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Año XI - Edición 206 27 de diciembre de 2012

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Presentación del libro "La moneda virtual. Unidad de cuenta ontológicamente estable"

  • Notas

El 28 de noviembre tuvo lugar en el Salón Verde de esta Facultad de Derecho la presentación del libro “La moneda virtual. Unidad de cuenta ontológicamente estable”, de Guillermo Laura y Ergasto Riva. En esta ocasión, la profesora Isabel González Nieves, Subdirectora del Departamento de Ciencias Sociales de esta casa, ofició de moderadora.

La presentación estuvo a cargo del profesor Eduardo Conesa, quien opinó que “la moneda virtual puede ser un gran instrumento, un instrumento poderosísimo, para revitalizar la economía argentina en tiempos de crisis, como es la que vivimos”. Además, subrayó que la moneda virtual puede ser una llave maestra para abrirle la puerta nuevamente al crecimiento económico a largo plazo de nuestro país, similar al que tuvimos sobre finales del siglo XIX y principios del XX. Recordó que 15 alumnos de esta casa se han convertido en Presidentes de la Nación, algunos de estos debieron lidiar desde finales del siglo XIX con una Argentina que se encontraba estancada y sin demasiadas proyecciones de prosperidad. “Haciendo que en 90 años, desde 1853, se multiplicara por diez la escasa población que tenía el país y la producción se multiplicara por 43 veces, esto según las estadísticas internacionales más reconocidas, y según estas mismas estadísticas en el decenio de 1940 el ranking del ingreso per cápita del mundo la República Argentina estaba en el número 5”, subrayó.

Para Conesa, se trata de un magnífico libro en el que se propone dar soluciones para aquellos cinco grandes problemas que enfrenta la economía argentina en la actualidad: inflación, fuga de capitales, recesión, caída de inversión y desempleo. Estimó que la inflación alcanza en el presente un 25% anual, siendo una de las más altas del mundo. También, la fuga de capitales alcanzó la astronómica cifra de 80.000 millones de dólares en los últimos cinco años. Asimismo, las estadísticas oficiales indican que la tasa de crecimiento de este año estará entre el 0% y 2%, a lo sumo, mientras que, recuerda Conesa, para el año pasado esta cifra trepaba al 8%. “Es decir, que ya estamos casi en una crisis económica”, resumió. Sumado a todo ello, la industria carece de insumos importados para producir, las escrituras de transferencia de inmuebles, cayeron en un 47% y la industria de la construcción se encuentra actualmente en crisis. Por otro lado, la producción de electricidad, gas y petróleo se está derrumbando y algunas empresas de estos sectores básicos están en una situación financiera muy comprometida. “La respuesta oficial a estos problemas parece agotarse en la pesificación forzada y en el control del dólar, lo cual puede agravar los problemas en lugar de solucionarlos”, expresó, y añadió: “en rigor, la pesificación es una excelente idea del gobierno, pero es excelente si no es forzada y solamente es excelente si está acoplada a la indexación”. Pero pesificar y dificultar las operaciones en dólares, al mismo tiempo, sin permitir la válvula de escape de la indexación en pesos provoca la asfixia de la economía sobre todo en el sector de la construcción”. El orador consideró que todo país que quiere desarrollarse en serio requiere de previsibilidad y disminución de los riesgos en las transacciones, sobre todo de aquellas de largo plazo. “En toda economía, quizás la más conspicua creadora de riesgos inútiles es precisamente la propia inflación”, resaltó.

Si bien el riesgo es inherente a la vida humana, las instituciones de un país deben intentar reducir estos riesgos al máximo posible. Caso contrario, se llega al extremo de que e mercado industrial se convierte en un centro de especulación y, luego, de azar, en lugar de trabajo y previsión. Así, se enriquece inesperadamente a unos y se arruina a otros. “Si la presión de las circunstancias hiciera abrir la puerta de la indexación, entonces, sería mucho mejor adoptar derechamente la solución óptima de la moneda virtual y desdoblar las funciones monetarias”, indicó. Se trata de una vieja idea del economicista clásico inglés Alfred Marshall, ahora afinada y mejorada por Ergasto Riva y Guillermo Laura. Explicó que la moneda virtual tiene tres funciones: medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor. Según la obra, el peso argentino debería conservar la primera función -como medio de cambio de todas las transacciones-, conservando todo el poder de fuego tradicional de la banca central para luchar contra la inflación o para atenuar el desempleo. En cuanto a las otras dos funciones, estas pasarían a una llamada unidad de cuenta estable, en la que si el público decide votar podría depositar su dinero en un plazo fijo y automáticamente ese dinero estaría indexado y protegido contra la inflación.

También hizo uso de la palabra uno de los autores de la obra, Ergasto Riva, docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, que aclaró que no podemos obviar la potencialidad que tienen las normas en el desarrollo económico de un país. Las grandes transformaciones en la Argentina no la produjeron economistas, la produjeron los abogados, a través de ciertas normas. La Constitución Nacional es un compendio de lo que hoy se denomina economía institucional que es el estudio de aquellas instituciones creadas con el fin de reducir las incertidumbres propias del negocio. Hay determinadas instituciones que favorecen el desarrollo económico y son justamente los abogados los que tienen que imaginar y tratar de cambiar algunas normas que inhiben el desarrollo económico. Por ejemplo, aseguró que “el impacto que tuvo en el comercio entre Europa y la reciente descubierta América de la sociedad anónima fue mayor al impacto que tuvo el barco de vapor versus el barco a vela”. 

En rigor, la pesificación es una excelente idea del gobierno, pero es excelente si no es forzada y solamente es excelente si está acoplada a la indexación”, manifestó Eduardo Conesa