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Año XIV - Edición 247 07 de mayo de 2015

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Presentación del libro “¡Que 20 años no es nada! Un análisis crítico de la reforma constitucional de 1994”

  • Notas

Con la participación de Calogero Pizzolo, Marcelo Bernal, Santos López Uriburu, Andrea Mensa González y Agustín Fabbricatore, el pasado 21 de abril se desarrolló en el Salón Azul la presentación del libro “¡Que 20 años no es nada! Un análisis crítico de la reforma constitucional de 1994”.

Marcelo Bernal, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Córdoba y compilador de la obra, comenzó por explicar que el objetivo de la obra es el de brindar un análisis crítico, desde una perspectiva generacional, sobre la reforma constitucional de 1994. Asimismo, buscaron que el libro constituyera un aporte colectivo, es decir, que contara con la participación de autores provenientes de distintas partes del país.

Por último, destacó los temas que se trataron en el libro, así como también los autores que desarrollaron cada uno de ellos. En este sentido, explicó que fueron seleccionados subjetivamente por los que participaron de su escritura, pero no en forma arbitraria; se enfocaron en aquellos temas considerados más sensibles y relevantes, que hoy en día se encuentran en tela de juicio.

Seguidamente, tomó la palabra Andrea Mensa González, profesora de Derecho de la Integración. La oradora habló sobre el art. 75, inciso 24, cuestión que desarrolló en el libro. Explicó que los convencionales constituyentes incorporaron en dicho artículo la posibilidad de que nuestro país reconozca en organismos supranacionales, en espacios regionales vecinos, la oportunidad de dar competencias que, desde la óptica clásica del derecho constitucional, eran una atribución del estado nacional. Esto tuvo como propósito brindar soluciones a necesidades comunes. “Lo que hicieron los convencionales constituyentes fue preparar nuestro texto constitucional para poder enfrentar desafíos de esta naturaleza”, manifestó. La expositora concluyó diciendo que la Argentina tiene la estructura jurídica establecida, formada y lista para poder formar parte de cualquier proceso de integración que, hoy por hoy, plantee estos desafíos.

El evento finalizó con las palabras de Calogero Pizzolo, profesor de la Facultad y compilador de la obra, quien hizo referencia a lo que, según su punto de vista, ha sido la mayor virtud y éxito en el tiempo de la reforma constitucional: la reforma del sistema de fuentes. “La reforma constitucional ubicó a la Argentina dentro de una corriente jurídica supranacional que reconoce la importancia del Derecho Internacional de los Derechos Humanos”, aseveró. En este sentido, expresó que los procesos de reforma constitucional que han ido involucrando a los países hermanos de Latinoamérica, en los últimos treinta años, tienen un denominador común: la apertura de los ordenamientos jurídicos nacionales hacia el Derecho Internacional de los Derechos Humanos. Esto, expresó, fue un hecho favorable para la Argentina, ya que le permitió modificar su sistema de fuentes, reconociendo como parámetro de legalidad ya no solo las normas constitucionales, sino un conjunto de reglamentos internacionales a los que el constituyente les reconoce jerarquía constitucional. “La reforma constitucional de 1994 fue la más legítima de todas las reformas de la historia argentina”, manifestó. En la misma línea argumental, sostuvo que la elección de los constituyentes fue abierta y que en la Asamblea Constituyente estuvieron representadas todas las fuerzas políticas. “En lo fundamental, la reforma ha cumplido con una misión histórica: abrir el ordenamiento jurídico al Derecho Internacional de los Derechos Humanos”, concluyó.