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Año VI - Edición 113 04 de octubre de 2007

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Reconocimiento Institucional del Seminario Permanente de Lógica y Filosofía del Derecho codirigido por los Dres. Eugenio Bulygin y Hugo Zuleta

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Corría el año 1966 y la Universidad de Buenos Aires sufría la Noche de los Bastones Largos. En el seno de nuestra Facultad, muchos docentes se debatían entre la renuncia o la resistencia en las aulas frente a la intervención. Fue en esos tiempos turbulentos que los profesores Eugenio Bulygin y Carlos Alchourrón decidieron crear un grupo de estudio con sus allegados para poder continuar libremente con las lecturas que en ese momento les apasionaban.

Así nació, algo subrepticiamente, el Seminario Permanente de Lógica y Filosofía del Derecho, que hoy, a más de cuarenta años de existencia, es reconocido por su excelencia en diversos lugares del mundo y ha visto pasar por sus reuniones a destacadas personalidades del ámbito académico como Roberto Vernengo, Ricardo Caracciolo, María Eugenia Urquijo, María Isabel Azaretto, Eduardo Rabossi, Pablo Navarro, Jorge Rodríguez, Cristina Redondo, Claudina Orunesu, Jan Sieckmann, Alexander Peczenik, Ernesto Garzón Valdés, Lars Lindahl, Ota Weinberger, David Makinson y Stanley Paulson, entre muchos otros.

Dada la ocasión, el 18 de septiembre pasado la Facultad de Derecho decidió organizar en el Salón Rojo un reconocimiento al Seminario, que hoy es codirigido por los Dres. Eugenio Bulygin y Hugo Zuleta, en reemplazo del recientemente fallecido Carlos Alchourrón.

Las palabras introductorias del acto estuvieron a cargo del Decano Dr. Atilio Alterini, quien celebró que el Seminario siga hoy tan activo como en sus inicios. “Son tiempos en los que es imprescindible pensar”, sostuvo, entendiendo que actualmente “la globalización ha reducido todo a un tema de eficiencia”. En ese sentido, Alterini expresó que “hoy son tiempos de filósofos, juristas y sociólogos”, y se mostró orgulloso de que nuestra Facultad “tiene el lujo de contar con un Departamento de Filosofía del Derecho dotado de los más destacados pensadores argentinos”, para lo cual mucho contribuyó la tarea del Dr. Eugenio Bulygin, quien fuera el iniciador de la gestión democrática en esta casa. “Debemos premiar tanto mérito con un aplauso desde el corazón”, concluyó diciendo el Decano.

Por su parte, el Dr. Ricardo Guibourg, Director del Departamento de Filosofía del Derecho, explicó a los más jóvenes que Eugenio Bulygin y Carlos Alchourrón son probablemente los representantes más famosos en el mundo de la filosofía del derecho argentina. Aunque lo que es cierto es que nuestra Facultad cuenta con una muy fuerte impronta en esta área, que ha sido heredada de Carlos Cossio, de Ambrosio L. Gioja, y continuada e impulsada también por Roberto Vernengo y Carlos Nino, entre otros.

Seguidamente, uno de los más jóvenes exponentes del Seminario, el Dr. Pablo Navarro, recordó que en la misma época en que nació esta idea de Bulygin y Alchourrón, los Beatles editaban el legendario “Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band”, moría el Che Guevara, y se publicaba la novela Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez. “¿Qué significa este Seminario para una universidad pública?”, se preguntó, y respondió sin dudarlo que su contribución a la investigación, a la docencia y a la extensión lo convierten en “algo extraordinario en la historia de las instituciones”.

Finalmente, tomó la palabra Eugenio Bulygin, quien aclaró a los presentes que todo comenzó con un objetivo muy ambicioso. “La situación era muy desagradable y nosotros decidimos hacer un seminario para “voltear” (sic) al gobierno de Onganía”, recordaba irónicamente el homenajeado. Así, eligieron comenzar con la lectura de “La sociedad abierta y sus enemigos” de Karl Popper, aludiendo a la represión intelectual que se vivía en el momento. “Lamentablemente, Onganía nunca se enteró”, bromeó Bulygin. Entre otras anécdotas, el ex Decano también recordó que luego el Seminario continuó con el análisis de distintos textos, algunos de los cuales, como Methods of Logic de W. V. Quine, les llevó hasta cuatro años de lectura.

“Si hay alguna conclusión por sacar luego de estos cuarenta años, es que trabajar solo en un escritorio es muy difícil y no es muy fructífero”, terminó diciendo Bulygin, quien prometió continuar por bastante tiempo más con las reuniones de los martes y agradeció a todos los que alguna vez asistieron al Seminario por lo que le permitieron aprender en todos estos años.