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Año XX - Edición 367 02 de diciembre de 2021

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Presentación del libro Una teoría federal para la educación sexual integral

  • Notas

El 4 de noviembre se presentó en el ámbito del Instituto Gioja la obra Una teoría federal para la educación sexual integral, de Damián Azrak. Comentaron Liliana Ronconi, Guadalupe Valcarce Ojeda y Lorena Gonzalez Tocci.

Para comenzar, Damián Azrak señaló que “el federalismo, hasta hoy, como lo hemos interpretado, creo que tiene una grave deficiencia en el cumplimiento de derechos universales”. Y agregó que “ahora lo que me interesa más es debatir estos temas, que creo que es una deuda democrática, porque si los derechos dependen de la suerte postal, de dónde naciste se están violentando ciertos principios constitucionales muy básicos, como el autogobierno colectivo, la autonomía y la igualdad”.

Seguidamente, Liliana Ronconi manifestó: “Lo primero por lo cual yo recomendaría la lectura del libro es por la originalidad o por cierta novedad que el libro representa. En general, cuando uno mira a los estudios de federalismo, los estudios de paralelismo, se han enfocado en la discusión sobre las competencias de cada uno de los poderes de los Estados. Pero se han enfocado poco en el impacto del federalismo en los derechos”.

Por otro lado, explicó que la segunda razón por la que recomendaría el libro es que problematiza el derecho a la educación, y en particular sobre educación sexual integral, que son dos temas ausentes en la Academia. “Vamos a ver que viene desde las ciencias de la educación, pero no hay casi reflexiones que vengan desde el campo jurídico. Entonces me parece que el libro en materia de derecho a la educación tiene un aporte sumamente novedoso”, sostuvo y reflexionó: “Me parece un momento relevante donde están avanzando los grupos que están permeando en los sistemas educativos hablando de ideología de género”.

Remarcó la contribución que el libro hace al debate sobre derecho a la educación y federalismo: “Lo vivimos a inicios de este año cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó una sentencia sobre la presencialidad en las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. (...) Lo que me llama mucho la atención es que cuando estamos discutiendo presencialidad y no presencialidad, la Corte nunca habla del derecho a la educación”.

Asimismo, comentó sobre el movimiento que se está dando a nivel regional. “Hace muy poco la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó una sentencia donde reconoce el derecho de los niños, en especial a las niñas, de vivir una vida libre de violencia en el ámbito educativo y para esto marca la importancia de la educación sexual integral. Es una sentencia contra Ecuador. Si nosotros miramos lo que está pasando en la región, Argentina es un lujo y todas las críticas que hace Damián no deberían aparecer. El libro tiene un gran aporte ahí porque otros países en la región recién están empezando a pensar en elaborar políticas públicas en materia de educación sexual integral”, manifestó.

Por último, planteó que el libro también llega en un momento tardío. “Llega en un momento donde millones de chicos y chicas en nuestro país quedaron fuera del sistema educativo. Millones de chicas y chicos de nuestro país no tuvieron clases o tuvieron clases virtuales entre comillas, por casi dos años o un año y medio. Esto va a tener un impacto no solo en la vida de estas personas, sino en la vida en lo que se refiere a lo sexual y reproductivo, a la identidad”, aseguró.

Por su parte, Guadalupe Valcarce Ojeda comentó que “el federalismo debe ser entendido como algo más que un mero esquema rígido de distribución de competencias entre el Estado nacional, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Es necesario reinterpretar el federalismo argentino debido a que su actual formulación no resulta compatible con los principios de igualdad, autonomía personal y autogobierno colectivo”. En este sentido, subrayó que el libro no se queda en la mera advertencia. “También presenta una propuesta concreta y realizable para adoptar un modelo dialógico o polifónico que respete las particularidades provinciales, que potencie la participación de las personas involucradas en las decisiones que las alcanzan y el nivel y los estándares de respeto de los derechos”.

En esa misma línea argumental, postuló que “Damián destaca la importancia de estudiar el federalismo desde una perspectiva constitucional y normativa. (...) Señala que el derecho a la educación opera como un condicionante del federalismo entendido en su concepción clásica y esto trae aparejada la necesidad de adecuarlo a los nuevos compromisos constitucionales”. Y añadió que “el federalismo en esta concepción clásica está íntimamente relacionado con la desigualdad, en el sentido de que, como consecuencia de las amplias facultades constitucionales que se otorgan a los gobiernos locales para legislar, para implementar políticas públicas, se deriva un acceso desigual a los derechos fundamentales de las personas en las diferentes jurisdicciones”. El otro problema que conlleva este modelo clásico es que lo anterior no solo implica afectaciones en materia de igualdad y autonomía personal, sino que influye también en lo que respecta al cumplimiento de compromisos internacionales por parte del Estado nacional. “Esto es lo que lleva a Damián a sostener que existen diversos estándares de ciudadanía en un mismo estado federal en general y en particular en lo relativo a la ESI, teniendo en consideración precisamente la resistencia y los obstáculos en la aplicación de la ley”, enfatizó.

En tanto, Lorena Gonzalez Tocci reconoció que “en cuanto lo empecé a leer descubrí lo que sospechaba, que el margen de apreciación local, el margen de apreciación provincial –uso las dos terminologías con las que aparece últimamente en la jurisprudencia de la Corte– es transversal a la propuesta que nos ofrece Damián”. Y sumó que “generalmente, el margen de apreciación nacional se presenta como un final de discusión, como esa idea deformada del federalismo. Y me gustó mucho encontrar ese desafío y esa propuesta de superar esa idea de que esa teoría funcione como una clausura de discusión y que proponga cómo enlazarla con la deconstrucción de ese federalismo clásico en clave constitucional”.

En relación con lo anterior, indicó que “nos invita a repensar el federalismo de nuestro país a partir de algo que es muy importante, que es reflexionar el verdadero sentido y alcance de esa consabida obligación estatal de garantizar la educación sexual integral, entendiéndola como una herramienta fundamental para alcanzar la igualdad de género en todo el territorio”. Expresó que “el libro presenta claramente todos los problemas que aparecen en términos de implementación de la ESI bajo el manto del federalismo clásico, pero no se queda ahí, sino que nos va mostrando a través del capítulo dos y cuatro, sobre todo, los diferentes problemas de implementación que tiene esa idea del federalismo respecto, por ejemplo, de cuestiones procesales locales respecto de la educación”. Aclaró que le resultó interesante que el autor ofreciera las definiciones presentes en la doctrina y en la jurisprudencia de la Corte sobre margen de apreciación local para ponerlas en cuestión. “Lo primero que tenemos que decir es que para saber que existe el margen de apreciación nacional lo tenemos que identificar como un instrumento que sirve para limitar la relación entre la autonomía y el federalismo concentrado. Pero que a veces trae problemas dentro de lo que reconocemos como democracia constitucional porque muchas veces se utiliza esa idea clásica y cerrada del federalismo –o esa idea blindada de la autonomía provincial– para impedir lo que el libro muestra de una manera muy descriptiva”.

Para finalizar, sostuvo que “el aporte más notable que nos deja el libro es que nos deja una ventana abierta porque se hace cargo de esta disputa que no está cerrada, está muy desarrollada últimamente en la doctrina y aparece permanentemente en los conflictos que la Corte tiene que resolver ahora para buscar esas respuestas”.

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