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Año XIII - Edición 240 06 de noviembre de 2014

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Reunión abierta sobre medidas cautelares en violencia familiar

  • Notas

El Seminario Permanente de Investigación sobre la problemática de los daños en la sociedad actual, llevó adelante el pasado 1º de octubre en el SUM del Instituto Gioja una reunión abierta sobre medidas cautelares en violencia familiar. Participaron Lidia Garrido Cordobera, Natalia Torres Santomé, Diego Ortiz y Sergio S. Barocelli. La actividad fue coordinada por Martín Testa.

Dio inicio a la actividad Sergio S. Barocelli para presentar la obra “Medidas cautelares en materia de violencia familiar”, de Diego Ortiz. Así, señaló que la obra aborda la cuestión de la violencia familiar como un fenómeno social. “En la sociedad en la que estamos inmersos, parecería ser que la cuestión de la violencia es algo que se desarrolla y se configura en diferentes aspectos: violencia en las escuelas, en los espectáculos deportivos, en la instituciones, en el marco de la familia, entre otros”, expresó. Asimismo, indicó que la obra diferencia la violencia familiar de la violencia de género o la doméstica, entendiéndola como un concepto bien amplio, el cual abarca no solo la violencia que puede darse en el marco de las relaciones de parejas, sino también la violencia de los padres con los hijos y la violencia hacia los adultos mayores. Para finalizar, indicó que también se desarrolla el concepto de medidas cautelares, su importancia y un análisis detallado de las diferentes medidas cautelares que pueden solicitarse.

Acto seguido, hizo uso de la palabra Lidia Garrido Cordobera, quien expuso sobre “La violencia como fenómeno social”. Manifestó que la violencia es un rasgo antropológico que acompañó al desenvolvimiento del ser humano. “Cuando nosotros pasamos al proceso de sociabilización, en el primer grupo, la familia, o en el segundo grupo, la escuela, aceptamos como normas de conducta no desplegar hechos violentos”, remarcó. En este sentido, indicó que las personas ven como repudiables ciertas conductas, mientras que el hombre primitivo las necesitaba para sobrevivir en la selva. “Estamos dentro de una sociedad organizada, con pautas de conductas y normas de tipo legal que me van a ir diciendo que no debo hacer”, remarcó.

Posteriormente, Natalia Torres Santomé abordó “Nuevos paradigmas del Derecho de Familia”. Diferenció el viejo modelo de familia, en donde la autoridad intrafamiliar era la que ponía la disciplina y el orden, del nuevo paradigma familiar, conformado por individuos que son a su vez titulares de sus propios derechos subjetivos. Hacia el final, resaltó que los nuevos instrumentos hablan especialmente de trabajar en el alejarse del estereotipo de inferioridad, dependencia y subordinación, debido a que salir del estereotipo nos va a permitir visibilizar la ilicitud de ese hecho. “No voy a poder castigar la ilicitud si yo no entiendo lo que es un hecho ilícito”, concluyó.

Por último, el autor del libro Diego Ortiz analizó la importancia de las medidas cautelares en violencia familiar. Primeramente, consideró que la violencia familiar es uno de los problemas que más daña de manera silenciosa a la sociedad, porque es un daño derivado de la desigualdad histórica entre los géneros. “Este fenómeno ha llevado a la necesidad de buscar mecanismos legales expeditivos y eficaces que permitan proteger los derechos personalísimos de las víctimas”, recalcó. De esta manera, hizo referencia a las medidas cautelares, cuyo resultado es algo inquietante, ya que es un terreno donde hay una importante cuota de imprevisibilidad. Asimismo, se interrogó que tipo de herramientas debe tener un profesional para trabajar en este tipo de casos de violencia familiar. “Un profesional debe tener un conocimiento amplio del tema”, aseveró. A su vez, reconoció que es importante aprender a trabajar en equipo, y de esta manera, diferenció el trabajar con profesionales del trabajar en forma interdisciplinaria. “Cuando uno trabaja con profesionales puede ser para una cuestión puntual o circunstancial, mientras que trabajar en forma interdisciplinaria requiere un trabajo constante y provocado de distintas disciplinas para trabajar en un caso concreto y diseñar una estrategia de ayuda para las víctimas”, distinguió.

“Esta cantidad de instrumentos, que comienzan a aparecer fuera del código, empiezan a conmover los estereotipos de familia”, observó Natalia Torres Santomé.