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Año XVIII - Edición 324 22 de agosto de 2019

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Presencia del pasado. Urgencias del presente: los pasados autoritarios y totalitarios y los desafíos de las democracias contemporáneas

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El Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos (CIPDH-UNESCO) y la Fundación Federal para la Investigación y Evaluación de la Dictadura Comunista en la RDA (Bundesstiftung zur Aufarbeitung der SED-Diktatur), con el apoyo del Centro de Derechos Humanos, organizaron una jornada los días 24 y 26 de junio bajo el título "Presencia del pasado, urgencias del presente: los pasados autoritarios y totalitarios y los desafíos de las democracias contemporáneas".

El 24 de junio Patricia Tappatá Valdéz (directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos UNESCO basado en Buenos Aires), Martín Sigal (director de Centro de Derechos Humanos de la Facultad), Anna Kaminsky (directora de la Fundación para el Estudio de la dictadura comunista de la RDA) y Maria Gabriela Quinteros (directora general de derechos humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto) introdujeron la jornada en el Salón Verde.

Acto seguido, Manuel-Reyes Mate Rupérez (Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España) brindó una conferencia magistral titulada “La memoria, otra forma de construir la historia”. Para comenzar, el orador planteó el interrogante de en qué medida el pasado condiciona al presente y sostuvo que “depende de la amplitud del daño del pasado. El cuerpo social funciona como el cuerpo humano de alguna manera y hay patologías que se superan, otras que dejan muchas secuelas y las hay letales”. Asimismo, puntualizó que “lo que tenemos que tener en claro es que los hechos a los que aquí nos enfrentamos, este pasado luctuoso de dictaduras, totalitarismos y terrorismos, provoca daños de amplio espectro y ahora se trata de poner un poco de orden en todos esos daños”. Y detalló que “el crimen divide a la sociedad, la fractura. Por tanto hay que decir que el crimen es un delito pero es también un daño moral y político. Por eso hay tener en cuenta toda la superficie dañada cuando hablemos del peso del pasado sobre el presente”.

En el Salón Azul, el 26 de junio se llevó adelante el panel “Urgencias del presente”, en cuyo marco disertaron Ana Lorena Delgadillo Pérez (Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho, México), Todd Landman (University of Nottingham, Inglaterra), Enrique Peruzzotti (Universidad Torcuato Di Tella / Conicet, Argentina) y Patricia Tappatá Valdez (CIPDH-UNESCO, Argentina). Moderó Rubén Chababo.

Ana Lorena Delgadillo expuso que “México es un país que no acaba de construir su democracia. Aún vivimos una democracia imperfecta que además está en erosión. Teniendo un pasado irresoluto las atrocidades del pasado nos siguen persiguiendo en nuestro presente”. Asimismo, contó: “Tuvimos graves lesiones a derechos humanos cometidas en la época de los setenta en la llamada Guerra Fría, hubo represión, hubo represiones y casos de ejecución contra quienes se oponían de alguna manera al poder y específicamente contra colectivos de sindicatos, maestros e incluso poblaciones indígenas. Eso no se resolvió. Nunca tuvimos un espacio donde pudiera haber habido una respuesta para todas estas víctimas del pasado y esto se junta con nuestro presente”.

Todd Landman se refirió a un libro de su autoría que se titula Human Rights and Democracy: The Precarious Triumph of Ideals. Sostuvo que la palabra clave en ese título es “precario” porque no hay democracia ni régimen de derechos humanos que esté libre de erosiones, respuestas negativas o reveses y puntualizó que el tema de la crisis democrática no es nuevo. Como ejemplo de esta situación el orador mencionó un programa de financiamiento de la Unión Europea (UE), llamado Horizonte 2020, que investiga la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas no porque las instituciones sean estables o porque la confianza sea fuerte si no porque están en crisis y la UE quiere averiguar por qué y qué se puede hacer para enfrentarla.

Enrique Peruzzotti,por su parte, manifestó que “el escenario de las amenazas contemporáneas a la democracia ha cambiado significativamente con respecto al escenario de democracia vs. autoritarismo”. En cuanto a esto, aseveró: “La expansión de la oleada democratizante, que tuvo notable éxito en América Latina y en Europa central y del este, ha redefinido el escenario del conflicto político en donde el eje de este se ha modificado de un eje de autoritarismo o democracia a un conflicto interpretativo sobre qué es la democracia”, y agregó que “esto nos obliga a replantear los viejos paradigmas y las viejas discusiones a partir de las cuales discutíamos la democracia”.

Finalmente, Patricia Tappatá Valdez reconoció que “la resolución de los pasados traumáticos está afectando el presente de los regímenes políticos teniendo en cuenta que cada una de nuestras naciones atraviesa problemas acuciantes”. En este sentido, indicó que “se puede discutir si los problemas son nuevos o si siendo antiguos se manifiestan con más crudeza ahora, cuando la situación de algunos países se ha deteriorado por circunstancias internas o por la debilidad de su institucionalidad para resistir crisis regionales o globales”.

Además, reflexionó que “las leyes internas y los sistemas de protección regional e internacional, que mirados en perspectiva significan progresos históricos enormes para la comunidad de derechos humanos, no resultaron suficientes porque en esas mismas décadas el mundo se estaba reconfigurando de manera acelerada”. Y reconoció que “el conocimiento y el acceso a la tecnología y el consiguiente desarrollo desigual que se agudizó generó nuevos polos de poder que se sumaron a los existentes”.