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Año XXI - Edición 379 15 de septiembre de 2022

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Presentación del libro El Derecho Penal desde la política criminal

  • Notas

El pasado 29 de agosto se realizó la presentación del libro El Derecho Penal desde la política criminal,organizada por el Departamento de Derecho Penal y Criminología y la Cátedra Sarrabayrouse. La presentación estuvo a cargo de Mario Villar, Eugenio C. Sarrabayrouse y Leonardo G. Pitlevnik. Por su parte, participaron en calidad de expositores/as: Iñigo Ortiz de Urbina Gimeno, Cecilia Incardona, Alejandra Verde y Silvina Alonso.

Primeramente, Leonardo G. Pitlevnik desarrolló los lineamientos generales del libro y agradeció la presencia de Iñigo Ortiz de Urbina Gimeno, autor de la obra: “Está dividido en tres partes: política criminal, teoría del derecho penal y delitos de cuello blanco. Este libro reúne los trabajos de Iñigo, quien para mí, es una de las mentes más brillantes de lengua castellana en el Derecho Penal”, expresó.

A continuación, Mario Villar, director del departamento de Derecho Penal, hizo referencia al libro Teorías del Castigo: “Al tener que hacer una selección pensé en uno de los artículos del libro sobre las teorías del castigo ya que es un artículo interesante en donde se ve mucho de Iñigo como autor, como pensador. En el fondo en el artículo se plantea la discusión entre el retribucionismo y el consecuencialismo clásico y todas sus variantes”.

A su turno, Silvina Alonso analizó el artículo Agresor y moscas muertas y planteó que el mismo invita a una reflexión acerca de si la teoría del delito es bipartita: “Iñigo en este texto comienza con la pregunta de si era lo mismo matar a una mosca que matar en legítima defensa. Desentraña todo esto diciendo que no simboliza lo mismo esta pregunta desde un plano moral que desde un plano jurídico penal”. Por otro lado, sostuvo que se reflexiona cómo es la interacción entre la norma de prohibición, aquella contenida en la tipicidad, y la norma de permisión, contenida en la antijuridicidad. Finalmente, resaltó la crítica efectuada a la teoría de los elementos negativos del tipo: “Iñigo propone algo superador en cuanto a que es posible hablar de una teoría bipartita pero que no quede encapsulada en los elementos negativos del tipo. Propone una teoría bipartita que tenga como categorías la antijuridicidad y la culpabilidad”.

Luego, Alejandra Verde focalizó en el trabajo Renacimiento y política criminal de la víctima y puntualizó que el texto aborda el posicionamiento del rol de la víctima desde la política criminal. “Iñigo considera que la víctima debe estar por fuera de la política criminal. Ahí es donde divide el concepto de víctima eventual o en abstracto, con el de víctima efectiva. A la víctima efectiva sí le correspondería un papel central porque son las principales preocupaciones que tiene la política criminal”, señaló. De esta manera, planteó la hipótesis inicial: “Los posicionamientos a favor de una reconsideración de la posición de la víctima en la política criminal contemporánea pueden de hecho resultar en un encubrimiento de las carencias reales en la materia”.

Acto seguido, Cecilia Incardona se refirió a una crítica que Iñigo Ortiz de Urbina Gimeno efectúa en lo que respecta a la teoría sobre las actividades cotidianas y la delincuencia de cuello blanco: “En alusión a la teoría, sostiene que las características del entorno del infractor en el momento inmediato anterior al de la comisión del delito son las importantes a la hora de generar las condiciones para que ese delito se produzca”.

En último término, Iñigo Ortiz de Urbina Gimeno aludió a la dificultad de articular las políticas criminales: “Lo fácil sería decir cierro internet para acabar con los delitos online. (...) Lo que hay que hacer para hacer bien la política criminal es creerse las teorías pero no los criminólogos. La política criminal no es una ciencia, es una técnica. Lo que quiere es conocimientos solamente si son aplicables. No le interesa el mayor nivel de conocimiento sino que le interesa que el mismo sea practicable”. Hacia el final, enfatizó en la necesidad de elaborar políticas públicas que tengan como sustrato empírico diferentes teorías criminológicas y lo postuló como una gran asignatura pendiente para las próximas décadas.