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Año XX - Edición 363 07 de octubre de 2021

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Presentación de El conflicto como sistema. Hacia una teoría del conflicto con base operativa

  • Notas

El 24 de agosto el Seminario Permanente de Investigación Remo F. Entelman: “Teoría del Conflicto. Del objeto al sistema” organizó, en el marco del Instituto Gioja, la presentación de El conflicto como sistema. Hacia una teoría del conflicto con base operativa, del profesor Rubén A. Calcaterra.

En este marco, brindaron su aporte Marcelo Alegre (profesor titular de la Facultad y New York University, director del Instituto Gioja), Héctor Raúl Sandler (profesor consulto de la Facultad, investigador permanente del Instituto Gioja, director del seminario), Jorge A. Rojas (profesor titular de Derecho Procesal Civil y Comercial de la Facultad), Rubén A. Calcaterra (autor de la obra y coordinador del seminario) y Liliana Arias, María Rosa Ávila, Ezequiel Luppi, Mariella Mautone, Gabriela Nasser y Myriam Silva Pabón, integrantes del equipo de docencia e investigación.
En primer término, Marcelo Alegre expresó que “Rubén A. Calcaterra y su grupo son verdaderos animadores de la vida intelectual de la Facultad desde este seminario. Esa contribución permanente la agradezco muy especialmente”. Además, manifestó: “El libro me parece una obra muy importante. Creo que va a ser una enorme contribución y espero que se use mucho en la Facultad y fuera de la Facultad porque es un libro que es terriblemente ambicioso en cuanto a su alcance. Se toma muy en serio el abordaje interdisciplinario y cruza una enorme cantidad de disciplinas. Está muy bien escrito y redactado”.

Luego señaló una serie de cuestiones que lo motivaron a leer la obra con mucho interés. “Una es la idea política del conflicto. El conflicto desde la teoría de la democracia ha suscitado distintas visiones y esas visiones están muy bien descritas en el libro, pero yo me quedo con dos posiciones claramente diferenciadas”. Y detalló: “Una es la que considera al conflicto como un problema o como una patología dentro de la vida social y la posición del profesor Calcaterra, que yo comparto, es la contraria. Es la idea de considerar al conflicto como algo que enriquece y forma parte de la dinámica democrática de modo que la actitud correcta es ver cómo actuamos frente al conflicto, pero sin negarlo y sin ponerlo en contradicción con los valores de la democracia constitucional y liberal”. En este marco, aclaró: “Estamos hablando siempre de los conflictos pacíficos. Cuando el conflicto se vuelve un conflicto armado, es otra historia”.

Héctor Raúl Sandler indicó que el profesor Calcaterra echó luz sobre al menos dos perspectivas posibles de este examen del conflicto. “Lo que él trata, fundamentalmente, son los accidentes de tránsito dentro de la sociedad. Es decir, los conflictos que se dan, de muy variadas formas, dentro de la sociedad. Y yo venía estudiando el diseño de las calles, es decir, cómo es el orden social (...). Lo que Calcaterra trata, a mi juicio, son los conflictos que se dan en concreto en determinada sociedad. Están vinculados entre sí, pero son dos perspectivas distintas. A mí me interesó el trabajo de Calcaterra porque el instrumental que él había creado para estos conflictos podía extenderse y, en alguna medida, aplicarse a lo que a mí me preocupaba que era el carácter de los órdenes que generan conflictos generales dentro de la sociedad”.

Jorge A. Rojas comentó que compartió con Calcaterra el espacio brindado por Justicia 2020 en donde se trabajó sobre el proyecto de Código Procesal Civil y Comercial de la Nación que tiene estado parlamentario, está en el Congreso. “De alguna manera compartíamos los criterios en cuanto a la necesidad de trabajar en otra línea, en una línea distinta a la que tenemos. La línea en la que estamos enrolados es una línea que tiene que ver con el enfrentamiento ante dos posiciones y de alguna manera esperar la adjudicación de los derechos cuando el juez tenga que decidir a través de una sentencia que ponga fin a un caso”, expuso y agregó: “En mi cátedra trabajamos con dos aspectos que es importante tener en cuenta. Uno es trabajar el derecho procesal desde el conflicto porque el conflicto es inherente a cualquier sociedad y otra es trabajar al proceso como sistema y esto es lo que digo en el prólogo que animó a Rubén a pedirme que prologara su obra porque vio el enfoque sistémico con el que trabajamos en la cátedra y tal vez le haya interesado esta mirada distinta que nosotros tenemos del derecho procesal”.

