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Año XXI - Edición 374 02 de junio de 2022

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Presentación del libro Economía Política Argentina

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El 27 de abril, en el Salón Rojo, se llevó adelante la presentación del libro Economía Política Argentina. Organizó el Departamento de Ciencias Sociales y coordinó Gustavo Zunino.

En este marco, expusieron Eduardo Conesa y Luis Rey.

En primer término, Gustavo Zunino destacó que“el propósito de esta obra, editada en diciembre del 2020 a comienzos de la pandemia, es formar a los estudiantes de Derecho, y a la dirigencia política y social de Argentina, con los principios básicos de la economía, la evolución del pensamiento económico y, sobre todo, precisamente el estudio de los modelos y programas económicos que funcionan de manera positiva en el mundo”.

Luego realizó una caracterización de economía nacional. “Registra hoy un proceso decadente con marcado atraso económico que ya cumplió 50 años. Presenta características del tipo escalofriantes. Dichas características no son necesarias diagnosticarlas, al contrario, son evidentes. Por ejemplo, nuestra economía presenta déficit fiscal alto y crónico, alta inflación, alta desocupación, un endeudamiento criminal, expansión del gasto público permanente, caída de exportaciones, tasas de interés por las nubes, presión tributaria y regresiva, fuga de capitales”, manifestó.

En esa misma línea argumental, indicó que “el objeto central es demostrar cómo revertir el proceso decadente y recuperar nuestra economía totalmente desequilibrada”. Y agregó que “la propuesta del libro consiste en qué y cómo hacer para no repetir los errores. Propone un tipo de cambio real alto y competitivo para incentivar la mayor producción de bienes y servicios, destinados a aumentar los impuestos y tasas de interés bajas para fomentar el aumento de la inversión destinada a una mayor producción e incrementar la demanda de trabajo. El equilibrio de estos dos grandes precios funciona únicamente con una condición indispensable: superávit fiscal”.

Por su parte, Eduardo Conesa afirmó que “estamos delante de un libro que trata de explicar qué es lo que hay que hacer en la Argentina del futuro para crecer”. Retomó los planteos del profesor William Arthur Lewis, Premio Nobel de Economía. “El proyecto de desarrollo consiste en mover una gran parte de la población de los países pobres del sector de subsistencia, que en los países pobres pueden ser un ochenta por ciento, al sector moderno de la economía, que normalmente es el sector exportador. La agricultura eficiente, la industria eficiente, algunos servicios públicos en los países típicamente pobres”, subrayó. Y añadió que “cuando se llega a esa situación, prácticamente toda la población tiene buenos empleos y salarios relativamente altos”.

Luego se interrogó sobre la situación de la Argentina en los últimos cincuenta años. “Ha impulsado gente, trabajadores del sector moderno de la economía y los han mandado al sector de subsistencia. Esto es lo contrario de lo que hay que hacer para el desarrollo económico”, enfatizó. En relación con lo anterior, expresó que “uno de los problemas centrales por los cuales nuestro país ha decaído económicamente y en lugar de mandar trabajadores del sector de subsistencia al sector moderno de la economía, que es la esencia del desarrollo, es simplemente que prevalece en nuestra política económica desde hace unos cincuenta años una teoría falsa que para favorecer el salario de los trabajadores conviene tener el tipo de cambio bajo”.

A continuación, explicó una serie de aspectos a tener en cuenta para orientar una economía hacia el desarrollo. Entre estos elementos, destacó el tipo de cambio alto para favorecer al sector exportador. “Esta es la regla de oro del desarrollo económico. Si queremos crecer, tenemos que tener una tasa de interés baja para estimular la inversión, para estimular que los industriales tomen préstamos en los bancos e inviertan, porque la tasa de interés real es baja, y al mismo tiempo, es por el éxito que sustituyan importaciones de manera eficiente, pues este es el esquema del desarrollo económico”, postuló.

Por último, Luis Rey llevó adelante su exposición. “Una de las relaciones más conflictivas entre el Estado y sus ciudadanos es aquella que vincula al fisco con los contribuyentes. Con el paso del tiempo y en la época actual esta conexión se ha politizado y judicializado notablemente”, sostuvo. Y agregó que “en este marco, se han creado y propagado una serie de mitos y falacias que es necesario desmentir, por ejemplo, la existencia de 164 impuestos y de una alta presión tributaria o el mendaz argumento que señala que el Estado y el gasto público son improductivos. Estas falsas ideas-fuerza están creando un condenable clima de rebelión fiscal”.

Seguidamente, ofreció una serie de datos estadísticos sobre los tributos e impuestos vigentes en Argentina. “La presión tributaria en nuestro país es paradojal, habida cuenta que, como se demostró, no solo es relativamente baja respecto del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sino que además se destaca por lo sumamente baja respecto de los impuestos directos que recaen sobre contribuyentes de alta capacidad contributiva con relación a sus rentas o patrimonios”.

Hacia el cierre, manifestó que “el sistema es regresivo porque los contribuyentes de bajas rentas soportan mayor carga impositiva, en términos de tasa efectiva, mientras que los contribuyentes más pudientes se encuentran mucho más aliviados, a la vez que también evaden más y fugan más divisas”. Y enfatizó: “En tales circunstancias, se propone un profundo sinceramiento, blanqueo, simplificación y progresividad del sistema tributario a través de la eliminación de cargas y gravámenes distorsivos (por ejemplo impuestos sobre los ingresos brutos, sellos, débitos, etc.)”.