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Año IV - Edición 68 02 de junio de 2005

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Presentación del libro Derecho, Hombre y Sociedad, de Héctor Sandler

  • Notas

Duquelsky Gómez, quien comenzó hablando, calificó a la obra como desconcertante, subrayó como idea principal de Sandler que no se puede seguir pensando en una objetividad absoluta de las ciencias como proponía Comte; no todo es medible y ponderable. Y así como no todo es abarcable por un positivismo extremo de la ciencia, el resto no puede ser una banalidad inservible. También hizo hincapié en la historicidad y el impacto social que Sandler ve como intrínsecos a la ley, y que son dos aspectos a los que la dogmática en general no presta atención. Finalmente, tomó con mucha importancia el llamado que hace el autor a los intelectuales, sobre todo a los juristas, para asumir la responsabilidad que les corresponde y echar luz sobre la sociedad.

Mario Rojas, en representación de la Asociación Docente, apuntó esta vez a la absoluta originalidad de los puntos de vista de Sandler. Si bien aclaró que tiene muchos reparos frente a la obra, el punto de vista que adopta el autor ayuda a descubrir miradas impensadas y a descubrir autores olvidados. En ese sentido, comentó que Sandler lo convenció de sostener que el derecho debe ser correcto, para lo cual es necesario rescatar algo del punto de vista del iusnaturalismo. Por otro lado, explicó que  el autor quiere ver todo el tiempo al derecho en objetos reales y no en abstracto, y finalmente rescató la preocupación metodológica permanente que subyace en la trayectoria y en la obra de Sandler.

Tulio Ortiz, en representación del Instituto Gioja, coincidió también en que el autor cuestiona profundamente al cientificismo moderno, por haber instalado una intolerancia absoluta y sangrienta, por haber despreciado el saber espiritual, y por habernos sumido en una cotidianeidad que nos expulsa de los valores sentimentales. En esa línea, explicó que lo que propone Sandler es adoptar una filosofía más sensible y holística, que esté llena de humanismo y de amor hacia el mundo y las personas.

Para finalizar, hizo uso de la palabra el propio autor, Héctor Sandler, quien agregó a los comentarios que el problema es que nuestro país en sí es desconcertante. Compartió con el público que a él nunca en su vida se le ocurrió que podía ser abogado y que lo que él escribe en definitiva no son libros sino cartas que se escribe a sí mismo cuando le pasan esas cosas. También recordó su historia biográfica, sus primeros estudios aeronáuticos, su función de diputado, y comentó que el problema que más le atrajo en Derecho lo encontró en el tratamiento injusto de la propiedad de la tierra en el Código Civil. Finalmente se preguntó con decepción por qué el hombre actual no puede ver la sabiduría espiritual que vieron nuestros antepasados, y en ese sentido aportó que hoy existe un relativismo absoluto de valores. Para Sandler, en Argentina, hay que pensar de una vez por todas algo que sirva para solucionar algo.