Por otro lado, desarrolló: “El mundo del derecho va por un lado, pero el conflicto tal vez pasa por otro lado. Entonces, acá lo que tenemos que tener en cuenta es un aspecto fundamental que es cuál es la narrativa que nosotros le vamos a dar a ese conflicto que dejó de ser conflicto para transformarse en caso y el caso es el que va a resolver la jurisdicción. Y ahora la pregunta es: cuándo la jurisdicción resuelve el caso, ¿está resolviendo el conflicto?”.

Liliana Arias se refirió a una cuestión planteada en el prólogo de la obra sobre que el conflicto es inherente a la sociedad: “En efecto es una de las tantas formas en las que los seres humanos interactuamos. Somos una especie gregaria, no podríamos subsistir si no contáramos con esa condición de seres gregarios (...). Hoy vivimos en sociedades conformadas por relaciones sociales cada vez más complejas. Nuevas tecnologías, accesos a un inmenso caudal de información nunca visto, redes sociales, interacciones virtuales, plataformas, aplicaciones, servicios virtuales, que construyen así nuevas formas de interacción, de convivir y de percibir a los otros”. Y reflexionó: “Estos monumentales cambios que han potenciado aún más el proceso de globalización, la interacción entre distintas culturas, lenguajes, costumbres y modos de vida no han sido acompañados por métodos, herramientas o recursos que colaboren en la gestión de esas interacciones. Esto inexorablemente nos lleva a vivir en sociedades con altos índices de conflictividad”.

En este sentido, sostuvo que “la teoría sistémica de conflictos elaborada por el profesor Calcaterra desde su aspecto operativo interpela con urgencia los modos en que abordamos los conflictos. Entendemos que el proceso judicial netamente adversarial es consecuente, se detiene y confirma nuestra ancestral cultura confrontativa”

María Rosa Ávila brindó una serie de reflexiones acerca de la enseñanza como integrante de la materia El Sistema Conflicto. “Estamos atravesando una revolución informática que nos afecta como sujetos, como sujetas, de la realidad digital en tanto espacio regulado y a regular por leyes o prácticas de convivencias digitales que alteran las prácticas sociales, costumbres, hábitos, cultura e interacciones, por lo cual no podemos eludir, sino prestar especial atención al impacto que tiene en las y los estudiantes”, detalló. Y agregó: “Esta descripción se ha intensificado con la pandemia del COVID-19 que seguimos atravesando y que nos ha obligado a realizar de forma generalizada un salto a lo digital que necesariamente requirió innovar”. En este marco, contó que desde 2017 trabaja en lo que denominó “el dispositivo pedagógico 3.0”: “Es un artificio instrumental complejo que tiene un carácter organizador técnico porque organiza las condiciones para la puesta en práctica para la realización de espacios tiempos recursos materiales humanos un ambiente propicio para la instalación de la enseñanza de las clases pero que también organiza acciones desde una lógica de complejidad no lineal en la enseñanza”.

Ezequiel Luppi destacó lo que plantea Calcaterra sobre “la cuestión de que el conflicto requiere de un proceso de administración y gestión y no tanto un proceso que apunte a su terminación”. Y puntualizó: “Hoy el sistema de adjudicación de derechos no solo invita a los abogados a que de alguna manera ataquen a la otra parte, sino que al mismo tiempo pone a la tarea de reducir el conflicto a algo mucho más pequeño”.

Seguidamente, planteó: “Lo que propone el doctor Calcaterra es todo lo contrario. Es abordar el conflicto en todos sus elementos. En una manera mucho más amplia y más abarcativa no solo tratar de que en el desarrollo de un proceso de administración de un conflicto no se pierda ninguno de sus elementos, sino que además reflexionamos acerca de qué otros elementos tal vez nos están pasando desapercibidos en un fenómeno o conflicto determinado”.

