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Año XX - Edición 358 08 de julio de 2021

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Presentación del libro Comunicación Judicial. El Poder Judicial como actor en el espacio público

  • Notas

El 28 de junio el Observatorio de Lenguaje Claro organizó la presentación del libro Comunicación Judicial. El Poder Judicial como actor en el espacio público, de Kevin Lehmann. ParticiparonAbel Fleming, Juan Pablo Más Velez, Luciano Elizalde, Fabio Quetglas y Kevin Lehmann. Moderó Lorena Tula del Moral.

Por su parte, Luciano Elizalde resaltó que “en el libro se muestra el inicio de un campo de trabajo y de un campo de investigación en la medida en que a la comunicación judicial hay que ponerle nombre y establecer unas fronteras y unos límites. En el libro hay un comienzo de eso y es lo que quiero resaltar”. Y manifestó: “A diferencia del derecho que tiene muchos siglos y es una profesión institucionalizada, los comunicadores somos una especie de perros callejeros que nos tienen que poner un collar porque hemos llegado recién a este juego y es una satisfacción que pueda haber en la Facultad de Derecho de la UBA una presentación hablando nada más y nada menos que de comunicación judicial”.

Luego sostuvo que hay dos tipos de lectores del libro. El primero de ellos “es el comunicador, que es el que tiene que trabajar en la dirección o en el área de comunicación de un tribunal junto con un juez o con un fiscal”, detalló y agregó que el segundo es “el abogado o funcionario del Poder Judicial que tiene que entender por qué tiene que prestarle atención a la comunicación”.

Asimismo, comentó que la obra tiene cuatro niveles de profundización. “En primer lugar, hay una descripción del sistema del Poder Judicial de una manera lo suficientemente clara para que se pueda comprender cuáles son los mecanismos básicos de la Justicia para el que no es abogado ni ha pasado por la Facultad de Derecho”, indicó y expuso que “en segundo lugar, tiene una aproximación que es propia de Kevin como sociólogo y politólogo en donde define algunos aspectos centrales del entorno del Poder Judicial con problemas que tienen que ver con la crisis de posmodernidad”.

En tercer lugar, puntualizó que aparece una dimensión que él considera clave que es un análisis de la ética. “Me parece especialmente atinado haber encarado un trabajo de comunicación judicial, institucional y estratégica para el Poder Judicial enfocando la problemática ética desde la perspectiva de Levinas, que es la perspectiva del otro como centro para pensar la comunicación estratégica”, subrayó y expresó que “el último nivel que aparece en distintos capítulos del libro es el nivel más estratégico y táctico, es decir, las recomendaciones prácticas”.

A su turno, Fabio Quetglas destacó: “Es muy importante lo que ha hecho Kevin con este libro porque es muy difícil conjugar en una sola obra –y eso es demostrativo de que es un libro que condensa una experiencia profesional–, una reflexión teórico-conceptual profunda, sofisticada e inteligente sobre una materia que, como él bien dice en el primer renglón del libro, la comunicación judicial no tiene un corpus teórico propio. Y, a su vez, ofrecer a sus lectores y usuarios soluciones de tipo práctica, orientaciones, criterios y miradas que en el peor de los casos ahorran tiempo y en el mejor de los casos habilitan nuevas conversaciones”.

Seguidamente, se enfocó en el título de la obra: “Kevin dice ‘comunicación judicial en el Poder Judicial como actor en el espacio público’ y ahí, quizás, está el quid de la cuestión. El punto es esta idea de espacio público que comúnmente se considera que es una idea naturalizada, como que es obvio que todos sabemos lo que es y que siempre existió y no es obvio que constituye un escenario muy problemático”. Y manifestó: “La idea de espacio público como idea conceptual es una idea moderna que es una derivada de la protección de la privacidad y de la producción del quebranto entre dos esferas: una adonde no va a poder entrar la autoridad pública (...) y hay otro lugar en el que convivimos con otros”.

Por otro lado, planteó que “las políticas públicas universales –y la justicia es necesariamente universal– no sirven solo porque son igualadoras en términos teóricos, sino que no compartir espacios prestacionales nos produce un déficit social en términos de que no hay ningún lugar en donde converjamos y donde nuestra suerte sea compartida”. Y concluyó: “El modelo convivencial de considerarnos a priori iguales, legitimados y con un saber específico y validado está agotado. El nuevo es ese lugar de insuficiencia teórica de vacío paradigmático que nos presenta Kevin y sobre el que tendremos que trabajar todos”

Finalmente, Kevin Lehmann brindó una serie de agradecimientos y compartió el origen de su obra.

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