrado. Alguien, en algún momento, encontrará la vía para rebatir lo escrito, para darle una interpretación distinta o contraria”, expresó.

En cuanto a José Figueroa Alcorta, remarcó los alcances de su tarea como gobernante, desde la jefatura de los tres poderes del Estado donde predicó la instrucción pública. Asimismo, agregó que fue uno de los hombres de la Generación del 80. Destacó también que “si la Generación del 37 fue la continuadora de Mayo, la siguiente fue la de la Organización Nacional”. Por otra parte, estimó notable en Figueroa Alcorta la idea de progreso, pues “la invocó en cada discurso”. Para concluir, indicó que el recordado jurista presidió los actos del Centenario y consideró que “todo lo que se hizo tiene realidad material en la actualidad”.

Con respecto a Juan Antonio Bibiloni, indicó que se lo identifica con el Código Civil y su reforma, señalando que pasó años dedicado al estudio del Código Civil y, como consecuencia de ello, fue advirtiendo la necesidad de modificaciones sobre ese cuerpo legal. Del mismo modo, recordó que no se consideró un iluminado ni desechó lo viejo para hacer todo de nuevo. “Lo manifestó con la claridad y honorabilidad propias de las personalidades de ese calibre”, sintetizó.

Cuando abordó a Eduardo Juan Couture, describió cómo lo recuerda Bernardo González Arrili de Miguel Cané: “el gran cultor del Derecho, de la lengua, de la cultura” y que buscaba las palabras precisas y más elegantes para decir sus pensamientos significativos. Señaló asimismo que Couture “no solamente nos habló de problemas jurídicos sino que también se ocupó de la enseñanza universitaria”.

Posteriormente, identificó a Julio V. González como el hombre de la reforma universitaria y trató las siguientes obras: “Significación Social de la Reforma Universitaria”, “La Emancipación de la Universidad” e “Introducción a Rubáyat”. Además, advirtió que participó siempre “sin claudicar, en la lucha por la recuperación de los valores que inspiraron su existencia”.

A continuación, observó que Francisco Romero fue un distinguido oficial de nuestro Ejército y tuvo un creciente interés por las cuestiones filosóficas que fueron evidentes hacia los años 1923-1924.

Por último, se refirió a Carlos Vaz Ferreira, “quien dedicó toda su vida a la enseñanza, en todos los ciclos, desde la primaria hasta la universitaria”. También, puntualizó que éste predicaba que “cada uno debe publicar todo lo que va pensando y que crea de interés, casi de inmediato, como un diario personal” para evitar que se pierdan las ideas ya que si éstas son puestas al alcance de todos “provocan intercambios que las amplían, las mejoran, o se abandonan”.

Hacia el final de su exposición, anunció que la obra es de circulación restringida y estará en la biblioteca de la Facultad, en el Seminario, en la Biblioteca Nacional, y otras cien instituciones similares.

“Si algo se conmueve a raíz de la obra, estará alcanzado el objetivo, que se expresa en su mayor significación con las críticas”, finalizó.