Mariella Mautone expresó que “la obra es una conjunción de conocimientos adquiridos a lo largo de una vasta y reconocida trayectoria internacional sobre conflictología del doctor Rubén Calcaterra que permite un movimiento hacia la formación de profesionales del derecho que integren la teoría y la práctica”. Y subrayó: “Nuestro aporte a las nuevas generaciones de abogados, muchos de ellos probablemente futuros jueces, nos hace reflexionar sobre el rol que cumple la justicia y si está dando las respuestas adecuadas a las problemáticas de los justiciables. El libro pone énfasis, a través del desarrollo de los diferentes ejes que componen la estructura del modelo estratégico de análisis y gestión del conflicto en la multidimensionalidad del diálogo, en la creatividad y en la gestión del conflicto de una forma nueva”.

Gabriela Nasser resaltó que “el libro en muchos puntos es un disparador, hay temas que pueden ser profundizados de una manera infinita”. En este marco, se enfocó a la valoración del otro que se hace con el sistema que se plantea en la obra. “El sistema nos indica que debemos comenzar por el análisis de las narrativas (...). Y efectivamente nos propone un nivel de escucha sincero. El que escucha da, la escucha no es un acto pasivo (...) y este es el primer paso para el reconocimiento del otro, para la no exclusión del otro. Me parece que este es el desafío de estos tiempos. Creo que la realidad que estamos viviendo nos marca que debemos transitar estos caminos”, desarrolló y detalló que “el sistema que está expuesto en el libro se basa en el conocimiento y el análisis de la conducta humana y las relaciones sociales”.

Myriam Silva Pabón se refirió a una aplicación práctica del análisis del conflicto: cómo identificar a los actores. “Como muy bien lo explica el doctor Calcaterra en su libro tenemos actores individuales, actores colectivos, organizados jurídicamente, organizados de hecho y una simple pluralidad de actores. Específicamente para mí fue muy importante ver una aplicación práctica de cómo pueden operar entre los actores colectivos fragmentaciones, es decir, tener en cuenta que los actores colectivos no piensan igual”. En este marco, compartió: “Lo vi reflejado en un caso cuando se estaban haciendo las negociaciones con las FARC en Colombia, con el grupo armado. En este caso, hubo una fragmentación de ese actor colectivo y había quienes no estaban de acuerdo con la firma de un acuerdo en las condiciones que se estaba negociando”. Desafortunadamente, el no haber realizado ese análisis del conflicto impidió un acuerdo donde hubiera satisfacción de todos los integrantes de ese grupo.

Hacia el final, Rubén A. Calcaterra brindó una serie de agradecimientos. “Este es el primer libro que una editorial argentina me publica en Argentina y lo publica integrando la colección de Filosofía y Derecho que es muy importante para mí porque expresa tanto el campo de conocimiento desde el que vengo reflexionando acerca del fenómeno conflicto como el campo del conocimiento al que siempre aspiré y aspiro a aplicar esas reflexiones”, manifestó y compartió que “este libro representa una suerte de síntesis de un larguísimo proceso que comenzó en la primavera italiana de 1989 cuando tomé de la sistémica de Milán las ideas que desembocaron en la elaboración de un método de abordaje a los conflictos que Gedisa publicó en Barcelona en marzo de 2002 bajo el título de Mediación estratégica”. Y agregó: “Hizo escala intermedia en Bogotá con El sistema conflicto que publicó el Grupo Editorial Ibañez en marzo de 2016. Ahí ya dialogaban los elementos de análisis de los conflictos con las metodologías dedicadas a su abordaje”.

En este marco, explicó que “de esa síntesis precisamente surge la conflictología que expresa este libro a través de este modelo sistémico de análisis y gestión estratégica de conflictos porque la conflictología, como dice Vinyamata Camp en Barcelona, es una disciplina abierta, plural, pero básicamente es una disciplina integradora dedicada a la observación, comprensión e intervención de los procesos conflictivos de cualquier tipo”. Y enfatizó que “esta obra es un aporte más a la docencia y a la investigación. Incorpora un material más completo, más específico, para que nuestros estudiantes cuenten con bibliografía propia de este modelo sistémico”.

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