Producción y Consumo Sustentable de Alimentos en el Mercosur, con especial referencia a Argentina y Brasil
El pasado 8 de mayo, en el Aula 1 de Extensión Universitaria, se desarrolló el seminario “Producción y Consumo Sustentable de Alimentos en el Mercosur, con especial referencia a Argentina y Brasil”. La actividad fue organizada por el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) junto con el Proyecto FAPERGS n.º 24/2551-0001523-0 (Convocatoria PQg n.º 09/2023). El encuentro reunió a especialistas de diversas disciplinas para reflexionar sobre los desafíos que presenta la sustentabilidad alimentaria en la región, especialmente en el marco del Mercosur. Contó con las exposiciones de Paola Bohórquez (PNUD), Sebastián Barocelli (UBA) y Facundo Ríos (UBA), quienes abordaron diferentes aspectos del tema desde perspectivas jurídicas, económicas, filosóficas y ambientales. La presentación y coordinación estuvieron a cargo de Luciane Klein Vieira (UNISINOS – UBA) y Sandra Negro (UBA), quienes aportaron una mirada comparada y crítica en torno al marco normativo y los desafíos estructurales que enfrentan tanto Argentina como Brasil en lo que respecta a los sistemas de producción y consumo responsable.
En la apertura, Sandra Negro contextualizó la realización del seminario dentro de una serie de proyectos académicos articulados entre el CEIDIE y la Universidad de UNISINOS (Brasil), enfocados en la investigación sobre alimentos y sustentabilidad. Explicó que el objetivo del encuentro, y del proyecto más amplio, es “generar una iniciativa alternativa respecto a la materia de producción, consumo y exportación de recursos naturales”. En ese sentido, remarcó que la conservación de la biodiversidad exige mantener sistemas naturales saludables, nutritivos, equilibrados e inclusivos. También enfatizó la importancia de fomentar la proximidad entre productor y consumidor, fortaleciendo los mercados locales y la agricultura de pequeña escala, y promoviendo un conocimiento más profundo por parte del consumidor sobre el origen y la calidad de los alimentos que adquiere. “La participación de empresas, consumidores y el sector público resulta clave para avanzar hacia un desarrollo sustentable que no implique perjuicios al medio ambiente”, afirmó.
A su turno, Luciane Klein Vieira presentó el Proyecto FAPERGS, deteniéndose en sus objetivos centrales, entre los que se destaca la búsqueda de alternativas concretas para garantizar el derecho a la información de los/as consumidores/as respecto a los modos de producción y comercialización de los alimentos. Planteó que este derecho no debe limitarse al plano teórico, sino materializarse en políticas públicas y estrategias regulatorias que hagan posible un consumo informado, consciente y responsable.
Por su parte, Paola Bohórquez explicó el trabajo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el acompañamiento a los gobiernos nacionales y subnacionales en el diseño e implementación de políticas públicas vinculadas a la sustentabilidad, el desarrollo inclusivo, la gobernabilidad democrática y la protección del ambiente. En su intervención, se enfocó en los patrones sostenibles de producción y consumo de alimentos, que según explicó, implican pensar cómo se produce, cómo se distribuye y cómo se consume de manera inclusiva, eficiente y con perspectiva de equidad. Destacó que el PNUD trabaja con un enfoque integral que vincula el campo, la economía local y el plato de comida, reconociendo la centralidad del sistema alimentario en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). A su vez, remarcó que no basta con tener datos cuantitativos, sino que es imprescindible construir una mirada crítica que indague qué se produce, cómo se produce y para quién se produce, integrando aspectos sociales, culturales y ambientales.
Luego, Sebastián Barocelli abordó el recorrido normativo e institucional de la sustentabilidad alimentaria en Argentina. Comenzó con un repaso de la evolución de la Ley de Defensa del Consumidor (24.240), que en su reforma de 2008 incorporó explícitamente el principio de sustentabilidad como uno de los criterios orientadores de la política pública en la materia. A su vez, mencionó la sanción del Código Civil y Comercial de la Nación (2014), que en su artículo 1094 establece el principio de consumo sustentable como una directriz fundamental, limitando la autonomía de la voluntad en favor del interés colectivo y ambiental. En el plano internacional, se refirió a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y a las metas orientadas a transformar los patrones de producción y consumo, destacando que su implementación efectiva depende de un enfoque integral que articule derecho, economía, educación y cultura. Finalmente, introdujo una dimensión más filosófica, advirtiendo que el modelo de consumo acelerado y desregulado entra en tensión con los valores de sustentabilidad y bienestar. En esa línea, mencionó una iniciativa impulsada por asociaciones de consumidores/as orientada a promover prácticas sustentables.
Por último, Facundo Ríos propuso una mirada crítica centrada en la crisis ambiental global, que, según sostuvo, debe constituir el punto de partida para cualquier reflexión sobre la producción y el consumo. “Muchas veces no logramos comunicar adecuadamente los desafíos ambientales”, afirmó y aclaró que “en otros casos, incluso quienes entendemos el problema, caemos en discursos que no interpelan ni transforman”. Explicó que el motor de esa crisis es justamente el modo en que producimos y consumimos, por lo que resulta necesario repensar las bases mismas del sistema económico y cultural. A lo largo de su exposición, planteó diversos interrogantes orientados a fomentar una discusión profunda sobre los límites del actual paradigma productivo y el rol que deben asumir los distintos actores sociales para revertir el rumbo.
El seminario constituyó un valioso espacio de encuentro y reflexión interdisciplinaria, reafirmando la importancia de construir puentes entre el derecho, la economía, la ecología y la ética para avanzar hacia un modelo de desarrollo sustentable en el Mercosur. La articulación entre universidades, organismos internacionales y proyectos de investigación regionales demostró la potencialidad de una agenda común basada en la justicia ambiental, el acceso equitativo a los alimentos y el respeto por la biodiversidad.