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Año XVII - Edición 306 12 de julio de 2018

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Presentación del libro Malversados, de Ezequiel Spector

  • Notas

En la  Sala Vélez Sarsfield, el pasado 28 de junio  se presentó el libro Malversados, de Ezequiel Spector (doctor en Derecho especializado en Filosofía del Derecho de la UBA y profesor investigador en Escuela de Derecho, UTDT). Celeste Braga (profesora de Derecho de la Universidad Di Tella y de la Universidad de Palermo) y Tamara Tenenbaum (profesora de la UBA y escritora) estuvieron a cargo de los comentarios de la obra.

Tamara Tenenbaum planteó que el debate democrático “para estar vivo tiene que estar desordenado. Si el debate es masivo y es democrático, va a ser desordenado”. Luego se dedicó a comentar el libro. En ese sentido, destacó que “la cuestión con una falacia o con un argumento mal hecho es que te quiere conducir a falsas dicotomías, a falsos dilemas, a clausurar discusiones que no deben ser clausuradas. La cuestión no es justamente evitar ciertos tipos de argumentos malos o pensar que la gente que los hace debe callarse, sino justamente responder. El arma democrática no es jamás el ordenar la discusión, sino el responder, el desarmar”.

Por otro lado, sostuvo que otro aporte interesante de la obra radica en la combinación de “un vocabulario que tiene que ver con la lógica con un vocabulario que tiene que ver con nuestra discusión contemporánea. Por ejemplo, tomar la cuestión de la grieta como una falacia”. Asimismo, señaló que Spector maneja un concepto amplio de falacia: “Toma un concepto de falacia que si bien es un concepto arraigado en la lógica, también tiene que ver con aquello que engaña, con aquello que lleva la discusión para un lugar que no conduce a apreciar la complejidad de las cuestiones. (…) Las falacias acá aparecen no solamente como engañando, sino directamente como obturando debates”.

Seguidamente, Celeste Braga afirmó que existe un acuerdo general con que en el debate público “todas las voces deben ser incluidas e integradas y demás, pero creo que tenemos una tarea por delante de mejorar la calidad de nuestro debate o de nuestros intercambios. Y creo que en ese sentido el libro da poderosas herramientas”.

A continuación, hizo mención a la idea de falacia que maneja el autor: “No está teorizada porque no está puesta en abstracto, sino que está puesta en ejemplos muy concretos y demás, es una idea de falacia que invita a generar una cultura del debate. (…) La falacia me hace notar que tal vez tengo un prejuicio, tal vez tengo una creencia infundada, tal vez hay algo que tengo que cambiar o que tengo que revisar. Y que en el intercambio con el otro es donde se produce la producción de conocimiento”. Y agregó: “La idea de falacia, no solo la cuestión lógica, sino también la cuestión de los sesgos cognitivistas que aparece transversalmente y que invita a esta autorreflexión”.

A su turno, Ezequiel Spector reconoció que había notado que en el libro había empleado un concepto amplio de falacia. “En general los manuales de lógica, dividen lógica formal y lógica no formal. Las falacias formales son aquellos razonamientos que son falaces independientemente de las circunstancias: la negación del antecedente, la afirmación del consecuente, las contradicciones. En cambio, las falacias informales pueden ser falaces o no dependientes de las circunstancias”, sostuvo. Y aclaró “que el concepto que uso pertenece a un campo que es la lógica muy informal, en donde no se toma solamente en cuenta estas falacias no formales sino también cualquier tipo de trampa comunicacional para convencer al interlocutor de que uno tiene razón. Un ejemplo de esto es lo que yo llamo la falacia del razonamiento blindado, esta idea de que ni siquiera es un argumento falaz, sino que es una forma de comportarse en un contexto conversacional que puede durar días, semanas o meses que consiste en asumir una posición e interpretar la realidad de forma tal que confirme la posición que uno tenía”.

Finalmente, comentó el caso de las fake news o fake accounts, esta idea de formar tendencia de opinión sobre la base de noticias falsas. “Uno en las redes sociales lo ve todo el tiempo. (…) Es un mecanismo muy perverso. Uno tira un rumor, es levantado por algún medio sin importancia, después se extiende a muchos pasquines sin importancia, lo empiezan a levantar los medios medianos y puede llegar a un medio grande y nunca nadie chequeó nada”, puntualizó.