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Año XVI - Edición 280 23 de marzo de 2017

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Presentación del libro Suerte penal

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El 14 de noviembre en el Salón Rojo fue presentado el libro Suerte Penal, cuya autoría pertenece a Mario A. Villar. Participaron en la presentación los profesores Edgardo Donna y Edmundo Hendler y la misma fue moderada por Leonardo Miño.

De esta manera, Edmundo Hendler hizo referencia a su trabajo con el autor del libro. Manifestó que es una obra exhaustiva en cuanto al tema al que se aboca y que revela una dedicación y tarea realizada durante largo tiempo. “Las reflexiones y las informaciones lo indican claramente. Es una obra verdaderamente de excelencia que toca una temática poco abordada por los autores de la materia”, destacó. Asimismo, afirmó que la obra posee la virtud de que no se dedica exclusivamente a lo que se conoce como la dogmática jurídico-penal de la que son los autores alemanes los principales realizadores, “sino que nos aporta una visión distinta, nos aporta trabajo recientes y muy importantes del área de los pensadores y juriconsultos del ámbito angloparlante, lo cual es original y poco común en el derecho penal. Con relación a las cuestiones que trata el libro, sostuvo que hay una riquísima incursión en una bibliografía muy poco difundida, con enfoques filosóficos de distinta índole, que son poco conocidos. “El autor no deja de hacerse cargo de lo que podríamos llamar puntos de vista clásicos o conocidos acerca de la temática que se propone desarrollar, es decir, la imputación del resultado, que es uno de los grandes temas desde siempre discutidos en materia penal”, analizó.

A su turno, Edgardo Donna remarcó: “Quien no resuelva este problema de la suerte, no puede hablar de derecho penal, tampoco puede ser juez. La tesis del libro es que lo que se produce por la suerte no se imputa, ahí está el problema que viene desde hace tiempo”. También consideró que en el trasfondo de la obra está Kant, “Kant con una visión muy anglosajona, a mí personalmente me dio una perspectiva distinta de la que yo podía tener de Kant”. En la misma línea argumental, dijo que nadie puede hacer derecho penal sin resolver este tema. “Hay dos subtemas que aparecen: el problema de la autonomía de la persona y hasta dónde se imputa el hecho de la persona. Este es un problema moral por un lado y jurídico por otro”, examinó Donna. Así, el orador explicó que si se imputa todo lo que la suerte, la mala suerte o la necesidad ha provocado por el hecho del autor, se amplía de una manera muy drástica la imputación del autor. Si se restringe solo a lo que la voluntad quiere, se entra en el problema ético, y se están imputando acciones volitivas, sin resultados. “Este es el dilema. La forma de salirse del dilema, que Villar lo plantea, es normativizar el tema. Si lo normativizo entro en un problema más grave, hasta dónde normativizo y hasta dónde no. Aparece como central el tema de la causalidad y qué función tiene, y qué se entiende por resultado”, observó.

Tras esto, Mario A. Villar realizó los correspondientes agradecimientos. Describió que para llegar a esta discusión de la suerte penal se pasa por varios sistemas normativos que tienen un problema similar al del derecho penal, pero excede al derecho penal, y la literatura y la historia están llenas de problemas vinculados con la suerte. Identificó que el axioma principal detrás del derecho penal es que nadie responde por la suerte. “Todos estaríamos dispuestos a aceptar esto como axioma de las ciencias, sería la base para empezar a construir un concepto de responsabilidad penal, de culpabilidad o un enunciado de responsabilidad, donde la suerte no debería jugar al momento de atribuir tanto responsabilidad como castigo”, indicó. Añadió que la teoría del delito está diseñada para excluir la suerte. “La imputación objetiva funciona como un reductor de la suerte ya en ese nivel, aunque se podría discutir si cumple completamente esa función, porque sigue imputando resultados materiales”, opinó. Así, toda la teoría del delito está construida pensando en que la suerte no debe ser parte del criterio de imputación, pero a veces lo logra y a veces no.

“Es una obra verdaderamente de excelencia que toca una temática poco abordada por los autores de la materia”, destacó Edmundo Hendler.