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Año XIV - Edición 253 27 de agosto de 2015

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Reflexiones a 70 años de la bomba de Hiroshima

  • Notas

En conmemoración del 70º aniversario de la bomba de Hiroshima, el día 30 de julio se llevó a cabo un nuevo encuentro de Paz y Derecho, titulado “Reflexiones a 70 años de la bomba de Hiroshima”. El evento fue organizado por el Departamento de Ciencias Sociales y el Departamento de Derecho Público I y coordinado por Pablo Germán Ava, docente de Sociología Jurídica. Participaron como expositores invitados Juan Antonio Travieso, José Antonio Escudero, Gregorio Flax, Ricardo Rabinovich-Berkman y Yuichiro Shindo, representante de la Embajada de Japón.

Tras una breve bienvenida por parte de Pablo Germán Ava, se dio lugar a la exposición de José Antonio Escudero. Para comenzar, señaló que los bombardeos a las ciudades de Hiroshima y Nagasaki han marcado la historia de la humanidad, la cual es la historia de la guerra. “La humanidad, desde los tiempos más remotos del Paleolítico hasta lo que estamos viviendo ahora, ha sido la historia de una dialéctica de guerra y paz”, aseveró. Agregó que la aparición de las bombas atómicas “ha cambiado completamente la estructura histórica de las confrontaciones internacionales”. Recordó, a su vez, que el día 6 de agosto de 1945 se lanzó la bomba a la ciudad de Hiroshima y tres días después a la ciudad de Nagasaki, hechos que condujeron a la rendición automática de Japón. Luego, desestimó los argumentos que se postularon en defensa de tales ataques, como por ejemplo, aquel que sostiene que lo ocurrido sirvió de lección para conocer los riesgos que implica la utilización de energía atómica. Entre otras cuestiones, opinó: “El desarrollo normal de la guerra hubiera podido conducir al fin de la misma, sin necesidad de ese acto de barbarie (…) Una situación como la que ocurrió es triste, no solo por las víctimas que murieron, sino que también es triste desde un punto de vista teórico porque marca el fracaso del derecho”.

A su turno, habló Gregorio Flax y postuló la pregunta “¿Por qué reflexionar sobre el derecho a la paz?”. A este interrogante, respondió: “Se debe reflexionar no solo por su función preventiva, sino que también porque visto desde el punto de vista subjetivo del carácter del individuo es un derecho fundamental de toda persona que implica, ante todo, un deber”. Posteriormente, brindó una serie de definiciones del término “paz” teniendo en cuenta distintos ámbitos jurídicos. Sintetizó: “El derecho a la paz es el derecho a la vida, es el no a la guerra, el no a las armas, es garantía de seguridad social y es la garantía de todos los derechos fundamentales (…) La paz, en todos sus sentidos, tanto colectivo como subjetivo, no se construye con vulneración de derechos fundamentales, se construye con seguridad, con garantía, con una vida digna, con salud y con diálogo. Por eso, reconciliar este derecho a la paz se debe tomar en serio en nuestro país, puesto que es premisa del disfrute de otros derechos”.

Seguidamente, expuso Juan Antonio Travieso y abordó la cuestión de la memoria. “Me di cuenta de que, básicamente, lo más importante es proteger la memoria”, reconoció. Luego, señaló que identidad y memoria son caras de una misma moneda, y que la memoria es selectiva, lo cual lleva al olvido de ciertos acontecimientos. En la misma línea, reflexionó: “La memoria, ¿sirve al hombre para hacerlo más noble y más humano?” En este sentido, explicó que una primera actitud ante la memoria, ante lo grave y lo pasado, es la negación o evasión. “Olvidar es violar la memoria, privar al hombre de su derecho a recordar y en Argentina hemos vivido un constante asalto a la memoria, pero en Hiroshima estalla la memoria”, aseveró. Así, expresó que “Hiroshima es el lugar en donde desapareció la distinción entre lo propio y lo impropio, lo posible y lo imposible; Hiroshima es un punto de derrumbamiento histórico, marcó el final y la ruina de toda ética de la dignidad humana y de la adecuación a una norma”.

Ulteriormente, habló Yuichiro Shindo en representación de la Embajada de Japón y contó su experiencia como japonés de tal acontecimiento. Reconoció que si bien el bombardeo de tales ciudades fue consecuencia de la postura y de las acciones adoptadas por el gobierno japonés de aquel entonces, no resulta justificable. Aun así, señaló que la comunidad japonesa no se coloca únicamente en la posición de víctima, sino que también se muestra como responsable. Además, manifestó que el tiempo posterior al bombardeo fue un tiempo de reflexión y arrepentimiento de la sociedad japonesa. Concluyó: “De ninguna forma esta experiencia puede repetirse. No tiene sentido que la comunidad internacional permita que pase esto nuevamente”.

Finalmente, expuso Ricardo-Rabinovich-Berkman. Entre otros aspectos, destacó: “La bomba se lanzó en Hiroshima un lunes a las ocho y cuarto de la mañana (…) Se esperó al horario de entrada de los niños a las escuelas, se esperó el horario de apertura de las oficinas públicas, se esperó al día lunes. Se quiso matar gente, se quiso matar niños, se quiso matar civiles y se consiguió”. Añadió que este hecho tiene que ver con el ser humano destruyendo, matando, con “la pulsión de la muerte”. Para concluir, compartió con los presentes unos breves minutos de un dibujo animé que muestra la reconstrucción de lo que sucedió en el momento de la explosión de la bomba.