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Año XIII - Edición 241 20 de noviembre de 2014

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Presentación del libro “Un dolor menor es contar la verdad”

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Organizada conjuntamente por la Cátedra Libre sobre Holocausto, Genocidio y Discriminación, el Museo del Holocausto de Buenos Aires y la Embajada Mundial de Activistas por la Paz, el pasado 27 de octubre se llevó a cabo en el Salón Azul de la Facultad la presentación del libro Un dolor menor es contar la verdad”, de la autora Etka Ursztein, sobreviviente de la Shoá.

A su inicio, Gregorio Flax, coordinador de la Cátedra Libre sobre Holocausto, Genocidio y Discriminación, expresó que la cátedra es un espacio que fue creado varios años atrás en forma conjunta con el Museo del Holocausto, en donde la idea fue crear un ámbito de reflexión y de debate sobre todo aquello que estuviese relacionado no solo con la Shoá, sino también con otros genocidios que han acontecido en el siglo XX. “La problemática de la discriminación es la madre de todos estos problemas”, opinó.

Seguidamente, Claudio Avruj manifestó que para el Museo del Holocausto es de suma importancia el trabajo que se realiza con los sobrevivientes dentro y fuera del museo. “Consideramos fundamental incorporar permanentemente el valor del testimonio en los procesos educativos”, remarcó. Así, expresó que la deuda principal que tiene la educación es lograr que la Shoá no se repita. “En algún momento de la historia, nos faltó el valor que trae el testimonio del testigo”, reseñó. En este sentido, recalcó la importancia del testimonio y la presentación de estos tipos de libros, y a su vez reconoció que sin ponernos en el lugar del otro y sin abrir nuestros sentimientos es imposible que las lecciones de la Shoá sean realmente aprendidas.

A continuación, hizo uso de la palabra Etka Ursztein, autora del libro, quien relató que apenas siendo una adolescente le tocó vivir un período oscuro de la historia mundial. “Un momento macabro que marcó a las generaciones y a la humanidad con sangre de millones de personas de diferentes razas”, evocó. Recordó que tuvo que recorrer campos de concentración, en donde vio las atrocidades que cometía la maquinaria nazi a su paso, destruyendo la vida de miles de personas y dejando cicatrices que perduran en el tiempo. “Es un honor presentar mi testimonio, dejando como legado lo vivido, lo sufrido, pero así también la fortaleza para demostrar que siempre se puede seguir adelante”, exteriorizó.

Por último, Daniel Rafecas destacó el título del libro refiriéndose a lo que significa contar la verdad de hechos como la Shoá. “Es muy frecuente en las víctimas, tanto la víctima de la Shoá como la víctima del terrorismo de Estado, que contando la verdad y dando testimonio se dé una suerte de liberación y de alivio reparador”, evidenció. De este modo, subrayó que el contar la verdad se ha potenciado en la Argentina a partir de los juicios que se están llevando a cabo a lo largo y lo ancho del país. “Es muy común que las víctimas hagan público su sentimiento de liberación, de alivio y de reparación, a partir del solo hecho de dar testimonio y ser escuchado”, señaló.

En segundo lugar, comprendió que el hecho de que las víctimas y los sobrevivientes den testimonio es un pequeño triunfo sobre la estrategia de los perpetradores. “Durante la Shoá era muy común que los verdugos les manifestasen a los cautivos en los campos de concentración que nadie iba a quedar vivo para contar lo que estaban haciendo”, relató. En este sentido, indicó que cada libro que se difunde es un pequeño triunfo frente a la estrategia de los perpetradores de silenciar y consagrar con olvido e impunidad los sucesos. “Está claro que si no podemos llegar a la verdad y no podemos establecer los hechos, es imposible trabajar sobre la memoria y es imposible hacer justicia”, advirtió. De esta manera, examinó que establecer los hechos y conocer la verdad de los hechos acontecidos es una condición absolutamente necesaria para los trabajos de memoria y para la actuación de la justicia.

En cuanto a la vida de Etka, recordó que cuando Alemania invadió Polonia, en septiembre de 1939, ella tenía 16 años. De este modo, indicó que los hechos centrales que se narran en su libro, relacionados con la ocupación nazi y los padecimientos que vivieron la autora y toda su familia, tuvieron lugar entre los 16 y 22 años. “El libro de Etka no solo cuenta su historia, sino también la historia de los suyos”, expresó. Asimismo, identificó al genocidio como la vocación de un Estado autoritario por borrar de la historia, del presente y del futuro, a todo un pueblo.

Hacia el final, se refirió a la Argentina, la cual no otorgaba visados para refugiados judíos, de modo que las fronteras del país estaban cerradas para los sobrevivientes de la Shoá. “Así todo, se calcula que entre 15 mil y 20 mil sobrevivientes lograron llegar a la Argentina, como es el caso de Etka”, remarcó. Así, reconoció que la mayoría de los sobrevinientes llegaban a la Argentina en condiciones ilegales e irregulares, como Etka, quien logró llegar con su esposo y la familia de él en un barco con un visado de Paraguay. Para finalizar, recordó que el libro no aborda solamente el período de la Shoá, sino que comienza contando la vida previa, así como también relata la vida en Argentina hasta el presente.

“Está claro que si no podemos llegar a la verdad y no podemos establecer los hechos, es imposible trabajar sobre la memoria y es imposible hacer justicia”, advirtió Daniel Rafecas.