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Año XV - Edición 273 22 de septiembre de 2016

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Homenaje a Massimo Pavarini

Repensando el lugar de la pena en el Derecho

  • Notas

El 25 de agosto en la Sala Vélez Sarsfield tuvo lugar un homenaje a Massimo Pavarini denominado “Repensando el lugar de la pena en el Derecho”.

Para comenzar, Daniel Pastor, director del Departamento de Derecho Penal y Criminología, destacó la obra del homenajeado y brindó una breve introducción. Luego, Guido L. Croxatto consideró que el “derecho penal” como concepto es una contradicción en los términos. “Creo que en general donde hay pena en la práctica no hay derecho y viceversa. Creo que el derecho tiene que buscar otro camino y no legitimar las aberraciones con eufemismos, que es lo que suele hacer el derecho penal”, indicó. Manifestó que seguir el pensamiento de Pavarini no es fácil. “Cuestionar un sistema punitivo aberrante como el que tenemos en Argentina con discursos académicos no es fácil, salirse de la repetición no es fácil”, remarcó. Croxatto compartió que leyendo los textos de Pavarini llegó a la conclusión de que el derecho no puede tener que ver con el penalismo.

A su turno, Gabriel I. Anitua señaló que Pavarini integró una generación notable de intelectuales italianos. “Massimo era admirado por su lucidez, daba cuenta de una capacidad notable para ver los fenómenos y transmitirlos en su altísima dificultad”, describió. El orador sostuvo que además de transformar la criminología y derecho penal tradicional normativista, fue especialmente importante para el derecho penal crítico. También hizo alusión a la necesidad de realizar una lectura inmanente de Pavarini. Mencionó las distintas etapas de Pavarini y en cuanto a la cuarta etapa dijo: “Es la más compleja y hay una mirada escéptica de Massimo”. Se trata de una etapa doble: por un lado su producción es escéptica y perturba por su lucidez, pero también permite que Pavarini sea extrapolable a otros ámbitos.

Por otra parte, Rui Carlo Disennha hizo alusión a las críticas de Pavarini a la pena internacional. Según el autor, la propia falta de desarrollo teórico de la pena internacional está acorde con sus fines, mantener la estructura internacional inalterada. Asimismo, mencionó que Pavarini afirmaba que la pena internacional transforma al condenado en un chivo expiatorio que permite la validación de los valores internacionalmente preciados por medio de su degradación personal.

Matías Bailone remarcó que Pavarini formó parte de una generación europea muy importante, que en este caso fue una generación marcada por la política de la posguerra. “Pavarini está atravesado por lo que en Italia se llamó la strategia della tensione”, recordó. Adicionó que así que lo que fue Franco Basaglia para los manicomios y la cuestión de la antipsiquiatría, Pavarini lo fue para la cuestión carcelaria. “Los juristas, los de las ciencias sociales en general y la gente del activismo contra la punitividad lo recuerda desde el punto de vista de su crítica a la cárcel”, expresó.

Finalmente, Julio Virgolini recordó su amistad con el homenajeado. Asimismo, indicó que tanto David Baigún como Pavarini eran hombres de gran bondad y generosidad. “Massimo ha tenido una experiencia internacional sobrehumana, en toda Latinoamérica. El libro Cárcel y fábrica fue traducido al japonés, resultado poco común. La experiencia de vida de Massimo en sus viajes, sus cursos, sus seminarios, el trato con los alumnos, ha sido realmente maravillosa. Desde el punto de vista cultural, era realmente un intelectual, yo no diría que Massimo era un criminólogo”, observó Virgolini.