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Año VIII - Edición 141 07 de mayo de 2009

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Seminario Permanente sobre la Historia de la Facultad de Derecho - “La formación de las élites políticas, la cuestión universitaria y el papel de las Facultades de Derecho a principios del siglo XX”

  • Notas

En el ámbito del Seminario Permanente sobre la Historia de la Facultad de Derecho, el 22 de abril pasado se desarrolló la conferencia “La formación de las élites políticas, la cuestión universitaria y el papel de las Facultades de Derecho a principios del siglo XX” a cargo de Pablo Buchbinder. La presentación del expositor estuvo a cargo del Vicedecano y coordinador del seminario, Dr. Tulio Ortiz.

En primer término, el Dr. Buchbinder expresó su preocupación sobre el rol que tuvieron las Facultades en la formación de las élites democráticas, observando que el papel de las instituciones académicas contrasta en Argentina con otros países latinoamericanos. Por ello, mencionó un artículo publicado en el diario La Nación de principios del siglo XX, el cual denunciaba la influencia desmedida de la política argentina y la auténtica oligarquía universitaria, resaltando que “mientras el título doctoral era un instrumento para acreditar la capacidad en el ejercicio de una profesión en la gran mayoría de los países, en Argentina ese mismo certificado equivalía a una suerte de credencial nobiliaria”.

A continuación, planteó cuál era el debate universitario a principios de siglo XX, considerando que “el cuestionamiento del profesionalismo conforma un tópico que viene desde 1870” ya que de acuerdo a las observaciones de ciertos intelectuales, la Universidad se encontraba al margen de la práctica de la ciencia y de las humanidades, es decir que se enseñaban aquellas cuestiones que tenían una aplicación práctica una vez que el estudiante dejaba los claustros universitarios.

Asimismo, señaló que este diagnóstico afectó a lo largo de las últimas décadas del siglo XIX y principios del siglo XX a las Facultades de Derecho, Medicina y Ciencias Exactas que en aquella época estaba consagrada a la formación de ingenieros.

Por otra parte, criticó que la Universidad no contribuía a crear lazos de solidaridad, fortalecer sentimientos de identidad nacional y de cohesión espiritual. Desde la perspectiva de sus intelectuales, esto fue grave para la sociedad argentina porque se encontraba profundamente perturbada por la expansión económica y por la migración. Remarcó también que en el ámbito universitario se proyectó en el profesionalismo debido a la preocupación centrada en la formación de profesionales liberales. Por consiguiente, advirtió que el gran desafío que tenían quienes conducían la Universidad a principios de siglo XX era revertir ese estado de situación. Luego, al manifestar que el sistema universitario se encontraba cuestionado por el carácter profesionalista, brindó una serie de iniciativas que se plantearon en esa época para moderarlo.

Posteriormente, vinculó estos diagnósticos con la situación política argentina de principios del siglo XX. En este sentido, consideró que si bien la crisis de legitimidad que tenía el sistema político se resolvió en la medida en que se amplió su base de sustentación a partir de la reforma electoral, es posible advertir lecturas alternativas. Corrientes de juristas e intelectuales opinaron que el problema no estaba en la falta de participación, sino en el funcionamiento de las instituciones, en las prácticas políticas, en los problemas de representación y destacó que la responsabilidad del déficit de la clase dirigente le cabe a las instituciones universitarias.

En consecuencia, aseguró que el profesionalismo tiene dos consecuencias negativas: no contribuye a consolidar la conciencia nacional e incide de una manera negativa en la formación de las élites dirigentes que se socializan en las Universidades y particularmente en la Facultad de Derecho.

“Hacer de la Facultad de Derecho un lugar apropiado para la formación de élites exige el refuerzo de ciertas ramas -Derecho Constitucional y Administrativo- y moderar las ramas más vinculadas con el ejercicio profesional -Derecho Civil y Comercial-”, enunció el Dr. Buchbinder, señalando que se planteó como debate la forma de hacer de las Facultades de Derecho lugares adecuados para las élites de dirigentes.

Como reflexiones finales, afirmó que el combate contra el profesionalismo fue poco exitoso en el sistema universitario argentino y ello se debió a la presión social de los sectores medios que podían acceder a estudios universitarios y que demandaban el título profesional de la Universidad que en términos materiales y simbólicos la sociedad argentina le daba a ese título profesional. Asimismo, indicó que estas tensiones entre el profesionalismo y la ciencia, que involucraba también a la formación de élites políticas y a las Facultades de Derecho, siguieron reproduciéndose a lo largo de la primera mitad del siglo XX.