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Año XXII - Edición 387 20 de abril de 2023

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Presentación del libro No somos dignos

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El pasado 10 de marzo, en el Salón SUM del Instituto Gioja, se realizó la presentación del libro No somos dignos (Editorial Astrea). Brindaron su aporte los/as autores/as de la obra: Mariano Candal, Patricia M. Elizalde, Ricardo A. Guibourg (director), Oscar E. Magistris, Liliana Rodríguez Fernández (directora) y Nicolás Zavadivker. Asimismo, participó de la mesa Alejandro Depalma, director de la editorial. La actividad fue organizada por la Maestría en Filosofía del Derecho.

Para comenzar, Ricardo A. Guibourg planteó los orígenes del proyecto: “En nuestro grupo de investigación se nos ocurrió la idea de poder indagar qué es la dignidad. Es un concepto que ha tomado un lugar tanto en el lenguaje jurídico, como en el lenguaje político, ya que todos los argumentos sobre los derechos humanos sobre lo que es lícito o ilícito, depende del contenido que se le da al término. Todos tenemos muy claro que la dignidad es algo que queremos, el problema está en identificar qué es lo que cada uno pretende sobre esa base”.

Acto seguido, Liliana Rodríguez Fernández sumó: “Hace más de 20 años que venimos llevando adelante por iniciativa propia investigaciones sobre los criterios de decisión e interpretación judicial (...) planteamos como disparador inicial los modos en que solemos usar esta palabra. A partir de diversos estudios, observamos que puede implicar diferentes significados en distintos ámbitos o contextos”.

A su turno, Nicolás Zavadivker disertó sobre la posición de los filósofos en relación al tópico: “A través de la postura de cada uno de ellos, la obra intenta evidenciar la complejidad del concepto, los inconvenientes en su uso y la dificultad de su fundamentación. Se intenta dilucidar, por ejemplo, el discurso que atribuye dignidad a los objetos”. De esta manera, mencionó a Kant como el más influyente: “Predica la dignidad de todo ser humano en relación con su autonomía, en el sentido de que cada uno posee la capacidad de darse la ley a sí mismo. Hay autores que se contraponen como Roberto Andorno”. En último término, declaró: “Habitualmente hay un cierto consenso en torno a las implicancias jurídicas y morales negativas de la dignidad. La mayoría parece estar de acuerdo en que el trato degradante, la eslcavitud y la tortura, la desafían”.

Luego, tomó la palabra Alejandro Depalma, quien destacó como aspecto valioso: “Los libros del doctor Guibourg y sus equipos, tienen la virtud de ser disparadores de pensamiento. En tiempos en donde los algoritmos y las inteligencias artificiales piensan por nosotros, poder usar la mente para sacar nuestras propias conclusiones es lo que nos hace libres”.

A continuación, Patricia M. Elizalde manifestó: “Tiene una carga tan subjetiva que lo que nosotros podemos considerar digno, para otro no lo es. Esto nos lleva a pensar quién es la autoridad que va a definir esto, sobre todo si la queremos pensar como una palabra con un lenguaje técnico”.

Por su parte, Oscar E. Magistris reconoció: “Llegamos a varias conclusiones desalentadoras o desanimadas. Aún cuando logremos pautas de mensuración básicas, siempre va a existir la posibilidad de que sea vencida por otra opinión diferencial. No obstante, esto no quita el hecho de que a la palabra dignidad se le atribuya una jerarquía especial que implique un tipo de reconocimiento cualitativo o una distinción”. En la misma línea, opinó: “El problema semántico va a seguir existiendo, pero el problema epistemológico es más grave todavía porque en el afán del ser humano de querer buscar una salida racional, dificultamos una solución”.

De modo concluyente, Mariano Candal evocó: “Los grupos de análisis y criterios, siempre lo que intentan es retroceder hacia ciertos conceptos que tomamos como dogmáticos, y sospechar acerca de ellos. El libro lo que trata de desentrañar es si la dignidad es el núcleo de un pensamiento moral o es un comodín que uno utiliza para dotar de fuerza a una decisión”.