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Año XV - Edición 264 21 de abril de 2016

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Programas penitenciarios respecto de condenados por delitos de agresión sexual

  • Notas

Dentro del marco del Seminario Permanente del Centro de Estudios de Ejecución Penal (CEEP), el 31 de marzo se llevó adelante en la Sala Vélez Sarsfield una conferencia sobre "Programas penitenciarios respecto de condenados por delitos de agresión sexual", a cargo de Juan Pablo Scarpinelli.

El disertante fue presentado por el Director del CEEP, Leonardo Pitlevnik. Acto seguido, Scarpinelli explicó que el delito de abuso sexual tiene una conmoción bastante especial. La palabra asesino, describió, no genera a nivel visceral tantas reacciones como decir abusador sexual. En relación con las cárceles para los imputados o condenados por agresión sexual, Scarpinelli criticó: “Si en una unidad carcelaria para albergar a personas que cometieron estos delitos o se los están imputando, el único lugar que tienen es un pabellón evangélico, me parece que estamos delegando la ejecución de la pena a personas que no están calificadas ni deben hacerlo”. Sobre el tratamiento penitenciario, entre otras cuestiones, explicó que tratamiento es la gestión de la cotidianeidad del detenido para que se rehabilite pero también “hay de base una condena criminológica que es ‘la persona tiene que sufrir, no puede estar sonriente dentro de la cárcel, eso genera rechazo’”.

En cuanto al perfil del ofensor sexual, el disertante expresó que lo que se busca como psicólogo o como profesional de la salud es ver si en frente se tiene un ofensor sexual, lo que genera una construcción de varios prejuicios que se buscan corroborar. “Si la persona no coopera, es porque esconde. Si fuese otro delito, no tiene tanto impacto lo que haga en la entrevista como el ofensor sexual. Todo lo que haga en la entrevista va a ser para confirmar lo que ya se sabe, que es el concepto de irrecuperabilidad o de perversión”, desarrolló.

Estamos asistiendo actualmente [desde la Subsecretaría de Política Criminal e Investigaciones Judiciales del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires] a acerca de doscientas cincuenta personas detenidas. Hemos trabajado de forma individual con unos ochenta casos. Yo he trabajado durante la muestra inicial con setenta personas durante tres años (…) no encuentro un perfil que se parezca a otro”, describió más tarde. Además, concluyó: “Si todos los profesionales, que participan de la vida institucional, de manera interdisciplinaria, hacen programas de promoción de salud mental, de ofensores sexuales, de inserción laboral, de orientación vocacional, de igualdad de género y concientización de diferencias (…) creo que una cárcel sería un conjunto de programas” y de esta forma se trataría a la totalidad de la diversa población carcelaria.