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Año XVII - Edición 313 15 de noviembre de 2018

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Segunda jornada sobre litigación penal

  • Notas

En el Salón Auditorio, el pasado 1 de octubre se realizó la segunda jornada sobre litigación penal. En este marco, expusieron Gonzalo Rua (Sistema adversarial y verdad), Laura Zysedkind y Cristian Penna (La presentación persuasiva de los hechos ante un jurado), Alejandra Alliaud y Mariela Belfer (Lineamientos para una litigación adecuada en las audiencias preliminares), Alberto González y Agustín Varela (Control y contradicción en el anticipo jurisdiccional de prueba) y María Dinard y Joaquín Freije (Reglas de evidencia en los procesos penales adversariales. ¿Es necesaria su regulación?).

Durante la presentación, Gonzalo Rua planteó que “el objetivo de la jornada tiene que ver con mostrar cuáles son las herramientas concretas y cómo el sistema adversarial se compromete efectivamente con la verdad y por qué es el modelo o diseño arquitectónico de los sistemas de justicia penal el que nos permite una mayor proximidad a la verdad”.

En ese sentido, sostuvo que “hay detractores del sistema adversarial que consideran y concluyen que como sistema de parte en el cual cada parte es responsable de los hechos que tiene que acreditar termina generando un escenario donde estamos más alejados a la verdad o la verdad se construye muy relativa”.

En el primer panel, Cristian Penna comentó sobre las virtudes incomprendidas de los sistemas adversariales y los juicios por jurados como herramienta potencial. “Tengamos en cuenta que el sistema adversarial es el sistema que es propio de cualquier república democrática porque básicamente implica una desconcentración del poder entre la acusación y el poder de decidir”, indicó. Y añadió que comparar con un sistema inquisitivo, en donde quien investiga y quien decide es la misma persona, ya representa un avance en tanto desconcentración del poder. Así es como el sistema de jurados es el mayor exponente del sistema adversarial completo. “El juicio por jurados tiene otra instancia más de desconcentración de poder dentro del poder de decisión que es justamente dividir esta capacidad de decidir entre un juez letrado y doce ciudadanos y ciudadanas legos”, aseguró.

Por su parte, Laura Zysedkind afirmó que “hace veinte años que tenemos sistema acusatorio en la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, los operadores del sistema de justicia seguimos muy ajustados y apegados al expediente judicial, muy ajustados a hacer lo que venimos haciendo porque hasta nos resulta cómodo”.

Asimismo, explicó que el abogado litigante en “un juicio por jurados es una especie de equilibrista en un circo. Van a tener dos bases a las que van a ir de forma segura. Van a partir de una base sólida que es la historia que ustedes van a tener mucho tiempo para desarrollar, para armar, no son momentos para improvisar. Y van a llegar, si obviamente trabajaron bien su caso, al alegato final, pero no saltando de una base a otra sin escalas, tienen que atravesar esa famosa cuerda floja que va a ser toda la presentación de la prueba”.

En tanto, Mariela Belfer propuso desentenderse de la idea de que la litigación es solamente el juicio. “La litigación, más allá de ser persuasivo y trabajar en nuestra oratoria, lo primero que vamos a tener que tener en claro es cuál va a ser nuestra estrategia para llevar una causa a juicio. Más en el juicio por jurados porque tenemos que ser buenos estrategas para ser buenos litigantes. Si no tenemos un buen contenido y no tenemos sustento probatorio en aquello que nosotros postulamos y pretendemos persuadir, lo cierto es que vamos a perder”, sostuvo.

En esa misma línea argumental, marcó la diferencia del sistema acusatorio. “La idea es llegar al juicio depurados, llegar para solo hacer una producción de prueba directa para que el jurado o eventualmente los jueces profesionales tengan contacto en esta inmediación que propone el juicio. Y para eso son las audiencias preliminares. Tenemos que empezar a entender que nuestro contradictorio empieza mucho antes del juicio oral”, expresó.

A continuación, Alejandra Alliaud se dedicó a analizar las audiencias preliminares al juicio, en particular la audiencia preparatoria del juicio. “Con la llegada del juicio por jurados, nos dimos cuenta de que esta audiencia era necesaria, no que había que hacerla. El legislador había dejado de hacernos obligatoria la audiencia porque esa audiencia era optativa. (…) La normativa va para un lado y la realidad de los operadores se nos viene de frente y de golpe nos atropella y hay que empezar a revisar qué es lo que uno hace”, planteó.

Sin embargo, destacó la importancia de dicha instancia. “En esa audiencia uno decide, de verdad, como parte la suerte del juicio que va a afrontar. Uno decide qué es lo que va a discutir a juicio. (…) La primera decisión que cualquier litigante tiene que tomar vale la pena llevar esto a juicio, qué es lo que voy a discutir”, concluyó.