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Año XIII - Edición 240 06 de noviembre de 2014

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Presentación del libro “Salud mental y discapacidad”

  • Notas

El pasado 30 de septiembre se llevó a cabo en el Aula 217 la presentación del libro “Salud mental y discapacidad”, de Juan Pablo Olmo, en el marco del Seminario Discapacidad y Derechos. Acompañaron al autor, María Graciela Iglesias y Juan Antonio Seda.

En primer lugar, Juan Antonio Seda, director del Centro para el Desarrollo Docente de la Facultad de Derecho, expresó que las personas con discapacidad mental son aquellas que tienen mayor dificultad en expresar su voz como colectivo. “Seguidamente, concordó que la capacidad debe ser la norma, por lo tanto, hay que tratar de generar todos los apoyos y salvaguardas para producir la mayor autonomía posible de cada persona. “Nuestro sistema jurídico está fundado en la idea de la voluntad como constructora de los actos de la vía civil, y la misma se conforma con discernimiento, intención y voluntad”, remarcó. De esta manera, señaló que hay muchas personas que no tienen un discernimiento que les permita ser una persona lúcida. No obstante, muchas personas que están internadas con padecimientos mentales tienen nociones de poder conformar una voluntad con los apoyos necesarios y con las salvaguardas que permitan que no sean víctimas de abusos o desventajas.

María Graciela Iglesias, abogada y especialista en Derecho de Familia, señaló que es cierto que las personas con discapacidad mental se presentan con mayor vulnerabilidad que el resto de las personas con discapacidad, debido a que su voz es todavía más débil que la de cualquier otra persona con discapacidad, aunque la falta de reconocimiento de derechos sea exactamente igual. “El impacto que, una obra como la de Juan Pablo, tiene en la práctica es inusitada y es una herramienta que permite, por lo menos, la crisis”, observó. En este sentido, el libro permite que quien va a trabajar, acompañar o simplemente a mirar a una persona con discapacidad, lo haga desde un lugar diferente. “Todo marco jurídico que se anuncie, será una herramienta para la lucha frente a ese reconocimiento”, aseveró. Hacia el final, habló sobre el nuevo Código Civil, que va a otorgar la facultad de designar los apoyos a los jueces, mientras que la Convención habla de apoyos elegidos por las personas, favorecidos por las personas y de acuerdo a su preferencia y a su situación. “En todo caso, el Estado debe otorgar apoyos que permitan e instrumenten esta condición de derecho del apoyo, que es poder manifestar la capacidad jurídica de las personas, es decir, que la decisión se mantenga en cabeza del protagonista”, concluyó.

Por último, Juan Pablo Olmo argumentó que el nuevo Código no se ajustaría a los términos y los lineamientos de la Convención. Entendió que el Código Civil de Vélez Sarsfield, la Convención sobre los Derechos de la Persona con Discapacidad y la Ley de Salud Mental son modelos y sistemas distintos que funcionan con distintas lógicas. “Cuando hablamos de parte general del Derecho Civil, todo lo que digamos ahí o modifiquemos va a tener repercusión sobre todo el resto del ordenamiento, con lo cual no me alcanza con modificar una parte de la parte general del código y pensar que el resto va a seguir funcionando”, determinó. Por último, opino que el nuevo Código es armónico pero consideró que no se ajusta a la Convención. “Me parece que en materia de capacidad jurídica, hoy no estamos acorde a los lineamientos de la Convención”, dijo.