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Año XXIV - Edición 421 15 de mayo de 2025

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Primeras jornadas internacionales sobre derecho y nuevas tecnologías

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Los días 7 y 8 de mayo se desarrollaron las Primeras jornadas internacionales sobre derecho y nuevas tecnologías. El evento fue organizado por el Centro de Estudios sobre “Integración Regional & Derechos Humanos” y convocó a destacados especialistas nacionales e internacionales.

Las actividades comenzaron en el Salón Azul con la exposición inaugural de Calogero Pizzolo (UBA), quien propuso una reflexión sobre los desafíos jurídicos que plantea el avance tecnológico. En su intervención, abordó inicialmente el trabajo del Centro de Estudios sobre “Integración Regional y Derechos Humanos” en torno a los puntos de convergencia entre los derechos humanos y la inteligencia artificial. El eje de su presentación giró en torno a la pregunta: “¿Nuevas tecnologías, nuevos derechos?”. Para encuadrarla teóricamente, Pizzolo recurrió a Jean-Jacques Rousseau, citando su afirmación de que “para pensar en las leyes que le convienen a las naciones se necesitaría una mente superior, capaz de vivir todas las pasiones de los hombres, sin sentir ninguna de ellas”. A partir de esta idea, desarrolló la figura del legislador rousseauniano: alguien capaz de abstraerse de las pasiones humanas para establecer normas basadas en la igualdad y la solidaridad.

Esto lo llevó a interrogarse si la inteligencia artificial podría ocupar el lugar de ese legislador ideal, una inquietud que, según explicó, está siendo objeto de debate entre constitucionalistas, especialmente en el ámbito jurídico español e italiano. En este contexto, mencionó la obra La constitución del algoritmo de Francisco Balaguer Callejón, quien plantea que vivimos una transición desde un mundo analógico hacia uno algorítmico. Según Callejón, esta transición genera una nueva crisis: la sociedad, que creía tener todas las respuestas, se encuentra ahora con nuevas preguntas. Por ello, se habla de la necesidad de “constitucionalizar el algoritmo” y “digitalizar la Constitución”. Pizzolo también introdujo el concepto de “inteligencia artificial generativa”, ejemplificado con herramientas como Chat GPT, y advirtió sobre su potencial impacto negativo en términos de desinformación masiva y vulneración de derechos fundamentales. Como cierre de su intervención, remarcó: “No tengo respuestas fijas para esto, lo único que sé es que hay que encarar un nuevo camino a partir de la ruptura de lo que veníamos trabajando y pensando”.

Luego, tomó la palabra Isabel Cornejo Plaza (Universidad Autónoma de Chile), quien centró su intervención en el vínculo entre el libre albedrío y los neuro derechos, en el marco de lo que denominó un “nuevo paradigma humanista” para la protección de los derechos humanos en la era digital.

Cornejo comenzó señalando que el tránsito de los derechos fundamentales hacia el entorno digital plantea serios desafíos, particularmente en lo referido a la preparación normativa y conceptual de los neuro derechos. En este sentido, destacó que la constitución chilena se presenta como pionera en incorporar este tipo de garantías, aunque subrayó la necesidad de realizar una crítica constructiva sobre cómo se ha desarrollado dicha visión hasta ahora.

En cuanto al libre albedrío, lo describió como un “constructo filosófico antiguo”, con raíces en el pensamiento griego clásico, cuya validez fue asumida durante siglos sin cuestionamientos profundos. Sin embargo, explicó que este concepto comenzó a ser revisado críticamente a partir del avance de las neurociencias, que plantean nuevos interrogantes sobre la autonomía, la voluntad y el consentimiento informado en contextos mediados por tecnologías cognitivas. Abogó por un mayor control legal sobre las aplicaciones de la inteligencia artificial, especialmente aquellas que puedan afectar la integridad mental o emocional de las personas, y llamó a una discusión más robusta sobre la regulación de las tecnologías que interactúan con el cerebro humano.

La apertura concluyó con un breve conversatorio entre Cornejo y Pizzolo, donde intercambiaron ideas sobre los límites éticos y legales del uso de tecnologías avanzadas en la toma de decisiones, antes de dar paso al primer panel del día.

El primer panel, titulado “Estado de Derecho y nuevas tecnologías”, fue moderado por Luisa Quimbayo. En él, Eduardo Rivera Carrasco (Universidad Autónoma de Chile) presentó una ponencia sobre la evolución de la oscuridad contractual, mientras que Alejandra Lázzaro (UBA) expuso sobre el sistema electoral y su vínculo con las tecnologías emergentes.

Por la tarde, se desarrolló el segundo panel, denominado “Derechos Humanos y nuevas tecnologías”, moderado por David Domínguez. Andrea Mensa González (UBA) analizó el uso de algoritmos en la administración pública; Natalí Pavioni (UBA) se refirió a su aplicación en la administración de Justicia; e Ian Henríquez (Universidad Autónoma de Chile) reflexionó sobre las posturas de tecnofobia y tecnofilia frente al avance tecnológico.

En tanto, el jueves 8, las actividades continuaron en la Sala de Audiencias. Se desarrolló un tercer panel, dedicado a la temática “Datos personales, IA y nuevas tecnologías”, moderado por Víctor Jaure. Rubén Méndez Reategui (UA) presentó una mirada jurídica sobre el paso del “por qué” al “cómo” de la inteligencia artificial, mientras que Melina Maluf Martínez (Universidad Católica de Cuyo) abordó los modelos del derecho comparado en materia de protección de datos personales.